Para poder sobrevivir en la naturaleza, los conejos silvestres tienen que ser silenciosos y sigilosos, pasar desapercibidos y no llamar la atención de los predadores. Cuando están enfermos o heridos se refugian en sus madrigueras y esta estrategia de supervivencia también podemos observarla en los conejos enanos. Estos animales no son verdaderas mascotas, y muchas veces sus propietarios no saben lo que pretenden exteriorizar mediante su comportamiento y sus sonidos.
Éstas son sus principales expresiones vocales:
Cuando los conejos disfrutan de las caricias, frotan suavemente sus dientes produciendo un sonido muy suave. Pero este sonido es tan débil que solamente podremos percibirlo en un ambiente que esté en absoluto silencio.
Chirriar los dientes con fuerza es una expresión de dolor. Suele ir ligado a un estado de apatía general, ojos turbios y postura tensa.
Los machos emiten un profundo gruñido gutural durante el cortejo y después de la cópula.
Cuando los conejos están furiosos o se sienten amenazados emiten gruñidos y bufidos acompañados de una especie de silbidos. La advertencia es muy clara: “Mantente alejado de mi”. El que no le haga caso, sea congénere o persona, puede recibir un ataque fulminante en cualquier momento.
También pueden expresar su inquietud o desagrado mediante una sucesión de tonos que parecen un balido. Algunos conejos lo hacen cuando se los intenta coger para devolverlos a la jaula. Yo tuve una coneja que lo hacía a la perfección.
Los chillidos de miedo solamente los he oído en una ocasión. Hace muchos años, mi coneja por la noche no colocó a sus dos gazapos en el nido. Los pequeños tenían frio y empezaron a gritar con fuerza para intentar salvar sus vidas. Me desperté, les di calor con m i cuerpo y luego los puse en el nido.
Cuando los conejos se ven en peligro de muerte emiten unos gritos muy agudos. Suelen hacerlo cuando están a punto de ser atrapados por un predador, pero los ejemplares jóvenes y asustadizos también chillan de este modo si se los coge por sorpresa y se asustan.
Los golpes y tamborileos son una señal acústica de advertencia para sus congéneres: “Cuidado, se acerca un enemigo, se impone la huida”. Cuando un conejo tamborilea contra el suelo con sus extremidades posteriores, es señal de que tienen miedo o de que está muy excitado y tenso.
Al contrario de lo que sucede con su expresión vocal, los conejos poseen una expresión corporal muy desarrollada. La de los conejos de orejas caídas es algo más limitada. Pero si uno se fija bien, verá las sutiles diferencias.
Cuando un conejo oye o ve algo que le llama la atención, se alza sobre sus extremidades posteriores para asegurarse. En esta posición puede observar mejor su entorno y percibir más claramente los sonidos y los olores.
Los saltos, brincos y veloces carreras forman parte del comportamiento de huida con el que el conejo silvestre pone a salvo su vida. Desde muy jóvenes empiezan a practicar en juegos lo que luego les permitirá ponerse a salvo de los predadores: carreras cortas de hasta 40 km./h. y la capacidad de efectuar giros en el aire ¡de hasta 180 grados!. También los conejos enanos tienen esos “minutos de locura” en que empiezan a perseguirse de forma salvaje y saltan espectacularmente por los aires. Es una expresión de alegría y de vitalidad. Los conejos necesitan hacerlo para mantenerse en forma y liberar energías.
Esto es lo que podrá observar cuando sus conejos estén relajados. No los moleste en esos momentos:
• Sentados sobre sus extremidades posteriores y con las orejas erguidas.
• Brincan tranquilamente mordisqueando algo aquí y allá, con las orejas extendidas hacia atrás.
• Se acuestan extendidos sobre el vientre o sobre un costado, con la cabeza apoyada contra el suelo y las extremidades posteriores extendidas lateralmente o hacia atrás.
• A los conejos les encanta revolcarse en la arena.
• Después de descansar, se estiran y bostezan para aflojar los músculos y estimular el riego sanguíneo.
Los conejos escarban y arañan con sus patas delanteras:
• Los machos sexualmente maduros y las hembras en celo o gestantes suelen escarbar inquietamente en el sustrato de la jaula.
• Si no disponen de un cajón con arena en el que puedan escarbar a sus anchas, son capaces de hacerlo en las alfombras.
• A los conejos dominantes les gusta escarbar en los lugares que antes han sido marcados con sus rivales. Si su conejo lo hace cuando usted lo tiene en el regazo, también puede significar: “Sigue rascándome”.
Durante el ritual de apareamiento, el macho rodea a su elegida y rodea sus patas a la vez que la estimula.
Golpearse suavemente en el hocico es una señal de bienvenida e indica que tienen ganas de que le hagan caso. Si su conejo enano le golpea suavemente con el hocico, significa: “Hola, aquí estoy, acaríciame un poco”.
• Golpear fuertemente con el hocico para apartar significa “¡Déjame en paz!”
• Los mordisqueos y pellizcos de los conejos no son verdaderos ataques (al contrario que los mordiscos fuertes). Si su conejo enano le da un pellizco, no grite “¡Uy!”. Deposite al animal cuidadosamente en el suelo y déjelo en paz.
• Sacudir las orejas también es señal de inquietud: “Esto no me gusta”.
Los conejos que se llevan bien se limpian y se lamen mutuamente el pelaje. Lo denominamos higiene corporal social porque se trata de una práctica que refuerza las relaciones amistosas dentro del grupo. Si su conejo enano le lame la mano o el brazo cuando lo está acariciando, esto significa: “Yo también te aprecio, y por esto te limpio”.
El conejo se comprime aplanándose contra el suelo, con las orejas hacia atrás y los ojos muy abiertos de miedo: así es como el conejo silvestre intenta pasar desapercibido cuando ya es demasiado tarde para huir hacia la madriguera. Si su conejo enano muestra este comportamiento es que algo lo ha asustado. No se ponga nervioso ni se acerque corriendo hacia él, ya que eso sólo desencadenaría una huida frenética.
Tronco y cabeza extendidos hacia delante, parte posterior del cuerpo alzada y con las patas posteriores para echar a correr, cola replegada. Así es como el conejo se aproxima precavidamente cuando quiere investigar algo que no conoce: un terreno extraño, un congénere desconocido, un objeto nuevo. Curioso, pero nada confiado, y siempre dispuesto a huir en caso de peligro.
Un conejo seguro de sí mismo se aproxima con la colita levantada. Así es como los conejos dominantes se acercan a sus congéneres. Los conejos en inferioridad de condiciones se encogen, casi se empequeñecen. Si tienen miedo, bajan las orejas. Si muestran su respeto a un congénere de rango superior –pero sin miedo– las mantienen levantadas.
Si desean mostrar sumisión, acercan la cabeza al otro pero siempre manteniéndose en una postura más baja y con la cabeza también más baja que la del dominante.
Orejas hacia atrás, postura tensa y con el cuerpo preparado para el ataque, acompañado a veces con gruñidos cortos. Esto sólo significa una cosa: “¡Cuidado, mantente a distancia, de lo contrario te voy a arañar y a morder!”.
Si deseas conocer a forno todo lo relativo al cuidado de los conejos enanos, te recomendamos la publicación El conejo enano de la Serie Premium de la Editorial Hispano Europea Serie Premium: