No es normal que nuestro perro se quede ciego, pero sí es el caso, tenemos que ser conscientes de que habremos de adaptar nuestra vivienda y, cómo no, la vida que llevamos a su discapacidad.
Como cualquier ser vivo, un perro ciego aprende a reconocer su entorno, incrementa sus otros sentidos y puede convivir perfectamente en un hogar al que identifica como suyo y que conoce. Por supuesto que todo depende de las circunstancias. Si nuestro amigo se ha quedado ciego poco a poco, durante el tiempo en el que la ceguera pase de parcial a total se irá habituando a su nueva situación y sabrá orientarse en su casa sin mayor inconveniente. En cambio, si el perro sufre una ceguera repentina o ya es ciego y acaba de venir a casa, tendrá más dificultades para adaptarse. Será entonces cuando nuestra ayuda sea vital para él.
Una cuestión importante es evitar sobreprotegerlo por su carencia, pues lo único que conseguiremos es transmitirle nuestro miedo e inseguridad, piensa que el animal se va a adaptar a su nueva situación de una forma natural e instintiva.
Siempre que convivamos con un animal que tenga pérdida de visión, hemos de modificar su hogar para facilitarle la vida y que memorice pautas, lugares y costumbres que para él resultarán necesarias en su día a día.
De este modo, el primer paso será retirar de los lugares por los que se mueva cualquier impedimento, mueble, objeto y demás que pueda interrumpir su paso, entorpecerle el movimiento, desorientarlo o causarle algún daño. A continuación, es necesario que se habitúe a localizar su lugar de descanso y su lugar de comida. Por supuesto, intentaremos no volver a moverlo una vez que se haga con ellos. Si hace poco que vive en casa, tendremos que guiarlo los primeros momentos, hasta que él sepa el camino y pueda desplazarse por sí solo, aunque es una tarea rápida ya que el olfato les sirve de guía. Es normal que al principio tire los cuencos de comida o se golpee. Con el paso de las semanas se irá adaptando a su nueva situación y será capaz de moverse con soltura por la vivienda.
Si vivimos en una vivienda que tiene escaleras, hemos de bloquear el acceso a ellas. Para evitar que se caiga, lo ideal es que lo ubiquemos en la planta baja. Y si tiene que subir por algo, que lo haga siempre acompañado por nosotros, nunca solo, pues puede ser muy peligroso.
Para acabar, es recomendable que establezcamos unas rutinas que pueda identificar de manera clara: que lo saquemos siempre a la misma hora y durante el tiempo habitual, eso si, siempre con la correa para evitar riesgos. Si aprovechas los paseos para hacer ejercicio y jugar, es importante que los juguetes sean sonoros para que pueda seguir el ruido. No le facilites excesivamente la búsqueda, dale la oportunidad de esforzarse, tiene capacidad para hacerlo.
Recuerda evitar sobreprotegerlo porque, aún con su discapacidad, tu perro puede disfrutar de una vida normal, tiene recursos para adaptarse, el resto de sus sentidos se agudizarán para compensar la falta de visión.