La artritis canina o artritis degenerativa es la inflamación de las articulaciones de los perros, una dolencia que acusan con la edad, según se van desgastando sus cartílagos, pero que también puede afectar a canes más jóvenes. Las causas son varias: desde un golpe hasta una infección. En algunos animales la enfermedad tiene un origen autoinmune y los hay que la desarrollan debido a su herencia genética. También hay cánidos que la sufren como consecuencia de una dieta inadecuada o de una enfermedad digestiva (dispepsia). Incluso la obesidad puede ser un condicionante importante para definir la aparición de artrosis en nuestro perro.
Hay una serie de síntomas que pueden evidenciar que nuestro perro sufre artritis. Son los siguientes:
Si notamos que nuestro animal puede padecer esta enfermedad, lo mejor es que le llevemos al veterinario para que nos confirme la dolencia y nos informe sobre el mejor tratamiento. Este profesional recomendará la toma de antiinflamatorios y analgésicos para combatir los momentos de dolor o inflamación.
Asimismo, aconsejará una dieta adecuada para favorecer la regeneración del cartílago, sobre todo en aquellos casos en los que la obesidad o los problemas digestivos están detrás de la artrosis.
Aplicar calor es otro de los remedios que nos dará el veterinario, sobre todo en las estaciones de frío o durante los días de lluvia, que es cuando más acusan dolor los canes.
Por supuesto, recomendará que el animal esté en reposo y que tenga un espacio cómodo donde poder descansar.
Por último, el especialista podrá valorar el uso de vitaminas, suplementos nutricionales o corticoides para frenar el desgaste articular.
Si estos tratamientos no mejoran la enfermedad o esta es muy grave, el veterinario podrá recomendar la cirugía. En cualquier caso, será él el que valore si es necesario y dicte las normas a seguir durante los momentos previos y posteriores a la intervención.