El Chow Chow, más que un perro tozudo e independiente, parece un cruce entre un melenudo león y un suave y peludo osito de peluche. Además de por su aspecto, esta bola de pelo destaca por su seguridad y dignidad, cualidades que le ayudan a resaltar aún más su porte leonina y sus modales aristocráticos.
El Chow Chow es conocido en China desde hace unos 2000 años pero no fue hasta el 1800 que se popularizó fuera del país. En China se utilizaba como perro guardián, pastor, de compañía, de caza y lamentablemente para él, como manjar (práctica que se prohibió en 1915).
El Chow Chow es un perro muy tranquilo, distante e independiente pero puede ser muy leal y apegado a su dueño. Apenas manifiesta afecto aunque lo sienta profundamente. Es un perro que desconfía de los extraños, valeroso y estoico ante el dolor. El aspecto bonachón del Chow Chow no tiene nada que ver con su carácter, antes de obedecer se lo piensa y no perdona que el dueño sea bruto con él.
El Chow Chow es un perro robusto, bien proporcionado y de espalda corta. Se singulariza por el color negro azulado de su lengua. Tiene las orejas pequeñas, el morro ancho y la cola alta y curvada sobre el dorso. Hay ejemplares de pelo corto y de pelo largo. Los de pelo corto tienen un pelaje corto, denso recto y con textura afelpada y en los de pelo largo la cobertura es basta y el subpelo es suave y lanoso.
Es importante educar al Chow Chow, lo antes posible, con suavidad, paciencia y comprensión pero siempre con firmeza.
Es necesario desenredarle el pelo cada día con un peine metálico y bañarlo cada seis meses. Puede vivir dentro de la vivienda y dormir tanto en el suelo de la cocina como en el del cuarto de baño. Necesita hacer ejercicio regularmente.
Debido a su espeso pelaje no es un perro adecuado a vivir en climas cálidos.
Es recomendable pasear al Chow Chow sin arnés, ya que puede provocarle defectos en los hombros.
¿Intrigado por la exótica historia del Chow Chow? ¿Fascinado con el parecido que tiene el cachorro de Chow con un redondo osezno? ¡Usted no es el único! De hecho, estos dos aspectos han provocado que el Chow Chow escale la cima de la popularidad en más de una ocasión, lo que, desafortunadamente, no ha sido para su bien. Compradores sin escrúpulos se lanzaron a capitalizar la demanda de perros Chow sin tener en cuenta su mal temperamento.
El Chow Chow es una raza absolutamente maravillosa para la persona adecuada. Antes de correr a comprar un Chow (de hecho, aun antes de pensar siquiera en comprar cualquier perro), toda persona debe tomarse su tiempo para pensar y sopesar tranquilamente el proyecto. Un grupo de osunos cachorros de Chow, apretujados unos contra otros mientras duermen inocentemente, es un espectáculo irresistible, se lo aseguro. El atractivo que emana de estos cachorros como tema fotográfico se pone de manifiesto en su continua presencia en almanaques y tarjetas de felicitación, en todas partes del mundo. Este hecho es en gran parte el que anima a personas bien intencionadas pero mal informadas, a lanzarse a la compra de un cachorro de Chow, lo mismo para darse un gusto a sí mismas que para regalárselo a alguien que ellas consideran que «debe tener» un perro.
Esto no quiere decir que la pequeña y regordeta pelota de peluche que usted se propone traer a casa no vaya a ser tan encantadora y entretenida como los cachorros que aparecen en el calendario de la pared. No lo dude. Sin embargo, los calendarios y las tarjetas de felicitación no hacen ninguna referencia a la realidad de convivir con un perro. Los cachorros de Chow Chow reales emplean su tiempo investigando, cavando, mordisqueando, comiendo, desahogándose de sus necesidades corporales, padeciendo dolores de estómago y necesitando acudir al veterinario para vacunarse y resolver otros problemas menores.
Los cachorros no nacen ya educados. Todo lo que usted piense que un perro educado debe saber hacer, hay que enseñárselo. Los Chow aprenden rápido, pero esto no quiere decir obedezcan de inmediato. Lleva tiempo y paciencia llegar al Chow Chow y la pregunta que usted debe hacerse es si va a disponer del tiempo y la paciencia necesarios para su educación.
