Ya hemos apuntado en varias ocasiones que las picaduras de las garrapatas pueden transmitir muchas enfermedades, algunas muy peligrosas para la salud de nuestros animales de compañía y de sus dueños, pues la mayoría de ellas pueden trasmitirse a los humanos. Una de ellas es la ehrliquiosis canina, que se trasmite por medio de la picadura de la garrapata.
Hay que prevenir su aparición y, si constatamos su presencia, tratarla lo más rápidamente posible, pues la bacteria que la causa destruye las plaquetas del cánido, ocasionando hemorragias, problemas de cicatrización y de coagulación que pueden poner en riesgo su vida.
¿Cuáles son los síntomas?
Los perros que la padecen suelen presentar fiebre, heridas mal cicatrizadas o abiertas, hemorragias cutáneas en la zona del abdomen y las membranas mucosas, falta de apetito, pérdida de peso, depresión, palidez, incontinencia urinaria, debilidad, malestar abdominal, fallo renal, anemia, etc.
Estos síntomas no aparecen inmediatamente tras la picadura, sino que la bacteria tiene un proceso de incubación de una a tres semanas. Cuando ya está presente, evoluciona pasando por tres fases: aguda, subclínica y crónica. La última es la más compleja, pues si el animal no recibe el tratamiento adecuado, comienza a manifestar nuevos síntomas asociados a otras complicaciones y puede empeorar incluso su propia vida.
¿Cómo se trata?
Como siempre decimos, el tratamiento debe recetarlo el veterinario. Nosotros tendremos que estar alerta y si evidenciamos alguno de los síntomas anteriores, acudir a su consulta para que este profesional valore la afección y establezca el diagnóstico correcto.
Lo habitual es que, si está en la primera fase, recete antibióticos para eliminar la infección. Si la ehrliquiosis canina está muy avanzada o el perro se encuentra en un estado de salud muy grave, el veterinario puede recomendar, además, realizar una transfusión para que el animal se recupere de la pérdida de sangre ocasionada por el parásito y las hemorragias asociadas a la enfermedad.
En algunos casos conseguimos detectar la garrapata a tiempo, antes de que se produzca la picadura. Si ello es así, el especialista aconsejará someter al perro a baños antipulgas para eliminar cualquier parásito de la piel de animal.
¿Se puede prevenir?
Las garrapatas son muy comunes en las zonas rurales, sobre todo durante la primavera y el verano. Por ello, la mejor prevención es usar repelente especial antigarrapatas si vamos a pasear por el campo o por lugares transitados por animales salvajes y reses. Son repelentes de parásitos que también resultan efectivos contra piojos y pulgas y que protegerán a nuestro amigo durante meses.