El Cavalier King Charles Spaniel (que no debe confundirse con el King Charles Spaniel) debe su nombre al rey de Inglaterra Carlos II (1630-1685), un obseso de la raza que hacía dormir a sus perros en su dormitorio y los llevaba con él a todas partes. Incluso se dice que publicó un edicto en que estos perros tenían el total derecho de entrar en cualquier lugar público.
A partir del Renacimiento, los Spaniels, entre ellos los predecesores del Cavalier King Charles Spaniel, se pusieron muy de moda en las altas esferas. Estos Cavaliers tuvieron una vida privilegiada hasta que los aristócratas ingleses se encapricharon del Carlino y más adelante del Spaniel Japonés y del Pekinés. Fue inevitable que el Cavalier se cruzara con estas tres razas y su morro alargado se acabara achatando, dando lugar a los ancestros del actual King Charles Spaniel.
A principios del siglo XIX se intentó encontrar el aspecto de los perros originales (de hocico alargado, poco stop y cráneo plano) y finalmente, en 1928, se consiguieron algunos resultados satisfactorios, redactándose así el estándar del Cavalier King Charles Spaniel ese mismo año.
El Cavalier King es muy sociable, juguetón, tiene buena memoria y comprende rápidamente las órdenes. Le gusta mucho estar en compañía de sus dueños y no soporta la soledad prolongada.
Se lleva muy bien con los niños, siempre y cuando estos no lo utilicen como un juguete.
El Cavalier King Charles Spaniel tiene el cráneo prácticamente plano y unos ojos grandes, oscuros y bien separados. Sus orejas son largas, de inserción alta y bien provistas de pelo. Tiene unas patas rectas y una cola proporcionada en relación a su cuerpo. El Cavalier existe en cuatro colores: negro y fuego, rojo intenso y blanco, unicolor rojo y tricolor (negro, fuego y blanco). Su pelo es largo y sedoso.
Hay que vigilar en no dejar a menudo muy solo al Cavalier, ya que si se aburre puede convertirse en un perro ladrador.
Al tener el pelo largo, si el perro ha paseado por el campo es recomendable examinar a fondo las orejas y las patas para comprobar que no tenga nada clavado.
El Cavalier King es bastante resistente a enfermedades graves. Lo más importante es cuidar los ojos, los oídos y la piel.
Existen muchas razones excelentes por las que uno puede escoger al Cavalier King Charles Spaniel como mascota o incluso como perro de exposición. Se trata de un animal pequeño, cariñoso, juguetón e inteligente que tiene grandes deseos de devolver los cuidados y las atenciones a su amo con una completa devoción.
Aunque sin duda se le considera un perro faldero debido a su tamaño, el Cavalier es muy valiente y deportivo. Es alegre, amistoso y no agresivo, y un compañero excelente y adaptable para muchos tipos de hogares y de estilos de vida.
Ésta es, sin duda, una raza pequeña, pero que no es ni demasiado pequeña ni excesivamente delicada. Es la mayor dentro del grupo de razas miniatura. El Cavalier es considerablemente mayor que el King Charles, que pesa una media de 1,8 kg menos. Los Cavalier varían bastante en cuanto a su tamaño, pero de acuerdo con el estándar del Kennel Club para la raza, deberían pesar entre 5,4 y 8 kg y con una ligera variación 5,46 a 8,20 kg para la FCI.
La disparidad de tamaños entre los diferentes Cavalier con los que uno se encuentra puede confundir a aquellos que no están familiarizados con la raza. Su osamenta es bastante fuerte y debido a ello este perrillo puede pesar quizá más de lo que uno pudiera pensar a primera vista. Por otro lado, un Cavalier más alto y con una osamenta más ligera podría pesar menos que un representante de la raza de menor tamaño. De todas formas, ésta es una raza miniatura y no debería compararse ni por asomo con, por ejemplo, un Welsh Springer Spaniel.
La mayoría de las personas pueden coger y llevar en brazos al Cavalier cuando sea necesario, y en las exposiciones, esta raza es subida a una mesa para que así el juez la pueda valorar mejor. Debido a que es una raza tan encantadora, puede ser un buen perro para ser presentado por niños. Ciertamente, puede ser muy entretenido ver cómo una niña levanta a su perro para colocarlo sobre la mesa del juez para que lo valore, viendo cómo su cara apenas sobresale del dorso del perro, y aun así el Cavalier se lo toma todo muy bien y está a la altura de las circunstancias.
