Los cachorros muerden y el mordisqueo es necesario para que aprendan a controlar el mordisco cuando son adultos. No siempre es fácil convencer a un cachorro que no muerda la mano de quien lo alimenta, lo acaricia o juega con él. Cuando los cachorros juegan entre ellos, usan la boca y se mordisquean entre sí. Este comportamiento es pocas veces agresivo y no tiene la finalidad de hacer daño, pero es un hábito difícil de eliminar a menos que le animemos a probar un comportamiento alternativo aceptable. El objetivo es redirigir la energía del cachorro a juguetes para masticar aceptables y enseñarle que sea suave cuando tenga una mano en la boca o cerca de la misma.
Es imprescindible para el aprendizaje de inhibición del mordisco redirigir la propensión del cachorro a morder ofreciéndole objetos más aceptables cuando lo acariciamos. Existen multitud de juguetes para morder en el mercado. Esta técnica puede ser especialmente eficaz cuando los niños quieren acariciarlo. Por ejemplo, al ir a acariciarle detrás de las orejas con una mano, ofrecemos el juguete para masticar con la otra mano. Esto no sólo le ayudará a aprender que la gente y las caricias son maravillosas, sino que también mantendrá ocupada su boca mientras se le acaricia. Alternaremos la mano que acaricia y la mano que tiene el juguete para masticar. Es posible que tengamos que comenzar acariciando al cachorro por períodos de tiempo cortos, ya que cuanto más tiempo se le acaricia, más probable es que se emocione y comience a morder.
También debemos enseñarle a que sea suave con las manos y mostrarle que morder da como resultado consecuencias desagradables. Enseñaremos al cachorro que los mordiscos detienen cualquier tipo de atención e interacción social con nosotros. Tan pronto como ocurra un mordisco, gritaremos ¡AY!, como si nos hubiera hecho daño de verdad. Entonces, no le haremos caso. Si es necesario nos marcharemos de la habitación, pero no le prestaremos atención hasta que se haya calmado. Como disfruta jugando con nosotros a pelearse, empezará a aprender a controlar la fuerza de sus mordiscos para que el juego continúe, luego volveremos a tratar el método con el juguete de masticar y las caricias.
Al cachorro se le debe enseñar a disminuir y contener la fuerza de sus mordiscos en vez de prohibirle que muerda. Prohibirle que muerda puede ser contraproducente ya que no aprenderá que al morder hace daño y si, cuando sea adulto, se le asusta o provoca, puede reaccionar mordiendo y este mordisco puede ser verdaderamente doloroso e infringir un verdadero daño.
Cuando un perro es adulto y muerde se decidirá su destino dependiendo de los daños que haya causado. Está claro que estos daños dependerán de si aprendió o no la inhibición del mordisco de cachorro. Por otro lado, siempre será más fácil este aprendizaje que la rehabilitación de un adulto que nunca aprendió a inhibir la mordida.
Artículo escrito por Mónica Saavedra Pazos, Educadora Canina y Terapeuta del Comportamiento de la Escuela de Cachorros y Perros UCM.