La palabra Husky es un término genérico que hace referencia a cualquier perro de tipo nórdico. El término deriva de una corrupción de la palabra Eskie, que quiere decir esquimal, un pueblo que continúa dependiendo de los perros de trineo para su supervivencia.
El Siberian Husky es originario del extremo noreste del continente asiático, concretamente de la península de los tchukchos, lugar donde vivía un pueblo esquimal alejado de la civilización occidental. Este pueblo hacía una selección muy estricta en cuanto a sus perros, lo que permitió crear unos cánidos muy definidos y puros.
El Husky Siberiano es amable, activo, cordial, afectuoso, independiente y un poco desobediente. Es un animal acostumbrado a vivir en jauría y no soporta la soledad ni la indiferencia, si se le deja solo en el piso durante muchas horas pude que cause algún desperfecto. Es amistoso con sus dueños y con los desconocidos. Con los demás perros se muestra reservado aunque en caso de amenaza o agresión no se quedará indiferente.
El Siberian Husky es la raza canina que se parece más al lobo, no sólo por su físico sino también por su personalidad. Su cuerpo es muy peludo, compacto y musculoso. Sus ojos pueden ir desde el marrón avellana hasta el azul (incluso puede tener uno de cada). Tiene las orejas triangulares, erguidas y próximas entre sí. La cola la suele llevar curvada por encima de la espalda y caída cuando está en reposo. Su pelo es de longitud mediana, recto y liso y el subpelo es suave y denso. Las marcas del Husky pueden ser de todos los colores, desde el negro al blanco puro.
El Husky Sisberiano tiene una energía desbordante y para canalizar toda esa vitalidad y hacerlo feliz es necesario proporcionarle largos paseos cada día. Es un perro que se aburre fácilmente y la compañía de otro perro e incluso la de un gato no estaría de más.
Es imprescindible cepillar al Husky a diario para evitar problemas de piel y evitar largas exposiciones al sol en verano.
El Siberian Husky es un perro saludable pero a menudo puede padecer problemas oculares como atrofia progresiva de retina, distrofia de córnea o cataratas.
Los Siberian Husky son conocidos en todo el mundo por ser perros amistosos, juguetones y grandes mascotas familiares. Recuerde que los Chukchis, que fueron los que dieron origen a la raza, criaban a los perros en una atmósfera familiar, en el seno de sus hogares y con sus niños. Los perros crecían formando parte de la familia. El Siberian Husky será leal a aquellos de su familia, pero aun así será amistoso con cualquiera con el que se encuentren, aunque de hecho, un Siberian Husky no puede tener nunca demasiados amigos.
Sabido esto, no es ninguna sorpresa que el Siberian Husky se haya ganado su reputación por ser una de las razas más amistosas y orientadas hacia la gente. Si está usted buscando un perro guardián o una presencia amenazadora en su casa para guardarla de los extraños, entonces será mejor que siga buscando... el Husky tenderá más bien a dar la bienvenida a un intruso con un amistoso lametón, que no con un ladrido amenazador. El temperamento equilibrado del perro y su habilidad para llevarse bien con la gente tienen que ver con sus orígenes. Los perros fueron criados por las mujeres y los niños de la tribu Chukchi y, debido a ello, están acostumbrados a estar con las personas y a ser cuidados por ellas.
Los Husky son también muy tratables, ya que debían ser extremadamente dóciles a la disciplina para desempeñar las tareas que les eran encomendadas. El conductor del trineo debía tener la máxima confianza en sus perros, ya que dependía de que ellos fueran capaces de seguir fiablemente un rastro y encontrar el camino hacia el alimento y el de vuelta al poblado. Cuando el hombre y el perro están en la gélida tundra, no hay señales que les indiquen dónde girar, ni gasolineras en las que pararse para preguntar qué dirección tomar, y perderse en esas condiciones supone una situación amenazadora para la vida. De todas formas, hoy día, el mayor esfuerzo para la «caza del alimento» en el que probablemente se verá involucrado el Husky que tenemos como mascota, consistirá en algo parecido a caminar hasta la tienda de la esquina con su propietario, pero la adiestrabilidad y la dependencia todavía forman una parte importante de su carácter.
Los Siberian Husky no sólo se toman bien el adiestramiento, sino que lo necesitan. Los Husky necesitan disciplina. El conductor de un trineo debía confiar en la capacidad de sus perros para responder a sus órdenes vocales. Estos perros tenían que ser serios en grado sumo, especialmente el perro líder. Así pues, los Husky se fijan en un líder para que les dirija. Como usted sabe, el papel del líder es de usted: es trabajo suyo llevar las riendas.