Debido al práctico tamaño de la raza, el Cavalier también es examinado por el veterinario estando colocado sobre una mesa, y cuando está en el prering puede tenerse sobre el regazo en lugar de dejarlo en el suelo.
El Cavalier King Charles Spaniel es también una raza muy adecuada para ser llevada en una jaula, lo que es algo especialmente útil cuando se viaja en coche, ya que esta medida de seguridad previene que se escape cuando abramos las puertas o si sufrimos un accidente.
El Cavalier King Charles Spaniel puede estar tan bien en casa con una familia numerosa como con una sola persona, sin que importe su edad. Dicho esto, se debería enseñar a los niños a no tratar al perro demasiado salvajemente, y tampoco se les debería permitir que tiraran de su pelo. Esta raza será feliz viviendo con unos amos llenos de energía que seguramente le sacarán a dar paseos largos y divertidos, pero también pueden tener una vida cómoda y feliz con una vida más sedentaria. Cuando viven con una familia menos activa, al perro se le debe dar la oportunidad de hacer ejercicio y actividades para evitar la obesidad. Éste es un factor a tener en cuenta cuando quiera hacerse con cualquier raza de perro.
El dócil Cavalier se adaptará generalmente a cualquier estilo de vida que se le ofrezca y se acostumbrará al corto paseo regular rodeando la manzana, al paseo más largo y al trote por el parque o, sencillamente, al juego vivo con una pelota en el jardín. En otros momentos del día, el Cavalier estará bastante contento junto a su amo para ver la televisión, acurrucado en el sofá o descansando cómodamente en un rincón del cuarto de estar. El Cavalier es una raza frecuentemente descrita como un «perro de personas» que aprecia, disfruta y realmente necesita la compañía humana.
El Cavalier King Charles Spaniel se suele llevar bien con los otros perros y mascotas de la casa, y rara vez muestra celos o posesividad sobre las golosinas o los juguetes. Desde luego, cuando le presente un nuevo compañero, el propietario debe tener cuidado, pero en el caso de los Cavalier la presentación rara vez es estresante para ninguna de las partes. Al igual que muchas otras razas, los Cavalier parecen disfrutar sobremanera con la compañía de otros perros. A muchos propietarios les gusta tener a una pareja de Cavalier como mascotas, ya que su compañerismo es muy alegre y además son muy fáciles de cuidar. Ser el propietario y tener que cuidar de dos lleva algo más de trabajo que si sólo fuera uno. Aunque ningún propietario de perros debería dejar de forma regular solos a sus perros durante largos periodos de tiempo, un Cavalier generalmente apreciará la compañía de un compañero canino si su amo se ausenta por unas horas de vez en cuando.
Excepto cuando va de caza, el Cavalier no es una raza muy independiente, prefiere fiarse de un líder y, desde luego, el líder de la manada es, o debería ser, el propietario del perro.
Ésta no es una raza a la que se debiera dejar todo el día fuera de casa en su caseta. En lugar de ello, se trata de una mascota, de un compañero canino, que prefiere verse mezclado en las actividades de las personas, así que debería permitírsele vivir dentro de casa como un miembro más, sin importar cuán grande o pequeña sea la familia. Para un perro tan cariñoso, un amo será más que suficiente como familia, siempre que esa persona le proporcione los cuidados y atenciones que necesita y merece.
Sabemos que existen excepciones a toda regla, pero éste no es un perro al que podamos describir como uno que no pare de ladrar. De forma parecida a la mayoría de los perros, el Cavalier ladrará si se acerca un extraño. A pesar de esto, no es adecuado como perro de guarda, ya que su talante es demasiado dulce como para disuadir a cualquier intruso.
Aunque hay algunos Cavalier a los que se adiestra para la obediencia, muchos propietarios afirman que sus perros parecen no advertir la existencia de las calzadas, así que siempre es prudente pasear a su perro sujeto de una correa en cualquier lugar público. Aunque el Cavalier no posee las largas extremidades propias de un Whippet o un Greyhound, es sorprendente lo rápido que pueden moverse sus patitas. Uno debe estar siempre atento, ya que la seguridad de su perro es de la máxima importancia, y un perro que vaya suelto y que esté en el lugar equivocado puede representar peligro para otras personas y provocar accidentes de tráfico.
