Aunque hay quien considera la toxicidad de las uvas y pasas una leyenda urbana, se han informado demasiados casos y se han publicado artículos científicos sobre el tema.
Por supuesto se conocen casos de perros que comen uvas, muchas veces directamente de los viñedos, o porque sus propietarios les dan uvas o pasas como premio durante su adiestramiento o incluso como alternativa a los snacks comerciales, por considerar que son mas saludables que estos por el hecho de ser mas naturales; y estos perros muchas veces no han tenido problemas incluso aunque hayan comido cantidades moderadas.
Sin embargo otras veces, los perros han fallecido comiendo cantidades mucho menores; un sheltie murió después de haberle “robado” a su dueña 8 pasas que había dejado en un platito en la mesa del café.
El tipo o variedad de uva o pasa y la raza de los perros son factores que no parecen tener importancia, y la cantidad que deben consumir para que resulte tóxica es muy variable (desde unas pocas pasas a medio Kg o mas de uvas, esto es porque las pasas están mucho más concentradas que las uvas), muchas veces basta con una cantidad muy pequeña, aunque lógicamente cuanto mayor sea la cantidad consumida, mas probable será que resulte tóxica (todo en exceso suele ser malo).
La causa concreta de esta toxicidad aún se desconoce pero se barajan distintas posibilidades, desde que sea debida a un componente de las propias uvas, a la presencia en las mismas de micotoxinas o metales pesados, o incluso que los viñedos o las propias uvas (para su conservación) hubiesen sido tratados con productos tales como herbicidas, pesticidas o fungicidas. En resumen podría tratarse de alguna toxina o de un veneno.
Y aunque la causa no está clara, se han dado muchos casos de de fallo renal agudo (los riñones dejan de funcionar de repente) en perros con un denominador común: el consumo de uvas o pasas justo antes del fallo renal.
En cuanto a los síntomas que presentan los perros intoxicados, consisten en vómitos e hiperactividad en las primeras 24 horas tras la ingestión, a veces los perros también presentan diarrea, y en estos casos tanto los vómitos como las heces contienen restos de uvas o pasas parcialmente digeridas. Después de esas primeras 24 horas, los perros comienzan a presentar anorexia, letargo y depresión; pueden presentar también abdomen doloroso y llega un momento en que dejan de beber y de orinar; al final los riñones fallan y la mayoría de los perros mueren.
Inicialmente el veterinario podría sospechar de envenenamiento por raticida (eso ha ocurrido en algunos casos) porque los primeros síntomas son bastante similares; así que si se sabe o se sospecha que el perro ha comido uvas o pasas hay que advertirlo para comenzar cuanto antes con el tratamiento adecuado.
En cuanto al tratamiento, si la ingestión ha sido hace menos de dos horas se puede inducir el vómito y administrar carbón activado para que absorba cualquier resto del veneno o toxina; si ya ha pasado más tiempo, se requiere una terapia agresiva de fluidos intravenosos (o incluso diálisis) para tratar de limpiar los riñones, y según el paciente también puede estar indicada una medicación renal adicional. Este tratamiento debe ser lo más temprano posible, debe ser muy agresivo, y seguirlo durante largo tiempo, para que el perro pueda tener posibilidad de sobrevivir.
Si se conoce o se sospecha que un perro ha consumido cualquier cantidad de uvas o pasas se debe acudir al veterinario inmediatamente, en estos casos la rapidez puede ser vital.
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Mª Isabel Peláez de Lucas
Dra. en Biología (Universidad de León)
Afijo: de la Dama Negra
Artículo facilitado por Dogbreeder