Qué es la endogamia y cómo afecta a los perros

La endogamia o consanguinidad es el cruce de perros entre ejemplares de su misma familia (progenitores, hermanos...). El Diccionario de la lengua española define el término como «Cruzamiento entre individuos de una raza, comunidad o población aislada genéticamente».  Se trata, por tanto, de un proceso mediante el cual el ser humano controla genéticamente una especie; esto es, selecciona aquella que más le conviene para un fin determinado y cruza a los miembros de ella entre sí para mejorarla, preservar su pureza e incrementar algunas peculiaridades que interesen.

Como es lógico, esta selección es necesaría para conseguir descendencia de características físicas y psicológicas parecidas, pero siempre hay que actuar de forma responsable, porque, aún con un escrupuloso control, también tiene sus riesgos en los animales, que pueden ser muchos y muy peligrosos. Los perros son quizá la familia animal en la que más se practica la endogamia. Dentro de ella, afecta a unas razas más que a otras.

Cómo afecta a los perros

Si pensamos en las consecuencias de cruzar a los miembros de una misma familia o comunidad entre sí nos vienen a la cabeza problemas genéticos cuya cara más visible son las malformaciones. Pero hay más efectos secundarios. Por ejemplo, la gran incidencia de problemas respiratorios en las razas braquicéfalas como el Bulldog Inglés o el Carlino, o en razas como el Golden Retriever, se sabe que la endogamia está detrás del aumento de los casos de cánceres. También de la sordera que acusan los Dálmatas y de la displasia de cadera que se ha convertido en una enfermedad genética frecuente entre los Pastores Alemanes o los Dogos Alemanes.

Por supuesto, la endogamia también afecta, de manera importante, a la formación del feto, cuando los perros están dentro del vientre de la madre, y su posterior desarrollo. Un ejemplo negativo sería el menor tamaño de algunas crías, o las malformaciones en el feto. Pero la afectación al desarrollo no es solo motora o física, sino que los perros también pueden experimentar retraso en el desarrollo mental o incluso sufrir una muerte fetal o neonatal.

Quizá otro problema igualmente destacable es el debilitamiento del sistema de defensa o autoinmune. Ello determina que estos perros enfermen más, sufran más infecciones y enfermedades relacionados con la genética o el funcionamiento metabólico, como el cáncer. La esperanza de vida también disminuye.

Y, por último, hemos de hacer mención a las dificultades para procrear que tienen algunas razas derivados de un aumento de la infertilidad; otra consecuencia de la endogamia.