La epilepsia es una dolencia neurológica que provoca descargas electroquímicas en el cerebro del animal que le ocasionan convulsiones. Es importante acudir al veterinario cuando asistamos a la primera crisis para que descarte si detrás hay otro problema, como un tumor, y nos indique cómo actuar en los momentos más graves.
Los síntomas son bastante claros, pero es recomendable consultarlos con el especialista porque hay otras enfermedades que provocan reacciones muy parecidas. Por tanto, es menester que sea este profesional el que diagnostique claramente que se trata de epilepsia.
Antes de que se produzca una crisis, el animal estará nervioso. Puede incluso que realice conductas que no son propias en él. Una vez que tiene un ataque, el cánido se caerá de lado y mostrará los siguientes síntomas:
Cuando pasa la crisis, que no suele durar más de 10 minutos, el estará asustado, cansado y desorientado.
A día de hoy solo existe tratamiento farmacológico, que ayuda a mitigar los síntomas y reduce la frecuencia de los episodios más graves, pero no cura la epilepsia. Por tanto, hay dos aspectos que resultan fundamentales para hacer frente a esta enfermedad:
Una vez haya pasado el ataque, es conveniente que le demos abundante agua al animal. Las convulsiones le dejarán exhausto y el exceso de saliva hará que tenga mucha sed.