Aparte del atractivo de la raza debido a su tamaño, su manejo y personalidad, es el maravilloso conjunto de impresionantes colores lo que hace que mucha gente se sienta atraída por esta preciosa raza. Los colores incluyen el Blenheim, el Rojo, el Negro y Fuego y el Tricolor. De todos ellos los Blenheim son los más numerosos y son generalmente los más fáciles de conseguir, ya que cuando un perro y una perra de este color se aparean entre sí, siempre dan lugar a Blenheim, sin importar que otros colores puedan estar presentes en su trasfondo genético. Desde luego, que los Blenheim, con sus manchas de color fuego oscuro y blancas, son muy impresionantes, y los que tienen una mancha romboidal (losange) sobre la cabeza son muy apreciados. Las manchas deberían, si es posible, estar distribuidas uniformemente por la cabeza, y las manchas no simétricas es probable que sean penalizadas en el ring de exposición.
En condiciones ideales, tanto los Blenheim como los Tricolores deberían tener las manchas homogéneamente distribuidas. Los Tricolores son de color negro y blanco y con manchas de color fuego sobre los ojos, los pómulos, en la parte interna de orejas y extremidades, además de en la parte inferior de la cola. Un juez siempre observa la colocación de estas manchas en un perro de exposición. La gente no siempre se da cuenta de que el tan apreciado losange puede también verse en los perros tricolores.
La Negro y Fuego puede ser una combinación de colores llamativa. El color negro debería ser el negro cuervo, y las manchas de color fuego deberían hallarse, en condiciones ideales, sobre los ojos, los pómulos, en la cara interna de las orejas, sobre el pecho, las extremidades y en la parte inferior de la cola. Estas manchas deberían ser brillantes, y las de color blanco sobre el pelaje no son deseables. Técnicamente, un Cavalier Negro y Fuego se describe como un «color completo» y cualquier mancha de color blanco debería, por tanto, ser considerada como algo incorrecto. No hay demasiados Cavalier Negro y Fuego, con lo cual hacerse con uno de ellos podría ser muy difícil o implicar una larga espera. De todas formas, a veces hay Negro y Fuego con alguna pequeña mancha blanca en su pelaje que pueden ser tenidos como mascotas, porque en el ring de exposición serían penalizados con severidad.
Los de color Rojo son rojo oscuro en su totalidad y, al igual que los Negro y Fuego, cualquier mancha blanca sobre su pelaje no es nada deseable. A pesar de esto, a veces nacen cachorros rojos con una pequeña mancha blanca sobre sus cabezas aunque luego desaparece para cuando el perro tiene siete u ocho meses de edad. Debido a que el color rojo puro es el más difícil de obtener genéticamente, es difícil de encontrar.
Cualquiera que sea el color de nuestro Cavalier, el pelaje requerirá un acicalado regular si es que quiere tenerse en toda su belleza. De todas formas, y en comparación con otras razas, el acicalado necesario no es excesivo. El Cavalier es bastante pequeño, y no tiene tanto pelo como un Bichon Maltés o un Rough Collie, por ejemplo.
Tanto si uno decide tener un perro como una perra como mascota, esto es en gran medida un asunto de preferencias personales, y factores tales como los periodos de celo de una hembra pueden influir en la decisión final. De todas formas, vale la pena tener en cuenta que los machos suelen tener algo más de pelo que las hembras, lo que puede hacer que tengan un aspecto más elegante. Los machos quizá requieran algo más de tiempo para el acicalado. Por el contrario, una Cavalier hembra que haya estado en celo, perderá pelaje. Durante ese tiempo de celo es conveniente mantener el pelaje de su mascota en excelente estado.
El corte de colas es, hoy día, un asunto sometido a debate, especialmente por los veterinarios. De todas formas, el corte de colas en los Cavalier King Charles Spaniel ha sido, históricamente, opcional, pero si se realizaba, debía llevarse a cabo durante los primeros días de vida y no debía cortarse más de un tercio de ella. La UE ha establecido directivas prohibiendo todo corte de colas o recorte de orejas.