El Husky fue criado en primer lugar y sobre todo para ser un perro de trabajo, y este instinto todavía forma gran parte de la personalidad del perro. Como el propietario medio de un perro Husky como mascota no usará a este perro para cazar ni para tirar de un trineo, el perro necesita que redirijan su energía hacia otras actividades. Cuando no se le utilice para el trabajo, el Siberian Husky debe hacer ejercicio, o si no se aburrirá. Un perro aburrido encontrará alguna forma de entretenerse, lo que podría traducirse en problemas para su jardín, sus muebles, sus zapatos, etc. Con esto no queremos decir que todo perro vaya a tener una conducta destructiva cuando no tenga otra cosa que hacer, pero ¿no le gustaría controlar cómo ocupa su perro su tiempo libre? Aparte, el hacer que su perro ocupe su tiempo le da a usted la oportunidad de pasar tiempo juntos, reforzando constantemente el lazo que formaron ustedes cuando era simplemente un cachorro.
Mientras que su Husky se adapta a las temperaturas muy frías, el calor excesivo quizá sea molesto para él. Recuerde que el clima ártico: él está bien equipado para la nieve y el hielo, pero no para el calor y la humedad. Recuérdelo y proporciónele siempre acceso a la sombra y agua fresca. Nunca lo deje dentro de un coche aparcado cuando el clima sea cálido. Los perros de ascendencia nórdica prácticamente no toleran el calor y morirán debido al sobrecalentamiento en un corto periodo de tiempo.
Los Siberian Kusky son también muy conocidos por su limpieza. Aunque cambian el pelaje, esto no supone un problema higiénico. En lugar de eso, los perros se mantienen limpios ellos mismos y tienen, sorprendentemente, muy poco «olor a perro». También son fáciles de acicalar. Aunque el pelaje denso puede resultar intimidador, todo lo que necesitan es un buen cepillado. No hace falta ningún tipo de acicalado especial para el ring de exposición. Recuerde que el pelaje en dos capas del Siberian Husky se enredará y se volverá bastante desaseado si no se lo cepilla regularmente. No importa lo exigente que sea el Husky; él no puede acicalarse todo el pelaje, especialmente las partes que no alcanza con su cuello.
¡Así que la personalidad gregaria y las maneras gentiles del Siberian Husky son, exactamente, lo que está usted buscando en un perro! Usted piensa que el Siberian Husky debe ser la raza perfecta para usted. Bien, al igual que para todo, la moneda tiene dos caras. Aunque pocos, hay aspectos negativos en cuanto al ser el propietario de este perro, así que sopéselos cuidadosamente comparándolos con los aspectos positivos antes de tomar su decisión.
En primer lugar, los Siberian Husky mudan el pelaje. Ese pelaje grueso y lanoso es hermoso de ver y es todo un placer abrazarse a él, pero ¿se sentirá igual cuando el pelo esté más bien sobre su ropa y sus muebles que sobre el perro? Como mínimo una vez al año, su Husky eliminará su pelaje, así que esté preparado. Tenga también presente que muchas personas pueden ser alérgicas a un perro que tiene tanto pelo. Los nuevos propietarios se han dado cuenta, para su desgracia, de que están estornudando constantemente cuando están cerca de su Husky a pesar de que nunca habían sido alérgicos al perro de la familia con el que crecieron cuando eran niños (Un Carlino, un Caniche o un Labrador Retriever).
En segundo lugar, sabemos que, en general, a los perros les encanta escarbar. De todas formas, a los Husky les encanta escarbar de verdad. Parece ser que este hábito tiene su origen en su instinto de escarbar un agujero en el suelo para mantenerse caliente mientras descansaba en la tundra de nieve. Escarbar en el suelo es mejor que escarbar en la nieve, ya que es mucho más cálido. A no ser que quiera usted dejar el paisaje a su suerte o proporcionarle a su perro una zona en el jardín en la que escarbar, esto no debería suponer un problema. De todas formas, si piensa usted que esto le molestará realmente y que usted pasará la mayor parte del tiempo estando enfadado con el perro, entonces, y de nuevo, búsquese otra raza.
