Saltar sobre la gente es un comportamiento normal en los perros. Los perros se lamen el hocico en forma de saludo, por eso saltan cuando llegamos a casa o al ver a alguien conocido. Por lo tanto, nuestros siempre nos saludarán de esa forma a menos que les enseñemos a no hacerlo.
Puede resultar gracioso ver a un cachorrillo intentando llegar a nuestra cara para saludarnos dando saltos sobre nosotros, lo primero que hacemos, si nos gustan los perros, es agacharnos y acariciarlos premiando así esta conducta, de esta forma les alentamos a seguir haciéndolo, ellos entienden que no nos molesta y volverán a repetirlo cada vez que se encuentren con alguien nuevamente. Esta conducta puede irritar a otras personas, pueden manchar la ropa de la gente e incluso causar algún arañazo leve en la piel; sin embargo, tendemos a pasar por alto estas cosas cuando nuestro perro es un dulce y simpático cachorro, pero recordemos que va a crecer y puede resultar algo incómodo tener que ir apartándolo de la gente a base de tirones de correa y de correcciones verbales que es lo que hacemos, generalmente, cuando el cachorro se convierte en un joven lleno de energía.
Es necesario enseñar a nuestros perros buenos modales a la hora de saludar. La mejor forma de entrenarlo es enseñarle un comportamiento alternativo más aceptable, como sentarse y quedarse quieto. Premiaremos que se siente y se quede quieto cuando llegamos a casa. Así le estamos mostrando otra forma de saludo que nos servirá también cuando tengamos visitas y en las ocasiones en las que nos encontramos con alguien en la calle.
Si no queremos que salude a la gente saltando, no debemos dejar que nadie acaricie a nuestro cachorro a no ser que tenga las cuatro patas en el suelo, si dejamos que los demás acaricien al perro mientras salta sobre ellos se reforzará el comportamiento y será más difícil su entrenamiento. Debemos acostumbrarnos a pedir la colaboración de los demás mientras estamos educando a nuestro cachorro, la gente suele ser amable y entenderá lo que les estamos pidiendo. Si una sola persona permite que el perro se le suba y atiende el comportamiento de cualquier forma, mirándole, tocándole, diciéndole shhhh, shhhh o NO o, incluso, hablándole lo que conseguiremos será dificultar el proceso de aprendizaje.
También podemos planificar sesiones de entrenamiento en casa. Podemos pedirle a un amigo que llame al timbre, abrimos la puerta y mientras el cachorro tenga las cuatro patas apoyadas, nuestra visita le dirá "muy bien" y le dará un premio, por lo tanto, debería estar preparado previamente con unas cuantas golosinas en el bolsillo. Esta sería la primera parte del ejercicio, el cachorro pronto comprenderá que recibe golosinas cuando no salta y está de pie tranquilamente, a partir de ahí iremos avanzando hasta conseguir el objetivo, que es recibir a las visitas o a nosotros mismos en posición de sentado y quieto.
Estas técnicas las podéis utilizar también con perros adultos.
Hay que intentar ponerse en el lugar del perro, comprender su forma de comunicación, y tener mucha paciencia. No regañemos al cachorro, seamos pacientes, Los perros aprenden rápidamente que consiguen antes nuestra atención cuando aprenden "buenas maneras" a la hora del saludo.
Artículo escrito por Mónica Saavedra Pazos, Educadora Canina y Terapeuta del Comportamiento de la Escuela de Cachorros y Perros UCM.