Un conejo como mascota, ventajas e inconvenientes

Adoptar un conejo requiere de conocimientos previos sobre alimentación, enfermedades más comunes, comportamiento, cuidados, vacunas... Hoy en día es habitual verlos formando parte de familias e incluso conviviendo con otros animales, pero ¿es buena opción tener un conejo como mascota? Vamos a empezar con las ventajas.

Son animales muy tranquilos y dóciles

Como ya hemos indicado, son perfectos cuando hay críos pequeños en casa, pues no suelen expresar en ningún momento un comportamiento agresivo. Además, si se han adoptado cuando eran gazapos, suelen mostrar una actitud cariñosa y mansa.

Son muy limpios

Como los gatos, los conejos son animales bastante limpios, que se asean continuamente y suelen hacer sus necesidades en el mismo sitio, por lo que será necesario que identifiquemos cuál es el lugar y lo adaptemos a sus necesidades, aunque sin miedo a encontrarnos alguna sorpresa en forma de bolita en algún otro lugar de la casa.

Son muy fáciles de mantener

No requieren una alimentación excesivamente compleja ni piden juegos ni hay que sacarlos a pasear para que socialicen con otros animales o hagan sus necesidades fuera de casa. Solo hay que seguir las pautas marcadas por el veterinario, cumplir con el calendario de vacunación, alimentarlo y darle de beber y mantener su espacio limpio.

Es fácil convivir con ellos

Porque se adaptan a nuestra rutina, a las largas horas de trabajo, a un espacio pequeño o grande, apenas hacen ruido ni ladran o gritan, etc. Por si esto fuera poco, son baratos de mantener y fáciles de transportar.

Lo que debemos tener en cuenta

Hemos de exponer algunos inconvenientes que habremos de tener en cuenta antes de tomar la decisión definitiva.

Son roedores, con todo lo que ello comporta: pueden morder puertas, muebles, cables, ropa, libros, etc. Es muy importante que saquemos de su alcance cualquier objeto susceptible de ser roído, porque además de estropearlo, pueden hacerse daño al morderlo.

Hay que dejarlos libres por la casa. El hecho de que no tengamos que sacarlos a pasear no implica que deban pasarse las 24 horas encerrados en su jaula. No requieren un espacio grande, pero sí que los dejemos pasear por él libremente.

Debemos prestar atención a su carácter delicado. A diferencia de los gatos o los perros, acostumbrados a caerse o golpearse cuando juegan, corren o saltan, los huesos y órganos de los conejos son muy delicados y frágiles, por lo que es conveniente informarse bien sobre cómo cogerlos, manejarlos, bañarlos, etc. para no causarles daño de manera accidental. También es importante saber que son animales muy sensibles al estrés. Una manipulación brusca, demasiado insistente o que no respete sus tiempos de descanso, puede generarles ansiedad y derivar en comportamientos compulsivos, incluso en enfermedad. Por eso es recomendable que al menor síntoma de anormalidad en su salud o comportamiento acudamos a nuestro veterinario.