En tercer lugar, los Husky corren, y corren rápido. Si está usted buscando un perro al que adiestrar sin la correa para hacer una salida a la playa o al parque, mejor será que escoja una raza diferente. Todas las razas nórdicas tienden a escaparse. Para un Husky es un concepto romántico: explorar lo desconocido, correr al viento, conquistar los límites de la tierra. Lleve a su Husky con correa, o quizá nunca más le vuelva a ver. Esto es un riesgo que se debe admitir, ya que también nos indica que un perro al que le gusta correr y escarbar también le gusta escaparse. Si no tiene usted el jardín vallado, entonces tiene dos opciones: 1. Hacerse con una raza distinta, o 2. Hágase con una valla: una buena.
El Siberian Husky, igual que otros perros de pura raza, tiende a padecer ciertas enfermedades hereditarias y congénitas. Los criadores de todo el mundo dedican sus esfuerzos a reducir estos problemas sometiendo a sus animales a pruebas veterinarias y excluyendo a cualquier animal afectado de sus programas de cría. Respecto al Siberian Husky, los criadores están preocupados por los ojos y las caderas. Las advertencias en cuanto a la salud que aquí se hacen no son para disuadir el potencial propietario de un Husky, sino sólo para concienciarlo, para que así pueda proporcionarle los mejores cuidados posibles.
Problemas oculares. Pocos podrán discutir que los ojos son unos de los rasgos más atractivos de esta raza. Es, desde luego, irónico que los criadores deban preocuparse por conservar la vista de estos preciosos ojos de los Husky. De todas formas, los problemas oculares son los más prevalentes. Los propietarios potenciales no deben verse desanimados por esta información. La incidencia de los problemas es realmente baja en la raza en general, quizá de un cinco por ciento.
Glaucoma. Es un aumento de la presión interna del globo ocular del perro. Su canal de drenaje se estrecha y acaba por bloquearse, y el aumento de la presión puede dar como resultado la ceguera. Todos los Siberian Husky deberían someterse a un examen para ver si lo padecen al año de edad, y si indica que tiene la predisposición a ello, entonces no se lo podrá hacer criar. Los perros que reciben la etiqueta de «con predisposición» deben ser examinados anualmente, y los que acaban desarrollando el glaucoma son etiquetados como «afectados».
Cataratas hereditarias. Provocan un enturbiamiento en el ojo que puede acabar provocando ceguera. Se pueden operar, pero la vista de un perro afectado no puede recuperarse al nivel de un perro normal. Los chequeos anuales ayudarán a detectarlas, pero a un perro afectado por ellas no se le debería hacer criar. Las cataratas bilaterales, también conocidas como cataratas juveniles, se dan en los perros jóvenes, y son hereditarias en el Siberian Husky. En ellos, las cataratas que se identifican más frecuentemente se encuentran en la región axial subcapsular posterior de la lente (cristalino). Dichas cataratas maduran a medida que el perro se va haciendo mayor. En ciertos casos puede ser detectada en un ojo antes de que el otro se vea afectado. En los casos severos, el perro puede quedar ciego debido a la intensidad de las opacidades en los ojos.
Distrofia corneal. Es un problema con síntomas similares a los de las cataratas, ya que el ojo se enturbia y su visión se ve impedida. El término veterinario preferido para este problema es el de opacidades cristalinas corneales (OCC). Este término describe los cristales de forma cónica que se forman en la córnea y que se expanden por la superficie, interfiriendo potencialmente con la vista del perro. Ambos ojos se ven afectados por las OCC, al igual que en el caso de las cataratas bilaterales, aunque no simultáneamente o en el mismo grado, en cada caso.
Atrofia progresiva de retina (APR). Es un problema ocular común que afecta a muchas razas de perros, y el Husky no queda excluido. Hay dos tipos de APR: la atrofia de retina primaria y la atrofia de retina central. La más frecuente de las dos es la primaria, también conocida como ceguera nocturna. La ceguera nocturna indica que disminuye la vista del perro en la oscuridad, ya que los conos degeneran. Al final, la visión diurna también se ve afectada. En las etapas iniciales puede parecer que está afectado sólo un ojo, pero de hecho ambos ojos los están en todos los casos. Como indica el término «progresivo», la enfermedad empeora a medida que pasa el tiempo, dando finalmente lugar a la ceguera total. Aunque la APR es hereditaria en el Siberian Husky, la incidencia es tan pequeña que no hay ninguna evidencia concluyente acerca de su mecanismo de herencia.
