Mucha gente piensa que usar premios supone un soborno para el perro. Dirían que el perro tiene que obedecer porque somos su superior jerárquico y que para que el perro haga lo que le pedimos no debería ser necesario sobornarlo con comida. Pero esto no es así. Los premios (comida) bien utilizados no son un soborno, son una recompensa que motivará a nuestro perro. Pensemos en nosotros mismos, ¿no nos sentiremos mejor al realizar un trabajo si por hacerlo recibimos una recompensa: sueldo, por ejemplo?
La comida usada como reforzador o recompensa no debe ser mostrada antes de que el perro realice un ejercicio, como sentarse. Si necesitamos mostrar la comida antes de que se siente esto sí es un soborno, en este caso estaríamos haciéndolo mal.
En muchas ocasiones, nos encontramos propietarios que nos dicen: “mi perro sólo me obedece si tengo comida”. Si es este nuestro caso, debemos revisar si estamos utilizando la comida correctamente.
También es normal que se presente la siguiente pregunta: “¿debo darle un premio de comida a mi perro cada vez que realice un ejercicio?” La respuesta es no. Si el perro ya ha aprendido a sentarse, no es necesario premiar con comida cada vez que se siente, un “buen chico” bastará, en este caso.
Por otro lado, debemos diferenciar la técnica del “luring” con el soborno. En esta técnica utilizamos la comida como señuelo, con la comida en la mano llevamos al perro a la postura deseada, sin la comida esto resultaría más difícil. En este caso, la comida no sería un soborno. El paso siguiente sería quitar el señuelo y dar la comida como premio después de que el perro realice la acción.
En resumen, utilizaremos la comida como premio cada vez que enseñemos algo nuevo al perro, cuando haya aprendido ese comportamiento o ejercicio, no será necesaria la comida siempre, existen otras formas de premiar la conducta aprendida, con nuestra voz, con caricias, con juego,…
Si queremos un perro que confíe en su entrenador (el propietario) y al que le gusten las sesiones de entrenamiento, evitaremos siempre las herramientas de adiestramiento correctivas como la coacción física o los tirones de correa.
Artículo escrito por Mónica Saavedra Pazos, Educadora Canina y Terapeuta del Comportamiento de la Escuela de Cachorros y Perros UCM.