El entropión, como el ectropión, es una enfermedad ocular, pero a diferencia del segundo, el entropión afecta al borde del párpado, que se curva o dobla hacia el interior. De este modo, el perro mostrará las pestañas pegadas al globo ocular. Además de poder afectar a todo el párpado o a una parte (inferior o superior), lo normal es que se produzca en los dos ojos.
Como también se ha indicado cuando hablamos del ectropión, el entropión puede deberse a una alteración genética, entropión primario, o a un elemento ambiental que provoque en el perro dicha enfermedad. Ello se conoce como entropión secundario. El primario, más habitual en cachorros que en perros adultos, es frecuente en unas razas más que en otras. De este modo, razas como el Shar pei, el C, el Dogo alemán, el Mastín Napolitano o el Bóxer son más propensas a enfermedades oculares de este tipo, incluido el . Por su parte, el entropión secundario, como el ectropión secundario, puede afectar a cualquier raza.
Las manifestaciones más comunes del entropión son las siguientes:
En el instante en el que comprobemos que nuestro perro sufre algún tipo de problema en el ojo, o lo sintamos molesto y triste, hemos de acudir al veterinario para que diagnostique el problema y defina el mejor tratamiento posible para nuestra mascota. En este caso, lo primero que hará será un examen ocular. En este caso, y a diferencia del ectropión, solo cabe la cirugía como tratamiento, por lo que el especialista tendrá que intervenir para corregir el problema derivado de la malformación del párpado. Aunque suele dar muy buenos resultados, en algunas ocasiones, en el caso de los cachorros, no se efectúa de inmediato, sino que el veterinario esperará a que el animal crezca y alcance la edad adulta para meterlo en quirófano. Mientras tanto, recetará un tratamiento para reducir las molestias asociadas, algo temporal.
Ninguno de los dos casos, el primario y el secundario, se pueden prevenir. Primero, porque es imposible prevenir un problema genético. Y segundo, porque no tiene nada que ver con un problema bacteriano o de higiene. Simplemente queda revisar al animal diariamente para llevarlo de inmediato al veterinario.