Los espolones son, generalmente, amputados, pero, una vez más, esto debe hacerse a una edad muy temprana, generalmente al tercer o cuarto día de vida. En Gran Bretaña, esta operación debe ser llevada a cabo por un veterinario. Los Cavalier rara vez tienen espolones sobre sus extremidades posteriores, pero esto debería comprobarse para que no sean dejados inadvertidamente. La razón por la que se amputan los espolones no es sólo estética, se eliminan porque no son funcionales y así se evita que sufran heridas y rasguños cuando el animal esté corriendo y haciendo ejercicio.
De acuerdo con los estándares caninos normales, el Cavalier King Charles Spaniel tiene un cociente intelectual bastante alto, y muchos de sus sentidos, como el olfato y el oído, están mucho más desarrollados que los de las personas. Pero aunque el Cavalier encaja tan bien dentro de la vida familiar, no tienen una mentalidad casi humana como a algunos les gustaría creer. Pueden asimilar con facilidad los miedos y las alegrías de sus amos, así que una persona algo nerviosa podrá transmitir este sentimiento a su perro, que podría acabar teniendo una personalidad similar. Por el contrario, una persona muy escandalosa o con mucha chispa puede acabar teniendo un Cavalier con una personalidad similar.
Todos los perros, sin importar su raza, padecen problemas de salud en algún momento de sus vidas, pero, sin duda alguna, ciertas razas parecen más predispuestas a padecer ciertos problemas que otras. Si uno sabe qué es lo que debe buscar, los propietarios pueden estar preparados para recabar urgentemente asistencia veterinaria, para pillar a tiempo cualquier problema. Esto ayudará a su recuperación, si es posible, o a que haya un mejor tratamiento de la enfermedad, si se trata de un mal incurable.
La mayoría de los Cavalier son perros pequeños y sanos, pero debe vigilarse que no engorden demasiado. La obesidad, aunque leve, puede causar un estrés adicional sobre el corazón, y algunos Cavalier tienden a padecer problemas cardiacos. Por supuesto que muchos Cavalier viven vidas largas y sanas, pero se debería tener en cuenta que, aparentemente, el inicio de los problemas cardiacos suele darse a los ocho años de edad, y a veces algo antes. Debido a la dulzura de sus ojos, muchos Cavalier son alimentados con las sobras de la comida, sin que los propietarios se paren a pensar mucho en esto. De todas formas es mejor, a largo plazo, alimentarlo con una dieta sana y guardarse las golosinas, para dárselas sólo cuando sea necesario, y desde luego nada de chocolate ni de trocitos de tarta, por muy tentadores que sean.
A veces, los Cavalier King Charles Spaniel padecen cataratas hereditarias (CH) y displasia retiniana multifocal (DRM). En Gran Bretaña la raza se halla bajo el programa 1 del plan de la British Veterinary Association/Kennel Club/International Sheep Dog Society para estos problemas oculares. La raza está actualmente siendo investigada respecto de los defectos multioculares que incluyen cualquier combinación de nistagmo, microftalmia, membranas pupilares persistentes, cataratas caninas hereditarias y displasia de retina.
Todo esto suena como bastante amedrentador, pero los buenos criadores someten a sus animales a pruebas para descartar que padezcan problemas cardiacos y se les anima a que sometan sus perros a exámenes para ver si tienen problemas oculares antes de concertar una monta.
Aunque no es realmente un problema de salud, el hábito de la raza de bufar puede causar perplejidad y a veces asustar a los propietarios. Suena como una tos ahogada, pero puede detenerse colocando la mano delante de la trufa del perro durante algunos segundos. Esto provoca que el perro abra la boca y que despeje sus vías respiratorias.
Debido a que los Cavalier son perros bastante resistentes y que pueden disfrutar mucho de una vida cazadora, también son buenos perros de agua. De todas formas, si un perro se moja, especialmente si el clima es frío, es esencial secarle el pelo, para que no se sienta mojado durante mucho tiempo. Esto podría provocar problemas articulares a largo plazo, lo que debe evitarse, por no hablar de los posibles enfriamientos.