¿Quién se va a hacer responsable del cuidado cotidiano del perro? Esa persona ¿desea un perro, realmente? Si es usted el único que ha de contestar esa pregunta, no hay problemas. Pero demasiado a menudo es su cónyuge, su madre, su padre o cualquier otro familiar quien va a compartir la responsabilidad de cuidarlo. El Chow Chow debe ser deseado y aceptado por todos los miembros de la familia, o será una carga para todos.
A las madres parece tocarles esta tarea de un modo natural y no porque ellas lo deseen, sino porque las madres que conozco no pueden permanecer indiferentes ante una criatura que necesita cuidados. Así resulta que es mamá quien lleva el perro al veterinario, quien va a comprarle la comida y quien lo lleva a pasear. Y puede ser que mamá no desee más deberes de los que ya tiene.
Los niños harán un sinfín de promesas con el fin de tener al cachorro, pero la pregunta que hay que hacer de modo muy serio es qué pasará cuando la novedad de tener al nuevo perro en casa haya pasado. De nuevo, ¿quién va a hacerse responsable del perro, en última instancia?
Incluso si la familia entera considera que la idea del perro es genial, hay que preguntarse si su estilo y programa de vida se presta a los requerimientos que el cuidado de un perro demanda. Siempre debe haber alguien disponible para velar por sus necesidades básicas, tales como alimento, ejercicio, cuidado del pelaje, llevarlo fuera cuando sea necesario, y cosas así. Si usted y su familia están fuera de casa de la mañana a la noche o si viaja frecuentemente y está lejos de su hogar por prolongados periodos de tiempo, piense que el perro necesita que lo cuiden. ¿Habrá alguien que se brinde voluntariamente para hacerlo? ¿Podrá usted afrontar los gastos que implica alojar al perro en una guardería canina cada vez que esté de viaje?
También deberá pensar en la conveniencia o no de esta raza para la familia, tanto si se trata de media docena de personas como de usted solo. Los niños pequeños pueden ser algo torpes y lastimar involuntariamente a un cachorro en caso de dejarle caer, empujarle o, incluso, pegarle. No es fácil convencer a un niño que la cola del Chow no es una manija para tirar de ella. Ningún Chow que se autorrespete lo va a disfrutar, ni tampoco debemos esperar que lo haga. Los Chows no fueron bendecidos con la tolerancia de un Labrador Retriever ni con la resistencia al dolor de un Mastiff Inglés o un Staffordshire. Por otra parte, cuando el pequeño cachorro se transforma en un entusiástico adulto joven de gran talla, él también podría agobiar e incluso lastimar a un niño pequeño en un momento de excitación.
Toda la historia del Chow ha sido de asociación estrecha con la gente, pero esta raza nunca ha sentido la necesidad de prodigar atenciones a las personas que la rodean. El Chow Chow tiende a ser el perro de una sola persona o, cuando mejor, el perro de una sola familia. Los visitantes están bien, pero no son necesarios para su existencia. Es un perro casero que vive para estar con su dueño. No en el regazo de su dueño propiamente, pero sí cerca de él, desde donde pueda asegurarse que usted no va a meterse en problemas.
¿Qué clase de persona es la que debe tener un Chow? Una palabra puede describirla: paciente. Si el dueño es paciente, será recompensado con un compañero para toda la vida cuya devoción es interminable y cuyo sentido del humor no tiene límites.
Lady Dunbar of Mochrum, una de las pioneras en la cría de la raza en Inglaterra, describe al Chow de la manera siguiente: «...El Chow tiene muchas nobles cualidades, su corazón no puede ser tomado por asalto, pero una vez conquistado, es de usted para siempre...». Aunque esta descripción del carácter del Chow fue escrita hace cien años, permanece vigente.
Yo he tenido muchas razas de perros. Ninguna ha sido tan independiente, ocurrente, desdeñosa con los extraños o absolutamente devota como el Chow. Pero si a la hora de tener un perro, considera importante modelar su espíritu para que se adapte a la imagen que usted tiene del compañero ideal canino, entonces piense en otra raza. Usted puede guiar a un Chow hacia la dirección que desea que él tome, pero no puede forzarlo. Ni puede ser opresivo. Siendo una raza tan resistente, con una constitución tan fuerte y con una tolerancia a la incomodidad tan grande, el Chow es completamente incapaz de soportar que se le trate con furia. Esto lo destruye y, si se le somete a un trato de esta naturaleza, el cachorro más amistoso puede convertirse en un adulto neurótico e impredecible.
