Adoptar un animal no es solo darle cariño, juegos y atención, alimentarlo y darle un techo caliente, sino también cuidar de su salud. Para ello, es necesario que los dueños sepan de la necesidad de vacunar a sus animales de compañía para prevenir enfermedades y de desparasitarlo para no poner el riesgo la vida del animal ni de la propia familia.
Por tanto, hay dos desparasitaciones: una externa y otra interna. Vamos a empezar hablando de esta última.
La desparasitación interna se refiere, como ya hemos adelantado, a la eliminación de parásitos intestinales. Se trata de lombrices que el gato puede desarrollar por contagio con otro animal infectado o con sus heces y que provoca vómitos, diarreas, apatía, etc. Y podemos pensar: si nuestro no se relaciona con otros animales, ¿por qué puede tener lombrices? Porque nosotros podemos traerlas de la calle en zapatos. Incluso en la ropa podemos llevar adheridos huevos de lombriz que luego hará que el gato desarrolle los gusanos.
Pero además de estas lombrices hay que tener en cuenta otros parásitos iguales de importantes, como los , por ejemplo, que recorren los vasos sanguíneos hasta llegar a este órgano y provocar su muerte y otros metazoos que ocasionan tos y problemas intestinales.
Por tanto, acudir al veterinario a por su tratamiento profiláctico cuando este así lo determine evitará que desarrolle estos parásitos y todas las consecuencias derivadas de ellos.
Por lo que respecta a la desparasitación externa, esta atañe a la eliminación de pulgas, garrapatas, piojos, ácaros y otros insectos, pero también a la prevención, es decir, a evitar que el animal se infecte con ellos, con los problemas que ello entraña, tanto para él como para los seres humanos que conviven en el mismo núcleo familiar. Además de problemas de anemia, son los culpables de enfermedades como la babesia, la leishmaniasis, la filaria, etc. Y, repetimos, pueden provocar problemas en aquellos que comparten espacio con el animal, como niños y adultos. No hace falta recordar las enfermedades y el riesgo que entraña la picadura de una garrapata o de una pulga.
Por tanto, una vez desparasitado por fuera el animal, es necesario que lleve un collar antiparasitario o que recurramos a otros métodos como pipetas, espráis, pastillas, etc. para evitar la picadura, especialmente en las épocas de más calor, durante los meses de marzo a octubre.