El problema está en dónde lo hace, porque no es lo mismo orinarse en el sofá o en la alfombra que hacerlo en una esquina. No solo es más fácil y rápido de limpiar, sino que tampoco genera tantos olores como en los tejidos ni daña los colores, por ejemplo.
Precisamente por ello, para evitar que nuestro perro haga pis donde no debe, los expertos recomiendan usar repelentes. El problema es que estos productos son muy dañinos para el animal. El más habitual es el alcohol blanco, pero también se emplean la naftalina o el cloro. Estos no dejan de ser tóxicos, y aunque solo se trate de rociar aquellos espacios que queramos preservar y estos productos se mezclen con agua para rebajarlos, su olor penetrante y el hecho de que el cánido huela el lugar antes de evacuar hacen que apostemos por otros más naturales y respetuosos con los perros y su olfato. Del mismo modo, se suele recurrir al vinagre, que igualmente puede resultar molesto.
He aquí aquellos repelentes naturales que, además, no son dañinos para el animal.
Es un cítrico sumamente oloroso que resulta molesto para el olfato de los perros, de por sí muy sensible a los olores fuertes, aunque sin dañarlo ni irritar sus fosas nasales. Además de natural, se trata de un alimento que solemos encontrar en todas las casas, por lo que no tendremos que gastar dinero extra en comprar un repelente canino. Y nos dejará un fresco aroma en la vivienda.
¿Cómo lo usamos? Cuando observemos que nuestra mascota ha hecho sus necesidades en una zona indebida, la limpiaremos y desinfectaremos bien para evitar olores desagradables y manchas. A continuación, rociaremos esa zona con una mezcla elaborada por el zumo de varios limones, naranjas, pomelos... y la mitad de agua. Es decir, si conseguimos exprimir 50 ml de limón, de mandarina o de lima, por ejemplo, añadiremos 25 ml de agua, la mitad.
Algunas hierbas aromáticas pueden hacer que los animales huyan, pues les resulta desagradable al olfato. Es el caso de la savia o la ruda; esta última, usada como repelente también de insectos. La ruda suele ser irritante; no así la savia o el ajenjo, que sí son efectivas para ahuyentar a nuestra mascota.
¿Cómo las usamos? Podemos emulsionar un poco de agua con hierbas aromáticas machacadas. Lo ideal es que desprenda un fuerte aroma. Con este líquido, pulverizaremos las áreas por las que el animal haya hecho sus necesidades.
Debido a su olor, es un ingrediente que también puede usarse como repelente, pero debemos ser cautos. A diferencia de los cítricos, la pimienta de cayena puede provocar irritación en las fosas nasales, por lo que, aunque efectivo, se aconseja optar por alguno de los dos anteriores y decidirnos por ese solo cuando los cítricos y las hierbas aromáticas no sean suficientes.
¿Cómo la usamos? Lo ideal es espolvorear un poco de pimienta de cayena molida por aquellos rincones por los que hayamos detectado la presencia de orina. Como decimos, al ser un poco irritante, lo ideal es que recurramos a ella como último recurso.