Esto no quiere decir que el dueño del Chow necesite o deba ser pasivo a la hora de criar y adiestrar a su perro. Por el contrario, el Chow debe comenzar a entender las reglas de la casa desde el primer momento de su llegada. Para conseguirlo se necesita paciencia y una mano firme, pero suave. Esto no significa que no pueda hacer uso de un regaño severo o de un sonoro golpe en el suelo con un periódico enrollado, cuando sea necesario. De algún modo, incluso el más joven de los Chows, comprende la diferencia entre ser corregido y ser maltratado.
Si su idea sobre tener un perro es mantenerlo fuera de la casa con un mínimo de contacto con el dueño, por favor, no piense en un Chow. Él debe tener constante compañía humana e interacción social, no sólo con su dueño, sino con toda clase de gente y con otros perros. El Chow que se cría sin esta sociabilización puede convertirse en un individuo introvertido y arisco. El Chow joven puede pasar a través de una etapa adolescente cuando decide que su dueño o su familia es todo cuanto necesita para su bienestar y puede convertirse en un animal muy antisocial, a menos que se le haga entender que esto es inaceptable.
Es entonces cuando está en manos de su atento dueño guiarlo y ayudarlo a transitar esta difícil etapa. La paciencia, la constancia y el apoyo le ayudarán en este periodo delicado, pero eso toma tiempo y requiere el compromiso de quedarse allí, junto al «esquivo» adolescente.
El carácter del Chow es a la vez único y contradictorio. Casi siempre parece como si la raza viniera preeducada en cuanto a sus necesidades básicas. Es una clase de lección que parece desear aprender y, una vez aprendida, sólo una catástrofe de gran envergadura provocará que un adulto la transgreda. Pero, por otra parte, el Chow es una raza con una gran obstinación.
Cualquiera que haya vivido con un Chow sabe cuán rápido entiende lo que está tratando de enseñársele. Y el dueño experimentado sabe también que puede pasar mucho tiempo antes de que el Chow decida obedecer. Su tozudez se extiende a todo lo que aprende. Haga cuanto esté a su alcance por impedir que su Chow adquiera malos hábitos, porque una vez que aprenda algo (bueno o malo), será más fácil mover una montaña que convencerlo de que olvide lo aprendido.
La mayoría de los Chows miran a los extraños de manera imparcial. Le da lo mismo que su dueño tenga amigos que lo visitan o que no los tenga. Pero con todo lo indiferente que pueda ser con las idas y venidas de los visitantes, él nunca pasa por alto la presencia de un intruso. Aquel que pudiera parecer el más perezoso de los Chow Chow de este planeta, podría convertirse rápidamente en un huracán de protección si alguien intentara entrar en sus predios sin ser invitado.
De igual modo, los Chow parecen hacer «juicios absolutos». Si su Chow aprecia al niñito vecino como un agradable y noble compañero de juegos, todos los niñitos estarán encabezando, probablemente, su lista de personas favoritas. Por otra parte, si el mensajero de uniforme amenaza o golpea a su Chow, ¡pobre de toda aquella persona uniformada que entre en sus predios! Asegúrese de que el primer encuentro de la gente con su Chow sea una experiencia positiva. Usted se va a sentir impotente para cambiar la mentalidad de su perro, una vez que se haya definido.
Esto se aplica de igual modo al cambio de dueño. Algunos Chows adultos pueden ser adoptados fácilmente por otras familias, pero la mayoría, no. Muchas razas están contentas tanto si viven en un lugar como en otro, siempre y cuando estén bien alimentadas y sean bien tratadas. Pero no es así con el Chow.
¿Le suena como a desafío el hecho de tener un Chow? Si es así, entonces usted ha comprendido mi mensaje. No hay duda de que el Chow será capaz de ponerlo a prueba en todos los sentidos, pero me inclino a pensar que hace todo eso para determinar si usted merece ser su dueño. Si lo aprueba, tendrá usted un compañero de esos que nunca se olvidan.
Un Chow recién bañado y acicalado, con su capa en pleno esplendor, es en verdad un hermoso espectáculo, pero como cualquier otro perro, también disfruta cavando hoyos y chapoteando en cualquier charco. Esto requiere bañarlo, acicalarlo y, sí, también limpiar la casa, porque los Chows mudan el pelo (las dos variedades, la de pelo largo y la de pelo corto).