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El encantador Cavalier King Charles Spaniel puede seguir la pista a sus ancestros hasta llegar a los pequeños spaniel miniatura que se ven en muchos cuadros de los siglos XVI al XVIII. Esos perros eran los favoritos de la realeza y la nobleza de aquellos tiempos, y por ello eran retratados junto a sus amos y a sus hijos, dando lugar a deliciosos cuadros familiares. El primer retrato que hay en Inglaterra en que aparece la raza es uno de la reina María I Tudor con su marido, el rey Felipe II de España con un par de pequeños spaniel a sus pies. Fue pintado en 1554 por Antonio Moro. Artistas muy respetados como Tiziano, Van Dyck, Stubbs, Gainsborough y Reynolds retrataron a perros pequeños de aspecto similar, que tenían la cabeza plana, las orejas bastante altas y trufas que acababan en una ligera punta.
Un pequeño spaniel miniatura blanco y negro se escondió bajo las faldas de María Estuardo cuando fue ejecutada en 1587. Incluso después de su muerte se dice que no quería separase de su ama. «Entonces, uno de los verdugos, estirando las ligas, cogió al perrito, que se había metido entre la vestimenta, y que no pudo ser cogido sino por la fuerza, aunque después no quería alejarse del cadáver y se tumbó entre su cabeza y sus hombros…».
Durante los tiempos de la dinastía Tudor (1485-1603), estos pequeños spaniel fueron mascotas muy populares para las damas, y bajo la dinastía Estuardo (1603-1714) se les dio, de hecho, el nombre de King Charles Spaniels. El rey Carlos I iba acompañado por un pequeño spaniel cuando se hizo fuerte en el castillo de Carisbrook. Después de haber sido ejecutado, a su perro, llamado Rogue, le hizo desfilar por toda la ciudad uno de los soldados de confianza del usurpador Cromwell, aunque se desconoce cuál fue el destino final del perro. Pero en realidad fue del rey Carlos II de quien tomó el nombre la raza.
Carlos II fue un gran aficionado a estos perros y casi siempre se le veía con uno de ellos caminando a su lado. El famoso cronista Samuel Pepys hizo muchas referencias a estos perros, consternado porque el rey jugaba todo el tiempo con ellos en lugar de ocuparse en desempeñar las funciones propias de su título. El rey incluso decretó que estos spaniel pudieran acceder a cualquier lugar público, incluyendo el Parlamento, lugar donde no se suele admitir a los perros.
Jacobo II fue otro monarca con la reputación de gran aficionado a esta raza, y consta que durante una fuerte tormenta en el mar dio órdenes a los hombres para que salvaran a los perros… y al duque de Monmouth. Uno puede hacerse preguntas sobre qué quiso decir al anteponer los perros al duque. Sin duda alguna, los spaniel de este tipo eran muy apreciados en muchas cortes europeas, pero aunque la variedad roja y blanca que se tenía en el palacio de Blenheim conservó su popularidad, las otras parecieron pasar un poco de moda. Esto fue debido en gran medida a la subida al trono de los reyes Guillermo y María, cuyos perros favoritos eran los Carlinos.
Los alegres spaniel miniatura que correteaban por los palacios y que aparecían en numerosas anécdotas de estado fueron, se podría decir, degradados por la Casa de Orange. Los Carlinos ocuparon, con presunción, su lugar. Algunos creen que fue debido a la recién adquirida popularidad del Carlino que algunos entusiastas de los King Charles Spaniel decidieron que un cierto cambio en los rasgos de la raza podría suponer una mejora.
Durante los primeros años del siglo XIX el pequeño spaniel volvió a ganar popularidad, ya que el duque de Marlborough usaba a pequeños spaniel como compañeros de caza. Éstos eran algo más grandes que los Cavalier que conocemos hoy día. En 1820 se describía a sus perros como «spaniel muy pequeños o de alfombra». Eran rojos y blancos, con las orejas muy grandes, trufas cortas y ojos negros. Todavía hoy, lo que se conoce como losange, o punto de rombo sobre la cabeza de algunos Cavalier King Charles Spaniel es muy apreciado, y existe una deliciosa historia acerca de cómo sucedió. La duquesa de Marlborough tenía uno de estos spaniel como mascota a la que quería mucho, y éste le hacía compañía mientras su marido estaba en la guerra. Cuando estaba muy nerviosa tenía la costumbre de apretar su pulgar sobre la cabeza de su perro, mientras esperaba noticias de su marido. Cuando la perra tuvo una camada, la cabeza de cada cachorro estaba marcada con la huella de su pulgar.
