Al Bombay siempre se le compara con una pantera en miniatura. Este parecido no es gratuito, la “madre” de la raza, la criadora norteamericana Nikki Horner, se empeñó en crear un gato lo más parecido posible a su personaje preferido; Bagheera, la entrañable pantera negra de “El libro de la Selva” de R. Kipling.
El Bombay, a pesar de ser un gato extraordinario; de carácter afable y fácil mantenimiento, no goza, en la actualidad, de su antigua popularidad durante la década de los ochenta. Especialmente en Europa, son pocas las ocasiones en las que aparecen en las Exposiciones Felinas.
El origen del Bombay lo encontramos en Kentuky (Estados Unidos). En los años cincuenta la criadora N. Horner empezó a trabajar firmemente con el propósito de conseguir “su” gato negro. Finalmente lo consigue, la raza se produce del cruce entre Burmés sable/marrón y American Shorthair de color negro.
Años después y con la raza bien establecida, en algunas camadas, de manera esporádica, aparece algún gatito de color marronoso que se presenta en las exposiciones como Burmés.
La raza fue oficialmente reconocida por la CFA (Cat Fanciers Association) en 1970.
El Bombay es un gato afectuoso y tranquilo. También es característico su frecuente parloteo, es muy parlanchín. Afortunadamente poseen una voz dulce de bajo tono.
Son gatos muy sociables, no soportan bien la soledad; buscan constantemente el contacto con su dueño. Es un gato familiar, aceptará sin problemas la convivencia con otros animales y con niños. Podremos sacarlo a pasear con correa, no suelen ofrecer resistencia al arnés.
El Bombay es también muy inteligente; aprenderá con facilidad pequeñas acrobacias y órdenes sencillas como traer objetos o saltar a nuestros brazos cuando se lo pidamos.
Se trata de un gato mediano; musculoso y compacto. La cabeza es redondeada con el rostro ancho. Los ojos redondos, grandes y separados en colores cobrizos y dorados. El pelaje es corto y brillante, de textura satinada. El color del manto será absolutamente negro en toda su longitud, hasta la raíz. Las almohadillas de las patas también han de ser todas negras.
El Bombay no necesita apenas mantenimiento, por su pelo corto bastará con cepillarlo de vez en cuando para mantenerlo brillante y para evitar la acumulación de pelo muerto.
Hasta el momento no se le atribuyen al Bombay afecciones características, la selección natural ha convertido a este gato en una de las razas más sanas y longevas.
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