Con tiempo, práctica y los instrumentos apropiados para el acicalado, usted será capaz de mantenerlo como si hubiera acabado de salir de la peluquería. Pero fíjese que digo con tiempo, práctica y los instrumentos apropiados.
Aunque haya personas que puedan tener sus preferencias en relación con el sexo de los perros, yo puedo decir, honestamente, que tanto el macho como la hembra Chow son maravillosos compañeros. La decisión, entonces, tendrá más que ver con el estilo de vida y las intenciones del dueño que con las diferencias entre los sexos. El macho es más grande, majestuoso y normalmente un tanto más agresivo. También suele tener un pelaje más abundante. La hembra es un poco más pequeña y generalmente su capa es más escasa. Sin embargo, hay machos muy contenidos en sus reacciones y hembras que son un poco más excitables.
La esterilización de la hembra y la castración del macho pueden modificar unos ciertos hábitos de conducta. La esterilización y la castración excluyen permanentemente la posibilidad de que su mascota se sume al problema de la superpoblación extrema de mascotas que tanto preocupa a los ambientalistas de todo el mundo.
Una de las preguntas más importantes que uno debe hacerse, es quién estará dispuesto a asumir la responsabilidad de cuidar el pelaje del perro. Dividir esta responsabilidad entre los miembros no dispuestos de la familia es un desatino absoluto. No se cumplirá bien la tarea o, si se cumple, no se hará como es debido.
Por mucho que uno admire la apariencia gloriosa de un Chow de pelo largo bien acicalado, hay que ser realista para comprender que la capa se ve tan bien sólo porque se le ha dedicado tiempo y atención. Afortunadamente, los amantes del Chow que no desean la responsabilidad adicional del cuidado del pelaje en los ejemplares de pelo largo, tienen la opción de seleccionar un Chow de pelo corto, ya sea cachorro o adulto. En este caso, usted se ahorrará el trabajo que requiere el mantenimiento de este hermoso pelaje.
En condiciones naturales, cualquier debilidad genética que comprometa la supervivencia de un animal recién nacido, será automáticamente eliminada del pozo genético. La incapacidad para criar, para obtener comida y para escapar de un depredador son defectos que obviamente acortarán muy rápidamente la vida de un animal.
Nosotros, que controlamos la cría de nuestros perros domesticados, intentamos siempre salvar a todos los cachorros de la camada, pero al preservar la vida también estamos preservando los problemas de salud. Nuestras tendencias humanitarias tienen también sus inconvenientes.
Como todas las otras razas de perros domesticados, los Chows tienen su cuota de problemas hereditarios. Por muy cuidadosos que los experimentados criadores de Chows puedan ser en la selección de sus líneas de cría, los problemas hereditarios no dejarán de aparecer.
Nos referiremos a continuación a los problemas que existen en la raza, pero ello no quiere decir que el cachorro que usted compre o la línea de la cual él provenga, estén necesariamente afectados por alguno de estos desórdenes, aunque el asunto debe ser comentado con el criador. El criador de prestigio estará al tanto de los siguientes problemas y deberá estar más que dispuesto a hablar de ellos con usted.
Comúnmente referida como DC, éste es un problema de índole ortopédica que afecta a muchas razas de perros, entre las cuales el Chow Chow no es una excepción. Se trata de una malformación en la articulación de la cadera. Por lo regular, se presenta bilateralmente, o sea en ambas caderas, y puede tener diversos grados de severidad que van desde la forma más moderada, que no es apreciable sino con rayos X, hasta los casos extremadamente graves y dolorosos que pueden necesitar de la cirugía.
Una explicación simple de la enfermedad es la siguiente: la cadera normal puede ser descrita como una bola que se inserta en una cavidad. El hueso superior de la pata trasera (el fémur) tiene una cabeza que debe ajustar exacta y firmemente dentro del acetábulo de la pelvis. La unión correcta de la bola y la cavidad permite que el fémur gire libremente dentro de ella a la vez que se mantiene firmemente en su lugar. Cuando se presenta la displasia de cadera, la cavidad (o acetábulo) es poco profunda, lo que facilita que la cabeza del fémur se suelte y se salga en mayor o menor medida. Cuanto menos profunda sea la cavidad, más perjudicará el movimiento y causará más dolor.