Hasta esos tiempos, los spaniel habían sido de color marrón y blanco, negros y blancos o tricolores. Antes había habido spaniel negros, pero se les conocía como Gredin, aunque se parecían mucho a los negro y fuego actuales, con las cejas, el hocico, la garganta y las extremidades de color fuego (lo que se conocía con el nombre de «marcas de fuego»). No fue hasta el reinado de la reina Victoria que aparecieron los spaniel rojos. Cuando era joven, la reina Victoria había tenido un pequeño spaniel llamado Dash, que era tricolor. Le tenía tanto cariño a Dash, que después de su coronación en 1838, se dice que volvió rápida a palacio para darle su usual baño a su perro. Dash era una pequeña figura muy familiar y apareció en varios bordados hechos por las mujeres de la época victoriana. El primer cuadro conocido de un spaniel rojo es uno en el que los duques de Cumberland aparecen paseando a uno de estos perros. Se supone que un caballero llamado Mr. Risum fue el primero en tener un spaniel rojo, y éste ganó el segundo premio en el Alexandra Palace Show en 1875.
Sin duda alguna, en los primeros años, tanto el tamaño de esta raza como su tipo variaron, así que se puede suponer que por aquellos tiempos la cría se llevaba a cabo de cualquier manera. De todas formas, a medida que el siglo XIX transcurría, en Gran Bretaña las exposiciones caninas comenzaban a convertirse en un pasatiempo popular y la raza vio cómo emergía una nueva moda. En poco tiempo, el llamado «tipo antiguo» había comenzado a desaparecer: los perros de trufa más larga y de cabeza plana habían sido reemplazados por un tipo de perro de cara más corta y cabeza abovedada al que en ese momento se conoció con el nombre de King Charles. Se cree que en los programas de cría se pudo haber usado al Carlino para ayudar a que apareciera este significativo cambio. En 1886 se fundó el Toy Spaniel Club, pero en 1902 la organización cambió su nombre por el de King Charles Spaniel Club, aunque inicialmente el Kennel Club se opuso a este cambio. De nuevo, el interés de la realeza obró en favor de la raza, y Eduardo VII intervino, tras lo cual el nuevo nombre fue aprobado.
La primera guerra mundial tuvo un efecto desastroso sobre los King Charles Spaniels, como también lo tuvo sobre muchas razas de perros. Un caballero americano llamado Roswell Eldridge había llegado a Gran Bretaña en busca de una pareja de estos perros y verdaderamente quería que renaciera el interés por la raza.
En el programa de la exposición canina Crufts de 1926, los entusiastas del King Charles Spaniel se vieron sorprendidos por un anuncio que decía que este mismo Mr. Roswell Eldridge de Nueva York ofrecía dos premios de 25 libras esterlinas cada uno por «Spaniels Blenheim del tipo antiguo, tal y como los que se podían ver en tiempos de Carlos II: cara larga, sin stop, cráneo plano y sin tendencia a estar abovedado, y con una mancha en el centro de la cabeza». Esto estaba bastante apartado de los King Charles que se exhibían en aquellos tiempos. Era interesante ver que los modelos que sugirió para que cumplieran con lo estipulado eran aquellos que se mostraban en los cuadros de Landseer, a pesar de que tenían una ligera muesca entre los ojos, conocida como stop. Aunque era poco profunda, la petición de que no tuvieran stop produjo, probablemente, bastante confusión entre los exhibidores, especialmente entre aquellos que ya habían pasado muchos años desarrollando una trufa más aplastada, con un stop marcado y un cráneo abovedado.
