La hernia umbilical es esa protuberancia que aparece en el lugar donde antes estuvo el cordón e indica que la herida no se ha cerrado correctamente, por lo que los intestinos y la grasa sale a través de ella. No se trata de una herida abierta, sino que dicha herida está cubierta por la piel del cachorro. A pesar de ello, es un problema que debemos solucionar, pues los casos más graves conllevan riesgo para el animal.
El más evidente de ellos es la presencia de esa protuberancia o bultito en el vientre del cachorro. Lejos de estar suave, blando y rosado, se aprecia una prominencia algo más dura en la zona donde se encontraba el cordón umbilical que, cuando se palpa, genera dolor en el pequeño. Si el cachorro es un recién nacido y no sabemos cómo va a evolucionar la cicatriz y si va a desaparecer, será suficiente con que observemos su tamaño conforme avanzan los meses. Si se hace más grande, tendremos que consultar con el profesional sanitario. Es importante que lo llevemos a la clínica para que el especialista evalúe la gravedad de la hernia, sobre todo si nuestro cachorro tiene fiebre, se queja mucho del bulto, vomita cuando come o no tiene apetito, o la hernia está hinchada. Es menester prestar atención a estas manifestaciones y acudir urgentemente al veterinario si aparecen, pues indican que la hernia está estrangulada, lo que es sumamente grave y puede resultar fatal.
Cada caso es único. Por eso, el profesional sanitario examinará al cachorro y comprobará el mejor paso a seguir. Si esta es pequeña y no reviste gravedad, el veterinario aconsejará esperar hasta que se cierre por sí sola. Si, pasados seis meses, la hernia sigue, habrá que acudir de nuevo a su consulta para que valore otro procedimiento.
En las hernias de mayor tamaño y en las que están estranguladas, se opta por la cirugía. Se trata de una intervención sencilla en la que el cirujano introducirá los tejidos del intestino y la grasa y cerrará la herida para que esta cicatrice adecuadamente.
Así que ya sabes: si notas un pequeño bulto en tu cachorro es mejor acudir a la consulta del veterinario para que evalúe si se cerrará con el paso de los meses o si requiere de una operación de urgencia.