Se trata de un insecto que suele habitar en los nopales, un tipo cactus que puebla la región central y sur del continente americano, así como algunos puntos del norte, como México. Ya en la época de los mayas y aztecas se conocían las propiedades de este colorante, que era sumamente apreciado y que estos insectos empleaban como repelente de otros insectos mayores. De hecho, además de por su color, esa sustancia se usa en muchas regiones para contrarrestar algunas plagas, como las de hormigas.
La primera de ellas es, cómo no, que se trata de un pigmento natural, es decir, que no procede de la industria química, por lo que puede utilizarse con tranquilidad en ámbitos como el alimentario, pese a que en los últimos años su empleo se ha visto sustituido por los colorantes artificiales.
Otra cualidad es que se disuelve en agua, por lo que sirve para colorear líquidos.
Asimismo, debemos señalar que no se oxida con facilidad, cuestión esta que afecta a la mayoría de los pigmentos naturales.
Por último, hemos de afirmar que se trata de un colorante que resiste bien el calor.
Ya hemos apuntado que este insecto suele localizarse en México y en países de Centroamérica y Sudamérica. Con la llegada de los españoles a estas regiones, el colorante se empleó como tinte para teñir prendas y elementos de la indumentaria religiosa o militar. Pero no será hasta el siglo XIX cuando la industria decida criar cochinillas para extraer el pigmento y utilizarlo para la industria alimentaria con el objetivo de colorear mermeladas, galletas, yogures, etc., así como productos relacionados con la estética y la higiene femenina. Esa es la razón por la que es habitual hallarlas en parajes como los desiertos del archipiélago canario, repleto de cactus sobre los que se reproducen en libertad, pues son necesarios más de 100 000 ejemplares para poder obtener un kilo de colorante.
A pesar de que los colorantes químicos han cobrado importancia, aún hoy se utiliza este pigmento natural entre aquellos productores que fabrican de manera natural y artesanal, lo que les confiere un valor añadido a sus productos.
Esa es la razón por la cual en los últimos años se ha revalorizado el uso del carmín natural procedente de la cochinilla.