La OCD es un problema en el cual el cartílago que recubre el hueso emerge en la articulación del hombro, el codo o la babilla, y las articulaciones del corvejón se engrosan hasta el punto en que se agrandan y agrietan, facilitando que el hueso se inflame y se deteriore. El grado que alcance la OCD causará cojera que irá desde la que es ocasional hasta la crónica. En los Chows, el área más frecuentemente afectada es el codo y se conoce como displasia del codo (DC).
Entropión. Los párpados se vuelven hacia dentro de manera que las pestañas frotan constantemente, el globo ocular y por tanto lo irritan. Si no se trata puede perjudicar seriamente la visión. Un sencillo procedimiento veterinario puede corregir totalmente el problema.
Ectropión. Es un problema del párpado que provoca que se vuelva hacia fuera y cuelgue, dejando el ojo expuesto. El párpado estirado forma una bolsa que acumula suciedad y ello irrita continuamente el ojo. Al igual que en el caso del entropión, esta deficiencia puede ser también corregida mediante cirugía.
Este problema, conocido también como babilla suelta, puede presentarse en una o ambas rótulas del Chow. El ligamento que sostiene la rótula en su lugar puede estar tan débil como para salirse del encastre en el cual normalmente se asienta con el fin de unir las partes superior e inferior del muslo. Puede ser doloroso y causar cojera en algunos casos.
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Son incontables las leyendas que envuelven los orígenes de este hermoso perro de carácter único e irrepetible. Su origen algo nebuloso y su apariencia poco común han propiciado que se le vincule mítica y fantasiosamente con toda clase de animales fuera del mundo canino. Una de las leyendas más frecuentes es la que asegura que el Chow desciende del oso y no del lobo.
No hay nada que demuestre la supuesta relación del Chow con el oso, pero aquellos que lo afirman, citan en su favor muchas características que esta raza comparte únicamente con aquel animal. Los que apoyan esta teoría afirman que el ancestro del Chow es un animal primitivo y salvaje, actualmente extinguido.
Se conoce que todos los otros perros son descendientes de los progenitores del lobo, lo que explica –de acuerdo con los teóricos que favorecen el parentesco del oso con el Chow– por qué la mayoría de los perros, en su primer encuentro con él, alejan la vista o se preparan inmediatamente para un ataque.
Cuando uno se detiene a pensar en la naturaleza independiente del oso, en su lengua azul y su pomposa manera de andar –características también del Chow Chow–, se comprende dónde y cómo surgió esta teoría. También hay que tomar en consideración la gran semejanza del osezno con el Chow. Sólo por esto, ya uno se pregunta si la madre naturaleza no habrá deparado un irónico giro a la evolución de esta raza.
Aunque China siempre ha proclamado que el Chow Chow es una raza canina propia, los documentos históricos chinos encontrados se refieren claramente a este perro como «el extranjero Chow». Este detalle viene en apoyo del resultado de una investigación más científica que revela que el Chow Chow se originó en el Ártico y de ahí emigró hacia China con las tribus bárbaras que frecuentemente la invadieron en el siglo XI a.C.
Estos invasores bárbaros poseían perros de talla formidable que, según se describe, tenían la lengua negra y eran tan fieros que podían derribar hombres como si fueran figuras de paja. Muchas veces, estos perros guerreros recordaban a los leones no sólo por el color, sino también por las características de la cabeza. También tenían largas garras y melenas peludas en forma de collar.
Aunque la larga historia del Chow en China puede recorrerse a través de sus imágenes en bronces y pinturas, una gran parte de la memoria documentada de la raza desapareció en el año 225 a.C. de Cristo cuando, malévolamente, el emperador Chin Shih destruyó casi toda la literatura china. Los archivos que sobrevivieron añaden algunos detalles interesantes a las antiguas descripciones de los perros guerreros.
Estos escritos aseguran que estos perros eran completamente diferentes a los de las otras razas caninas, con sus anchas y grandes cabezas, sus cortos hocicos y pequeños ojos. Se señala que sus labios no estaban sobrepuestos el uno al otro sino que sólo se tocaban entre sí, dándoles una expresión huraña muy particular.
Parece que estos perros guerreros eran extremadamente hostiles hacia los extraños y muy fieles a sus amos. Su naturaleza fiera los convertía en los candidatos ideales para cumplir su función de perros de guerra. En este sentido, es interesante anotar que también demostraron ser excelentes cazadores y perros de rebaño.