Para empezar, hubo pocos competidores para disputarse los premios especiales que se ofrecían, pero un puñado de criadores decidió volver a desarrollar a los pequeños Spaniel ajustándose a la definición de Mr. Eldridge. Dos años más tarde, en 1928, se formó un club especial para este tipo particular, aunque por aquel entonces todavía había pocos ejemplares. La elección del nombre trajo de cabeza a los criadores, ya que no querían perder el de «King Charles». Al final se escogió el nombre de «Cavalier King Charles Spaniel». Se definió un estándar para la raza basándose en Ann's Son, uno de los primeros ganadores del premio de Mr. Eldridge. De hecho fueron Ann's Son y otros cinco perros los que constituyeron las bases del Cavalier King Charles Spaniel tal y como lo conocemos hoy día.
De todas formas, las cosas no pudieron progresar tan rápidamente como se hubiera deseado. Todavía había pocos perros y el Kennel Club no podía garantizar a la raza un estatus independiente, ¡y de hecho no fue así durante los siguientes diecisiete años! Mientras tanto, a estos perros se les conoció como King Charles Spaniels de tipo antiguo y eran expuestos conjuntamente que los King Charles.
En 1945 el Kennel Club juzgó adecuado conceder una clasificación separada al Cavalier King Charles Spaniel y garantizar a la raza el estatus de campeonato. Tristemente, Mr. Eldridge había fallecido hacía ya mucho tiempo, en 1928, así que no tuvo la satisfacción de saber que los perros por los que había sentido tanto cariño se habían ganado el reconocimiento oficial. La primera Exposición de Campeonato para la raza fue celebrada en Stratford-upon-Avon el 29 de agosto de 1946, y el Best in Show fue concedido a Belinda of Saxham, una perra Blenheim propiedad de Mrs. Eldred. El primer Cavalier que obtuvo su título de campeonato, y esto sucedió en 1948, fue Daywell Roger, al que se le otorgó el Best Dog en su primera Exposición de Campeonato. Fue un macho de gran éxito que tuvo muchos descendientes campeones que tendrían gran influencia sobre la raza durante los siguientes años.
La raza ganó rápidamente popularidad en Gran Bretaña, y entre las razas miniatura sólo fue superada por aquellas descritas en esos tiempos como «razas de última moda»: el Yorkshire Terrier, el Pequinés y los Chihuahua de pelo corto. El número de inscripciones anuales de la raza en el libro de orígenes del Kennel Club había aumentado de 749 hasta 2.352, y en esos tiempos las inscripciones de King Charles Spaniels fueron sólo de 170. Hacia 1966 el Cavalier ganó posiciones hasta situarse dentro de la lista de las 20 razas con más inscripciones en el Kennel Club. Esto fue debido en parte a que estaba ganando en las exposiciones. En 1963 Amelia of Laguna ganó el Best Toy en la exposición canina Crufts y la Mejor Perra de Todas las Razas el primer día de la exposición, mientras que en Nueva Zelanda un perro llamado Sugar Crisp of Ttiweh había ganado el Best in Show en una Exposición de Campeonato. Ya no había vuelta atrás.
A medida que acababan los años 60, el Club del Cavalier King Charles Spaniel de Gran Bretaña contaba con más de 400 miembros, entre los que había un grupo de gente entusiasta y llena de vida que era ayudada y animada por sus directores y su comité. Muchos Cavalier habían ganado grandes premios en las exposiciones, y en 1973 Alansmere Aquarius, propiedad de Messrs. Hall y Evans, ganó el que es quizá el premio más famoso de todos: el Best in Show en la exposición canina Crufts.
En el resto de Europa, la Fédération Cynologique Internationale (FCI) clasifica a los Cavalier King Charles Spaniel en el Grupo 9 / Sección 7, que corresponde a los Spaniels ingleses miniatura (Toy English Spaniels), al igual que lo hace con el King Charles Spaniel. El Cavalier también está dividido según el color en: a) Negro y fuego, b) Rojo, c) Blenheim y d) Tricolor. El número de inscripciones en las exposiciones europeas varía considerablemente dependiendo del país y del prestigio de la exposición, la facilidad para acceder, etc. Una Exposición Mundial que se celebre bajo los suspicios de la FCI, hace que acudan participantes de todo el mundo, y se pueden presentar cerca de 100 Cavaliers, mientras que en la exposición canina Crufts pueden verse hasta 400 o incluso más.
