El temido parvovirus canino, más conocido como parvo, fue identificado en 1978 y desde entonces muchos perros han sido víctimas de esta enfermedad altamente contagiosa y mortal. Aproximadamente el 75% de los cachorros menores de 5 meses y del 2 al 3% de los perros mayores mueren por este virus.
La parvovirosis canina (PVC) es una infección causada por un virus tipo 2 que afecta al tracto gastrointestinal, a los glóbulos rojos de la sangre, y en algunos casos, al músculo cardíaco. Si la infección no es tratada a tiempo, el virus puede acabar con la vida del animal en pocos días.
Este virus es muy resistente a los antisépticos y a las condiciones ambientales extremas como el calor, el frío, la humedad, la sequedad y puede sobrevivir durante muchos meses bajo condiciones adversas.
También es muy contagioso (no para el hombre), puede contaminar la superficie de las perreras, el alimento, los recipientes de agua para beber, los collares, las correas...
Todos los perros pueden infectarse con el virus de la parvo, sin embargo, los cachorros de menos de cuatro meses de edad y los perros adultos que no han sido vacunados tienen mayor riesgo de contagio.
Los cachorros son tan susceptibles a infectarse porque la inmunidad natural que tiene la leche materna disminuye antes de que el sistema inmune del cachorro pueda combatir la infección por sí mismo. Si un cachorro es expuesto al parvovirus durante este intervalo de protección mínima, es probable que se infecte.
También puede pasar que un perro vacunado cuando fue cachorro contraiga el virus en edad adulta. Esto es debido a que la vacuna administrada de cachorro no tiene la misma eficacia en un perro adulto.
Los perros no son los únicos expuestos a este virus, otros cánidos como el zorro, el lobo y el coyote también pueden verse afectados.
El parvovirus se extiende muy fácilmente de un lugar a otro, transportado en el pelo, en los pies del perro, en jaulas contaminadas, en los zapatos y otros objetos...
El virus se llega a transmitir al perro:
El virus de la parvo tarda entre tres y cuatro días en manifestarse. El primer síntoma que podemos apreciar en el perro es la fiebre (40-41°C) y, del sexto al doceavo día, se hacen más que evidentes el resto de síntomas:
Los perros pueden deshidratarse rápidamente debido al vómito y a la diarrea. La mayoría de muertes por parvovirosis ocurren entre las 48 y 72 horas posteriores al inicio de estos síntomas. Por eso, ante cualquier sospecha, es vital contactar con nuestro veterinario lo antes posible.
No existe un tratamiento específico que elimine el virus en los animales infectados, la única manera de combatirlo es estimulando las defensas del animal hasta que su sistema inmunológico pueda luchar contra la infección viral. El tratamiento consiste en contrarrestar la deshidratación mediante el suministro de líquidos y electrolitos (cloro, sodio, potasio, calcio, magnesio y bicarbonato), que servirán para reemplazar las pérdidas causadas por el vómito y la diarrea.
El vómito y la diarrea también deben ser controlados, así como, la prevención de infecciones secundarias. Los perros enfermos deben mantenerse abrigados y deben seguir una alimentación adecuada.
Cuando un perro sufre la infección por parvovirus, la cura puede ser muy costosa y a pesar de haber recibido un tratamiento de emergencia, el animal puede morir. Por lo tanto, es de suma importancia llevar al perro al veterinario ante la duda que pueda padecer parvovirosis.
El virus de la parvovirosis canina no es fácil de eliminar, por lo tanto si hemos tenido un perro infectado, es necesario desinfectar toda la casa.
También hay que tener en cuenta que hay casos de cachorros que han sobrevivido al parvovirus y que seis meses después vuelven a padecer los mismos síntomas, sobre todo, si el virus les llegó a infectar al corazón.
Por otra parte, aunque el perro supere la enfermedad, ésta le habrá dañado el epitelio del intestino, por lo que es posible que el animal sufra durante toda su vida trastornos digestivos.
Lo más importante para prevenir el parvovirus es:
Sobre todo, hasta que el cachorro no haya recibido la serie completa de vacunas es importante que los dueños eviten que el animal entre en contacto con otros perros y mucho menos con sus heces.