Como buenos amantes de los animales y de la naturaleza, en mundoAnimalia también abogamos por un modo de vida respetuoso y tolerante con nuestro entorno y los seres que habitan en él.
En los últimos años parece que se ha tomado conciencia del creciente deterioro del medio ambiente y del aumento del consumo, poco saludable, de productos industriales con cantidades excesivas de calorías, grasas y sal. Llegados a este punto, nos alegra saber que la paulatina destrucción del planeta y la famosa “comida basura” son temas que no pasan por alto y que como nosotros, muchas más personas han puesto remedio al asunto. El reciclaje y el consumo de productos biológicos podrían ser los primeros pasos para empezar a convivir en armonía con nuestro planeta.
Lo que más nos agrada es que esta concienciación no es sólo a nivel ciudadano, sino que en el ámbito jurídico también se están intentando regular algunas de las prácticas abusivas y salvajes que afectan tanto al planeta como a los animales que malviven en él. Por ejemplo, desde principios de 2009, en Europa, ya queda terminantemente prohibida la realización de experimentos de productos cosméticos en animales. Normativa que, a los que formamos parte de mundoAnimalia, nos alegra sobremanera.
Los productos ecológicos, también conocidos como orgánicos o biológicos, son aquellos productos 100% naturales, es decir, que han sido elaborados sin utilizar elementos químicos como fertilizantes sintéticos, conservantes, pesticidas, aditivos o antibióticos, entre otros.
Estos productos ofrecen una alternativa más saludable tanto para nosotros como para el medio ambiente.
En los últimos años, el consumo de estos productos ha ido en aumento y muchos fabricantes han visto en la denominación eco o bio un filón de lo más suculento. En el campo de la alimentación, el resultado ha sido un mercado saturado por productos aparentemente ecológicos pero que ni cumplían las normativas comunitarias ni pasaban los controles de calidad pertinentes. A raíz de este descontrol, en 2005 se dictó una nueva normativa europea en la que los términos bio, biológico, eco, ecológico, org y orgánico quedaron fijados exclusivamente para los alimentos que cumplían todos los requisitos. Para no dar lugar a dudas, todos estos alimentos empezaron a ir etiquetados con un sello que garantizaba su autenticidad. En España, las comunidades autónomas son las que tienen las competencias de control sobre la producción y la certificación ecológica.
Hay que destacar que por productos ecológicos no nos referimos únicamente a los del sector de la alimentación, sino que la cosmética, la ropa o los productos de limpieza también nos parecen una alternativa de consumo más coherente y saludable.
En esta era dominada por el culto a la belleza y al cuerpo, para muchas personas, cuidar su aspecto se ha convertido en una prioridad que comporta el uso diario de cremas, jabones, maquillaje, perfumes... De la misma manera que con los alimentos, la elaboración y el resultado de estos productos puede ser muy perjudicial para el medio ambiente y para la salud.
El interés de cuidar el medio ambiente está llegando a todos los sectores y el de la cosmética no podía ser menos. La cosmética ecológica no utiliza ningún principio activo químico que pueda ser nocivo para la salud o la naturaleza. Los fabricantes de este tipo de cosmética consideran que las plantas poseen infinitas propiedades curativas y regenerativas y por lo tanto, no hay necesidad de utilizar productos químicos dañinos para el organismo. Este tipo de cosmética utiliza ingredientes beneficiosos en sí mismos, tales como aceites vegetales biológicos o aguas florales. Productos con aloe vera para calmar las irritaciones después de la depilación o el afeitado o el aceite de mosqueta para difuminar las cicatrices ya son productos de lo más utilizados.
Además de cuidar que los componentes sean todos de origen natural, la cosmética ecológica también utiliza envases ecológicos y asegura que sus productos no han sido testados en animales. Para verificar que todas estas premisas se cumplan, varios organismos han creado avales para poder ayudar al consumidor a diferenciar un producto supuestamente natural de otro natural y ecológico.
Como hemos apuntado, los productos procedentes de este tipo de agricultura y ganadería buscan ser lo más naturales posibles. En el caso de la agricultura, muchos la ven como una forma de volver a nuestros orígenes de cultivo y por lo tanto cultivan los alimentos respetando los ciclos de regeneración de los terrenos. De este modo, la tierra no se agota y los acuíferos no se contaminan. Durante el proceso tampoco se utilizan pesticidas ni productos que aceleren el proceso de crecimiento de las verduras, hortalizas o cereales.
Al igual que en el caso de la agricultura, con la ganadería ecológica también se busca obtener carnes, huevos y leche lo más naturales posibles. Para ello, uno de los puntos fuertes es respetar a los animales proporcionándoles piensos orgánicos y un medio en el que se puedan desarrollar libremente.
La creación natural de otros productos, como el vino o el aceite, también está teniendo bastante empuje dentro del sector y cada vez son más las bodegas y las aceiterías que optan por este tipo de producción.
La elaboración de esta clase de alimentos ha surgido con el fin de contrarrestar el constante consumo de alimentos que son cultivados de modo artificial, en los que se acostumbra a acelerar su crecimiento y en los que intervienen toda clase de químicos y ambientes contaminados poco favorables para nuestra salud.
Cada vez son más los diseñadores que se interesan por el cuidado del medio ambiente y por consiguiente apuestan por el uso de productos ecológicos a la hora de elaborar sus prendas. La ropa ecológica es aquella que se fabrica de forma natural (sin utilizar productos químicos de síntesis) y que en su elaboración se tiene en cuenta minimizar el impacto que eso supone para el medio ambiente. Algunos ejemplos de materia prima ecológica son el algodón ecológico, el lino o las fibras de bambú.
Al igual que en la alimentación y la cosmética, normalmente las prendas de ropa ecológicas también llevan un sello oficial que las identifica como tales. Algunas marcas no lo tienen pero sí que podemos ver que siguen una línea trabajo basada en la utilización de materiales ecológicos o reciclados, como el caso de la marca francesa Ideo.
Muchos de los productos domésticos de limpieza de uso frecuente como limpiadores, desinfectantes, detergentes, quitagrasas o desatascadores, contienen sustancias químicas contaminantes y peligrosas para el medio ambiente y para nuestra salud. Cada día consumimos más de estos productos sin reparar en su peligrosa y toxica composición.
La sustitución de éstos por productos de limpieza ecológicos contribuye de un modo efectivo a disminuir nuestro impacto en la naturaleza y en nuestra salud. Los ingredientes de los productos de limpieza ecológicos son biodegradables y están fabricados a base de ingredientes y aceites esenciales derivados de plantas como azúcares de aceite de coco, de palma o de oliva, silicatos, citratos, sodas, agentes tensioactivos extraídos del azúcar, sulfatos de alcoholes grasos de coco etc.
Ya sea comiendo carne y verduras de origen ecológico como limpiando o vistiendo respetando cada vez más nuestro entorno, esperamos poder aportar nuestro pequeño granito de arena para cuidar a nuestro gran planeta azul.