En la Europa continental, los Cavaliers se han vuelto bastante populares en Holanda, durante los primeros tiempos de la raza, y también se notó algo de interés por la raza en Alemania y en Italia. En Suecia el Cavalier se introdujo con fuerza, y las inscripciones crecieron rápidamente durante los años 60 y 70. Ahora la raza ha atraído a muchos criadores dedicados de muchos países en todo el mundo.
En los EE.UU., el King Charles Spaniel se conoce como el Spaniel inglés Miniatura, y se clasifican y participan por separado los de un solo color y los multicolores. De todas formas, sólo había cinco Cavaliers en el país cuando lady Forwood envió uno como regalo en 1952. El primer club de la raza en los EE.UU. fue fundado en 1956. Desde principios de los años 60 el Cavalier fue exhibido en las categorías de «miscelánea» en las exposiciones del American Kennel Club, pero finalmente, el 1 de enero de 1996 se convirtió en la raza número 140 en ser reconocida como tal por el AKC. En los EE.UU. la raza compite regularmente en las pruebas de obediencia.
En Canadá la raza consiguió el reconocimiento en 1957, y para 1964 ya se exponían algunos Cavalier. Al año siguiente, 1965, se pudo ver al primer campeón canadiense de la raza: Pargeter Flashback. Desde entonces, la raza ha crecido enormemente en cuanto a popularidad, y en los últimos años se ha encontrado con el mayor número de inscripciones dentro del grupo de perros miniatura.
La raza no llegó a Australia hasta 1960, y sus primeros tiempos se centraron sobre todo en perros que vivían en las regiones de Victoria, Nueva Gales del Sur y Australia Occidental. La perra Soyland Begonia, de color Blenheim, importada de Nueva Zelanda cuando era un cachorro, se convertiría en el primer campeón de la raza. Los números crecieron constantemente a partir de aquel entonces, especialmente durante los años 70 y, en 1978, lady Forward, patrona del Club de Nueva Gales del Sur, fue invitada para actuar como juez en la exposición del décimo aniversario, comenzando así una tradición de cooperación continua con entusiastas de la raza Cavalier de todo el mundo.
Cuando estaban escribiendo acerca de la raza en 1970, las autoras Margaret Sheldon y Barbara Lockwood dijeron que el Cavalier King Charles Spaniel era «realmente uno de los perros más bellos y con mejores maneras del registro de perros miniatura. Uno casi espera que se saque el sombrero de plumas y haga una reverencia profunda y cortés». Como creo que sería difícil para mi mejorar esta descripción, cerraré aquí este capítulo esperando que estén ustedes de acuerdo.
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Perro activo, gracioso y bien equilibrado, con una expresión amable.
Es un perro deportivo, afectuoso y sin timidez alguna. Alegre, amigable, no agresivo y sin ningún asomo de nerviosismo.
Moderadamente largo y ligeramente arqueado.
El largo de la cola debe estar en armonía con el cuerpo, bien implantada, llevada alegremente pero nunca sobre la línea dorsal. Su amputación es optativa. Si se corta, no se debe amputar más de su tercera parte.
Miembros rectos y de huesos moderadamente desarrollados.
De huesos moderadamente desarrollados.
Compactos, con almohadillas plantares gruesas y bien cubiertas de pelo largo flecoso.
De movimiento desenvuelto y elegante con mucho impulso dado por sus miembros posteriores. Vistos desde frente o desde atrás, las extremidades anteriores y posteriores se mueven en un plano paralelo.
Largo, sedoso y sin rizarse. Se permite una ligera ondulación. Con muchos flecos. No se debe recortar en absoluto.
Los colores reconocidos son:
Cualquier otro color u otra combinación de colores es muy indeseable.
Entre 5 y 9 kg. Es deseable un perro pequeño bien equilibrado que se encuentre entre estos pesos.
Cualquier desviación de los criterios antes mencionados se considerarse como falta, y la gravedad de ésta se considera al grado de la desviación al estándar y de sus consecuencias sobre la salud y el bienestar del perro.
Cualquier perro monstrando claras señales de anormalidades físicas o de comportamiento debe ser descalificado.
Nota: Los machos deben tener dos testículos de apariencia normal, completamente descendidos en el escroto.
Buscar un cachorro por Internet conlleva riesgos. Para tener clara la profesionalidad del criadero con quien contactéis, os recomendamos que...