Con el paso de los siglos, la naturaleza fiera de la raza se suavizó y se le pudieron asignar tareas de índole más doméstica como perro cazador, de tiro, pastor, guardián de la propiedad y, lamentablemente para él, como comida para la familia.
La palabra vulgar china para designar algo comestible es «chow». Los perros destinados a este propósito eran considerados un fino manjar. De este modo, la carne de perro fue vendida y consumida en China y en Corea hasta 1915 cuando la ley lo prohibió.
La leyenda china nos ofrece razones puramente prácticas para dos de las características más distintivas del Chow: cuanto más rectas fueran las extremidades posteriores, más abundante sería la carne, y cuanto más azul la lengua, más tierna y deliciosa.
No hay dudas de que tan pronto como el primer velero británico ancló en un puerto chino, los marinos ingleses debieron quedar fascinados ante la multitud de curiosidades que encontraron en aquel país. Y una de las rarezas que más les llamó la atención fue este perro con apariencia de león o de oso, algo que nunca habían visto antes. No es de extrañar entonces que los marinos ingleses llevaran esta curiosidad canina en sus viajes de regreso a Inglaterra. Los primeros Chows llegaron a Gran Bretaña en 1780.
Se conoce poco acerca del destino de estos primeros exóticos inmigrantes en Inglaterra. No es hasta 1840 cuando se habla en un periódico sobre la presencia de varios Chows en el Parque Zoológico de Londres. Se referían al Chow como «el perro salvaje de China».
En 1880, aparece documentada la exhibición de Chinese Puzzle, una hembra de Chow negra, importada directamente de China. Chinese Puzzle fue exhibida en una exposición canina que se efectuó en el famoso Crystal Palace de Londres. Evidentemente, la apariencia y el porte de Chinese Puzzle atrajo la atención y el gusto de algunas de las damas más elegantes de Londres, incluyendo a la marquesa de Huntley.
Cuando a ésta le ofrecieron un Chow que había traído de China su pariente el conde de Londsdale, no sólo aceptó, sino que pidió al conde que trajera más perros de esta clase en su próximo viaje. A partir de la llegada de los nuevos ejemplares, Lady Huntley empezó a criar Chows y fundó su criadero a partir de un macho importado al que llamó Periodot.
Periodot II, una hija de Periodot que fue criada por la marquesa, fue vendida a Lady Granville Gordon, quien estableció un criadero altamente respetado a partir de la línea de esta hembra. Lady Faudel-Phillips, hija de Lady Gordon, compartía con su madre el interés por el Chow Chow y se convirtió en la criadora más influyente e importante de Inglaterra. Ambas produjeron el primer Chow campeón criado en Inglaterra, cuyo nombre era simplemente Blue Blood.
El Club del Chow Chow fue creado en 1895 y el primer estándar de la raza fue redactado en la primera reunión. La primera exposición monográfica de la raza tuvo lugar en Westminster, ese mismo año. En este sentido, resulta interesante anotar que aquel estándar, con sólo algunos pequeños ajustes, es el mismo que se sigue utilizando hoy, y es el que se ha tomado de base para redactar prácticamente todos los otros estándares que se han confeccionado en el mundo.
Hacia diciembre de 1895, el Club del Chow Chow produjo su primera exposición en la cual se inscribieron no menos de 54 Chows. La impresionante concurrencia de ejemplares dio mucho que hablar en los medios caninos y esto le permitió conquistar una posición respetable entre los reacios criadores de perros, a lo largo de todo el país.
A la muerte de Lady Gordon, su hija Lady Phillips heredó todos los Chows de su madre. Con ellos y con algunos de sus propios perros estableció, en 1919, el legendario criadero Amwell Chow Chow, que se mantuvo activo hasta la muerte de Lady Phillips en 1934.
La raza estaba en manos de ingleses ricos y llenos de títulos y de este modo fue que el Chow Chow floreció. Sus criadores podían sostener enormes criaderos y el personal con el talento necesario para manejarlos. La raza creció en número y en popularidad.
El primer Chow Chow campeón inglés fue un perro importado, Ch. Chow VIII, descrito como un perro de buen tipo aunque algo pobre de capa. Lamentablemente, Chow VIII tenía un temperamento que dejaba mucho que desear. A pesar de que su desagradable temperamento trajo como consecuencia frecuentes cambios de dueño, ello en nada afectó a su carrera expositiva, que fue bastante espectacular para aquellos tiempos. A despecho de su temperamento, se cree que el estándar inglés de la raza fue escrito tomando a este perro como modelo.
