Al nacer, es ella la que nos arropa entre sus brazos por primera vez. Es ella quien nos protege durante los primeros meses de vida y nos da todo el cariño del mundo sin pedir nada a cambio. Es única e irremplazable porque es nuestra madre: la que nos ha llevado en su vientre y a la que nos ama sin fronteras. Esto es así. Aquí, en la otra punta del mundo y en el reino animal. Sin lenguaje verbal para decirse 'te quiero' pero con unos gestos amorosos que lo demuestran todo.
Sea como sea, el amor paternal entre animales existe y es más fuerte de lo que creemos. Las imágenes que siguen contienen dulzura a grandes dosis: los momentos más tiernos entre padres e hijos pueden provocar lesiones irreparables de amor hacia los animales ;)