<
Ya sea porque nos preocupa la dieta de nuestro perro, porque queremos premiarle, o simplemente porque queremos que disfrute de ello, muchas veces le damos algo de nuestra comida, o "lo dejamos caer" de la mesa. Pero bien sabido es que no todo vale, y que muchos alimentos pueden poner en peligro la salud de nuestra mascota.
Por ese motivo, os proponemos una serie de alimentos que podemos darle sin problemas, y que de hecho (en su justa medida) pueden aportarle algún que otro beneficio.
La pechuga de pollo hervida es el alimento básico: es el que más habitualmente se mezcla con la comida del perro, aunque para ello hay que tener en cuenta que no se le debe añadir ningún condimento, ni sal al agua para cocinarla.
Si el yogur no cuenta con azúcares ni edulcorantes artificiales, se convierte en una fuente natural de calcio y una importante carga de proteínas, potasio y magnesio. Además, provee al animal de vitaminas, le ayudan con el sistema digestivo, y refuerza sus defensas.
Hay que tener en cuenta que nuestra mascota puede ser intolerante a la lactosa, en cuyo caso, darle queso puede ser un error. De lo contrario, es una herramienta sorprendentemente eficaz para combatir diversas dolencias, desde el sarro a enfermedades oculares o de la piel (de hecho, tiene propiedades que incluso combaten el cáncer). Esto es debido a la vitamina A, que es, junto al calcio y un buen número de proteínas, lo que recibe el animal al ingerirlo.
Las verduras y hortalizas son buenas para nuestra mascota, por mucho que pueda parecer lo contrario: si al darle una no la digieren bien, es debido a la falta de Amilasa, encima con la que nosotros trabajamos tales alimentos, y de la que los perros carecen. Pero eso sólo significa que habrá que dárselas troceadas. Por lo demás, se pueden beneficiar igual que nosotros de las vitaminas y carbohidratos de la patata; las propiedades diuréticas, antisépticas y beneficiosas para la vista de la zanahoria; el hierro de las espinacas, que ayudan también a reducir el azúcar en sangre; el poder antibacteriano del brócoli; o las vitaminas C y A de que dispone el tomate. Y estos son sólo algunos ejemplos de todas las propiedades de las verduras que pueden ayudar a nuestra mascota.
Hay muchos tipos de pescado que nuestra mascota puede comer: salmón, merluza, sardinas, atún anchoas... son sólo algunos ejemplos que, combinados con su dieta habitual (no hay que olvidar que es un añadido, en ningún caso debe convertirse en el principal alimento de su comida), pueden ayudar a nuestro amiguito a mantener un pelaje sano y saludable, además de ser importantes aliados para su sistema inmunológico. Además del aporte proteínico y vitamínico (A, B y D), son también una fuente de grasas y Omega 3.
Cada vez es más habitual descubrir a mascoteros que se pasan a las dietas BARF, que cambian el alimento seco de su perro por comida cocinada o natural. Antes de tomar una decisión así debe comentarse con el veterinario, para saber qué puede sentarle bien, y qué mal, a cada animal. Dicho lo cual, esta primera lista de alimentos puede ser una opción más que interesante con la que empezar a mejorar la calidad de la alimentación de nuestro amiguito.