Aunque nuestro perro haya sido educado y adiestrado a las mil maravillas siempre nos podemos llevar algún susto. El animal puede tener un comportamiento imprevisto y romper un objeto de gran valor, puede verse envuelto en algún accidente y ser denunciado o puede morder a alguien por estar defendiendo su territorio o a su dueño.
Muchas veces, los dueños de perros no somos conscientes de la responsabilidad civil que adquirimos al incorporar a un nuevo compañero a la familia y no es, hasta que ocurre algo inesperado, cuando nos damos cuenta del asunto. Tenemos que tener claro que, como dueños, somos los únicos responsables de los daños que el animal pudiera ocasionar a terceras personas o a bienes ajenos.
Aunque el perro vaya paseando con otra persona, los titulares del animal seguimos siendo los mismos dueños y seremos nosotros los que nos tengamos que hacernos cargo de abonar los daños materiales y enfrentar las medidas legales del accidente.
Siempre es recomendable tener al perro cubierto por una póliza de seguros pero, a menos que se encuentre dentro de los considerados como perros potencialmente peligrosos, no es obligatorio. En Madrid y en el País Vasco sí que la legislación obliga a todos los dueños a contratar dicho seguro.
Como hemos apuntado anteriormente, no podemos estar seguros al 100% que nuestro perro no se vea algún día envuelto en algún tipo accidente, por lo que en este caso siempre es mejor prevenir que curar.
Algunas razones por las que asegurar a nuestro perro:
El dueño puede escoger el tipo de póliza que más se ajuste a sus necesidades, sobre todo en función de la raza del animal y de la cuota que desee o pueda pagar.
Las aseguradoras, por lo general, suelen ofrecer tres tipos de coberturas para las mascotas:
Este tipo de seguro es el que la ley establece como obligatorio para todos aquellos perros considerados como potencialmente peligrosos. Según la Ley 50/1999, de 23 de diciembre, sobre el Régimen Jurídico de la Tenencia de Animales Potencialmente Peligrosos, los dueños de estos perros están obligados a contratar el Seguro de Responsabilidad Civil por daños a terceros con una cobertura no inferior a 120.000€.
Este Seguro de Responsabilidad Civil es siempre a terceros y puede ser:
En cuanto al precio, comentar que las tarifas pueden ser muy variables de una compañía a la otra. El seguro de un perro potencialmente peligroso puede costar entre unos 70 y unos 150€ anuales, mientras que el seguro de un perro no clasificado como tal puede costar entre 35 y 75€ anuales.
Este seguro cubre todo lo relacionado a la familia y a la vivienda, por lo que algunas aseguradoras ofrecen la posibilidad de incluir también a las mascotas. Cubre todos los daños producidos por el perro, por los hijos o por cualquier otro miembro de la familia.
En el caso que el perro esté incluido dentro del seguro, el precio de la póliza aumentará conforme al riesgo, depende si el perro está considerado peligroso o no, el precio será más o menos alto. Si nuestro perro está considerado como potencialmente peligroso el seguro nos puede costar hasta 120€ más al mes.
Algunos seguros del hogar incluyen la responsabilidad de los daños que pueda ocasionar un animal doméstico. Conviene tener en cuenta los límites de la cobertura porque algunas pólizas especifican en letra pequeña que no se hacen cargo de los destrozos ocasionados por las mascotas en ausencia de los dueños, además de ser obligatorio el cumplimiento de una serie de requisitos, como especificar la raza del animal, su número de microchip y una fotocopia de la cartilla de vacunación. Sólo si estos requerimientos están en orden, el perro podrá ser asegurado.
Si tenemos un perro clasificado como potencialmente peligroso es importante que la cobertura sea de 120.000€ porque si no lo es, la tendremos que aumentar.
Para asegurar al perro basta con presentar la cartilla de vacunación actualizada o el pasaporte europeo.
En el caso que el animal sea de una raza de valor es necesario adjuntar la documentación que lo verifique, como el pedigrí, la factura de compra, los premios ganados en exposiciones, los títulos por parte de padres y todo lo que pueda servir para ayudar a catalogar y valorar al animal.
Para poder asegurar al perro también es necesario que esté vacunado de Leptospirosis, de Moquillo, de Hepatitis (vacuna triple) y de Parvovirosis.
Para finalizar, comentar que a la hora de asegurar un perro las compañías de seguros son muy arbitrarias y muchas veces deciden ellas mismas qué razas son peligrosas y qué razas no. Es decir, que cada compañía tiene su propia lista en función a su experiencia.