El mar tampoco se libra. Además de los residuos de gran tamaño, que hace que aves y tortugas se queden atrapados, hay un problema mayor que, a simple vista, puede pasar desapercibido, pero que está acabando con animales como las ballenas y los tiburones. Nos referimos a los microplásticos, pequeñas partículas de no más de 5 mm que se encuentran en el agua y que acaban en los estómagos de aquellos animales marinos que tragan litros de agua para consumir el plancton del que se alimentan.
A diferencia de los plásticos de mayor tamaño, que ocasionan la asfixia inmediata del animal y que se detectan con rapidez, los microplásticos no se aprecian hasta que los investigadores de la biodiversidad marina localizan a un animal varado en una playa y, tras examinar su cuerpo, descubren partículas de plástico de diminuto tamaño dentro de sus sistema digestivo; partículas que, con el paso del tiempo, acaban por afectar el tracto digestivo de tiburones, rayas y ballenas hasta provocarles la muerte por intoxicación debido a la alta cantidad de toxinas y contaminantes orgánicos persistentes que contienen. Son, por tanto, letales, no inmediatamente, pero sí a largo plazo y están mermando de manera importante muchas colonias de animales marinos de gran tamaño y alterando su sistema reproductivo.
Esto no lo decimos nosotros, sino varios estudios que han puesto sobre la mesa la peligrosidad de los microplasticos presentes en nuestros mares y océanos y las consecuencias que tiene su ingestión por parte de la fauna marina. Sin ir más lejos, el año pasado encontraron muerta a una ballena en cuyo interior hallaron más de seis kilos de plástico y microplástico, objetos como bolsas, chanclas, vasos...
Algo similar les sucede a otros animales, como las tortugas. Porque no solo tragar agua con residuos de microplástico mata; la basura que contienen los mares y océanos hiere y mata a miles de estos reptiles marinos, que se quedan atrapados entre ella.
Y no solo la fauna marina se ve afectada por los microplásticos; también las aves que se alimentan de peces. Además de que muchas quedan atrapadas por objetos de plástico, la ingestión de microplásticos obstruye su tracto digestivo y les provoca la muerte casi inmediata.
No cabe duda de que la concienciación por parte de la sociedad es determinante para acabar con la utilización del plástico si queremos conservar nuestra diversidad marina y respetar el ecosistema y, por tanto, el planeta.