Tras habituarse a la rutina de la residencia, la vuelta a casa generará nuevos cambios que afectarán a su comportamiento. Son problemas de adaptación que entran dentro de lo habitual y que provocarán que nuestro perro esté más nervioso de lo normal, e incluso enfadado o triste.
Lo primero que debemos resaltar es que, a pesar de que nos pese su enfado o tristeza, en ningún momento debemos hacer un drama de ello, ni compensarle por haberle dejado durante nuestras vacaciones en la residencia. Así que nada de darle galletas o comida de más, ni de obsequiarle con otro tipo de alimentos.
Tampoco debemos regañarlo si vemos que parece que está enfadado con nosotros. Es comprensible que quiera tratar de demostrarnos que no le ha gustado su abandono. Por ello, durante unos días es mejor ignorarlo hasta que se le pase. Esto no quiere decir que no le llamemos la atención si ladra o hace algo mal, sino que entendamos su comportamiento.
También puede darse el caso de que no quiera quedarse solo en casa. En estas situaciones, ladrará más y se alterará cuando nos preparemos para salir. Para reforzar la seguridad del animal, la que tenía antes de su estancia en la residencia, es importante que le prestemos atención en casa, juguemos más con él y, sobre todo, que no se quede mucho tiempo solo.
Además de con la sensación de abandono que haya podido sentir, el sentimiento de tristeza o apatía de nuestro animal puede estar relacionado con el hecho de que en casa el perro permanece la mayor parte del tiempo encerrado. En la residencia, los animales juegan mucho al aire libre. Por eso, esta actitud puede denotar que echa de menos salir y correr durante más tiempo. Nada que no se solucione aumentando la frecuencia y el tiempo de los paseos.
Además de a sus emociones, la vuelta a la normalidad puede afectar a las pautas de comportamiento que habíamos establecido en su rutina. Por eso, es normal que a nuestro animal se le escape el pis dentro de casa, que esté más cansado de lo habitual o que tenga más hambre. Durante su estancia en la residencia se había adaptado a unas reglas y ahora debe recuperar la rutina que tenía establecida en casa. Con un poco de paciencia, lo conseguiremos.