Amén de que hay que prestar atención sobre el lugar de procedencia y la persona a la que se le hace la compra, pues muchos ingresan en nuestro país a través de un mercado ilegal, es necesario conocer en profundidad al animal para saber si realmente conocemos los cuidados que requieren y estamos capacitados para ofrecerles todo lo que necesitan para vivir con dignidad.
Eso mismo sucede, por ejemplo, con los petauros del azúcar, unos pequeños mamíferos originarios de Indonesia y Australia que están causando furor por su tamaño y por lo singular de su comportamiento. No hay más que ver anuncios en algunas webs para saber que la demanda de este marsupial es importante. El problema es que no todos los dueños saben que se trata de un animal que necesita mucha atención y unos cuidados especiales que exigen tiempo y dinero.
Por tanto, lo primero que habrá que hacer cuando adquiramos un petauro será buscar a un veterinario especializado en este tipo de animales para que valore su estado de salud y nos dé algunos consejos sobre su cuidado.
La alimentación de esta pequeña mascota es muy variada y no tiene nada que ver con la que podríamos darle a un perro, un gato o un conejo, por ejemplo. Para que tengan sus necesidades nutricionales cubiertas y vivan muchos años (más de diez), es necesario combinar frutas y verduras exóticas con insectos vivos. Además, como ya nos indicará el veterinario, será necesario completar esta alimentación con suplementos para que su organismo no se deteriore y se pongan enfermos. También podemos incluir algunas proteínas, como los huevos.
Debido a su tamaño y al cariño que despiertan en sus dueños, es habitual que se pasen muchas horas entre las manos de aquellos, buscando caricias y mimos, pues son animales muy simpáticos (lo que no quiere decir que no muerdan y arañen cuando están nerviosos o se sienten amenazados). El resto del día tendrán que estar en una jaula, pero no vale una cualquiera, ya que estos animales saltan y planean. Por tanto, no nos servirá un terrario ni una jaula de un canario; ni siquiera una de un hámster. Habrá que buscar una que sea alta y que cuente con espacio suficiente para que puedan saltar y desplazarse de un punto a otro. Una solución puede ser hacernos con una gran jaula de pájaros, de esas grandes que sirven para albergar a loros. Allí podrá tener la libertad de movimientos que este marsupial necesita.
Esta jaula deberá limpiarse todos los días para que el pequeño animal viva en condiciones limpias y habitables, ya que son unos mamíferos más bien sucios.
Se trata de animales nocturnos, por lo que es normal que se pasen durmiendo la mayor parte del día y se activen durante la noche, así que harán ruido, chillarán y saltarán durante las horas en las que nosotros descansamos.
Por otro lado, no les gusta estar solos. De este modo, se recomienda hacerse con una pareja para que no enferme de tristeza, pero ¡cuidado! Si son de distinto sexo tendrán crías, pues tienen mucha facilidad para reproducirse. Así que habrá que tener esto también en cuenta.