La alergia es una reacción exagerada de nuestro organismo ante una sustancia que percibe como nociva. Las personas con alergia a los animales domésticos tienen un sistema inmunológico hipersensible que responde ante una serie de proteínas aparentemente inofensivas, como por ejemplo las que se hallan en la saliva, la orina o la caspa de nuestras mascotas. Estas proteínas se denominan alérgenos.
Al contrario de lo que se suele pensar, el causante de la alergia no es el pelo de nuestro perro o gato. Lo que produce alergia es la caspa, el polen o el polvo acumulados en el pelaje.
Las personas alérgicas a los perros, lo son mayoritariamente al alérgeno Can F1. Estos alérgenos se acumulan en el pelo y en otras superficies. La proteína Can F1 está presente en la saliva, en la piel y en las glándulas sebáceas de los perros.
En los gatos, el alérgeno principal es el Fel D1, proteína que también encontramos en la saliva, en las glándulas sebáceas, en las sudoríparas y en el fluido lagrimal. Existe un gato, el Siberiano, que no contiene esta proteína y es, por lo tanto, la mascota ideal para aquellas personas alérgicas a la Fel D1.
Las reacciones alérgicas varían de una persona a la otra, pero generalmente éstas se manifiestan en forma de reacción cutánea (si afecta a la piel), conjuntivitis (si afecta a los ojos), rinitis (si afecta a la nariz) o asma (si afecta a los bronquios). La más frecuente es la rino-conjuntivitis.
Lo primero que tenemos que hacer si tenemos sospechas de que nuestra mascota nos produce alergia es acudir a un especialista. Él nos podrá verificar si realmente es nuestro perro o gato el causante de los síntomas.
A pesar de que la solución más rápida y sencilla es la de deshacernos de nuestra mascota, es posible seguir conviviendo con ella sin que nuestra salud se resienta. Si tomamos algunas medidas, podremos hacer desaparecer casi por completo los síntomas.
Con estas recomendaciones es posible llevar una vida normal al lado de nuestra mascota. De todas formas, cada persona es un mundo y puede que, pese a nuestros esfuerzos, esta convivencia sea insostenible. Llegados a este punto, tendremos que buscar un nuevo hogar para nuestro perro o gato, nunca abandonarlo.