A medida que pasaron los años, estos exóticos y poderosos perros llegaron a ser conocidos no sólo en Europa, sino también en América. En Europa, la posesión de uno de estos comestibles perros salvajes de China llegó a convertirse en un toque de distinción entre las clases adineradas. A pesar de los altos precios que se pagaban por ellos en Europa, la raza no fue realmente aceptada por los criadores serios hasta muchos años después.
En Europa, el Chow Chow se vio forzado a sobrevivir a los devastadores efectos de las dos guerras mundiales. Con esa determinación tan típicamente inglesa, los criadores no sólo ayudaron a la raza a atravesar la más terrible de las épocas, sino que la condujeron a un brillante nivel de calidad muy poco después de la Segunda Guerra Mundial. No cabe ninguna duda de que el Chow Chow debe su destacada posición a nivel mundial no sólo a Inglaterra sino también a los grandes aficionados de aquel país que recibieron al «comestible perro salvaje de China» y lo convirtieron en la adorable y respetada raza que es hoy en día.
A medida que el número de Chows fue incrementándose en Gran Bretaña y la raza fue ganando en calidad, surgieron muchos admiradores y seguidores de la misma en los Estados Unidos. El primer Chow exhibido en este país aparece en el catálogo del Westminster Kennel Club en 1890, mientras que el año de 1905 debe ser anotado como el más importante para la historia de la raza en los Estados Unidos, según el famoso criador, juez e historiador del Chow Chow, el Dr. Samuel Draper.
En ese año, la esposa del Charles E. Proctor fundó su criadero Blue Dragon en los Estados Unidos y también importó a Chinese Chum, destinado a convertirse en el primer Chow que fue campeón estadounidense. Los criadores veteranos consideran que Ch. Chinese Chum fue la piedra angular de la raza en los Estados Unidos.
Es un mérito de los criadores y amantes del Chow Chow de todo el mundo que, durante las décadas de 1950 y 1960, se pusiera el mayor énfasis en el temperamento y la imagen de la raza. Todas y cada una de las personas que criaban perros de calidad, tanto por su tipo como por su temperamento tranquilo y confiable, hicieron grandes esfuerzos en este sentido.
En realidad, el Dr. Samuel Draper lideró la cruzada del temperamento y logró modificar efectivamente la reputación que tenía el Chow como raza poco amistosa e incluso desagradable. Los perros criados por el Dr. Draper tenían el temperamento ideal: eran amistosos con la gente, pero además estaban bien construidos, se movían bien y tenían capas de calidad. El Chow Chow de la actualidad ha logrado superar la pésima reputación que tenía en tiempos pasados y se mantiene entre las razas de compañía más fieles y populares. Para aquella persona que se tome el tiempo de entender el carácter del Chow Chow, no puede haber un mejor amigo canino.
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Es un perro activo, compacto, con lomo corto y esencialmente bien equilibrado. De aspecto leonino, orgulloso con un porte digno; bien estructurado; lleva la cola distintamente sobre la espalda.
Es un perro tranquilo, buen guardián; su lengua es negra azulada. Es único por su andar en zancas. Voluntario, fiel, sin embargo reservado.
Robusto y lleno, sin ser corto, con buena implantación entre los hombros y levemente arqueado.
De inserción alta, llevada bien doblada sobre la espalda.
Los miembros delanteros son perfectamente rectos, de largo mediano y de osamenta robusta.
Musculosos.
Pequeños, redondos, parecidos al pie de gato, con buen aplomo sobre los dedos.
Corto y zancado. Los miembros anteriores y posteriores se mueven paralelos entre sí y son dirigidos rectos hacia adelante.
Puede ser largo o corto.
Cualquier acortamiento artificial del pelaje que altere su expresión o silueta debe ser penalizado.
Unicolor negro, rojo, azul, leonado, crema o blanco, a menudo matizado, pero sin manchas ni pintas. La parte inferior de la cola y la posterior de los muslos frecuentemente presentan una tonalidad más clara.
Nota: Los machos deben tener dos testículos de apariencia normal completamente descendidos en el escroto.
Buscar un cachorro por Internet conlleva riesgos. Para tener clara la profesionalidad del criadero con quien contactéis, os recomendamos que...