La displasia de cadera (DC), es el problema ortopédico canino más frecuente, afecta al desarrollo normal de la articulación de la cadera. Todos los perros afectados nacen con caderas normales, pero éstas van deteriorándose hacia los dos años de edad. En los perros displásicos, el fémur no encaja adecuadamente en el acetábulo o fosa de la articulación de la cadera.
Como el Siberian Husky se cría como perro de arrastre de trineos, su capacidad para correr con fuerza y resistencia es equivalente a su razón para vivir. Teniendo en cuenta que la displasia de cadera hace que un perro no sea capaz de hacer el trabajo para el que fue criado, los criadores ponen mucho énfasis en la eliminación de la DC en la raza. Su incidencia en el Husky se estima que es, aproximadamente, del cuatro al cinco por ciento, lo que se considera como bajo en comparación con otras razas de mayor tamaño, en las que esta incidencia puede ser del 40 al 50 por ciento.
Los Siberian Husky sometidos a pruebas para ver si padecen la DC pueden obtener cuatro tipos de resultado: 1. Libre de DC; 2. DC Leve; 3. DC moderada; y 4. DC severa. La mayoría de ellos están dentro de las categorías 1 y 2, y sólo perros libres de DC deberían ser incluidos en los programas de cría. Ésta puede ser una situación descorazonadora para el criador que tiene un campeón sin fallo alguno excepto que cae dentro de la categoría 2. No todos los perros mostrarán signos de degeneración. Estos perros, de todas formas, son portadores y pueden transmitir la enfermedad a su descendencia. Los propietarios potenciales deberían hacer averiguaciones acerca de los padres, los abuelos y de otros familiares cercanos de los cachorros. Como el mecanismo de herencia no se comprende en su totalidad, se aconseja mucha prudencia.
Además de excluir a los perros displásicos de los programas de reproducción, los criadores también toman otras precauciones para asegurarse de que los perros que padecen DC no entren en sus líneas. Los factores ambientales también preocupan a los criadores, al igual que lo hacen los hereditarios. Proporcionando a los cachorros superficies antideslizantes en sus nidos prevendrá que los cachorros desgarbados se lastimen sus frágiles huesos y ligamentos. De la misma forma, se recomiendan dietas que no contengan suplementos y que sean bajas en grasa para evitar que los cachorros ganen más peso del que pueda sostener su esqueleto. Los propietarios de cachorros jóvenes también deberían poner un límite a los tipos de ejercicios que hacen sus cachorros. Los juegos violentos y los saltos sin supervisión deberían ser excluidos del régimen de ejercicios, ya que pueden causar daños a los huesos y a las articulaciones en crecimiento del Husky.
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Desde la más remota antigüedad, varias tribus de tipo esquimal de Siberia usaban perros para unas funciones específicas en la vida diaria. Estos perros eran esenciales para la supervivencia de las personas, ya que llevaban a cabo tareas vitales que incluían acompañar a los cazadores, olfatear rastros y ayudar a transportar el alimento de vuelta a los poblados. Cada tribu tenía su propio tipo específico, que en este punto era el precursor de una raza de perros concreta, pero todos los perros de tipo nórdico eran similares en el sentido en que eran perros de tipo chacal que, en algún momento, habían sido cruzados con lobos árticos. Por supuesto, esto fue hace muchos siglos, y a través de la cría cuidadosa y de la conservación de líneas de sangre puras, el «lobo» fue eliminado del perro. El Siberian Husky de hoy día no es un híbrido de lobo salvaje, tal y como cualquier persona cercana a la raza atestiguará, sino que es un perro hermoso, amistoso, tratable y maravilloso en sus capacidades como mascota y como perro de trabajo.
En Siberia, los ancestros del Husky fueron usados en su origen para cazar, hasta que se les encontró otro uso. Cada tribu criaba y mantenía a su propio tipo específico de perro. Estos perros nórdicos acabaron dando lugar a diferentes razas que conocemos hoy día: el Alaskan Malamute, el Eskimo y el Samoyedo, por nombrar a unos pocos. A la tribu Chukchi se le atribuye el mérito del origen del perro al que conocemos hoy día como Siberian Husky. Los Chukchis habitaban la zona de Siberia más cercana a Alaska. En una cierta época el clima no era tan duro, pero las condiciones climáticas cambiaron para peor, forzando a la tribu a aventurarse y alejarse de su emplazamiento para conseguir comida. La tribu vivía en las tierras del interior, pero acabaron dependiendo del mar para obtener su alimento. Así pues, surgió la necesidad de un medio para transportar el alimento a través de considerables distancias, y el trineo se convirtió en ese importante medio de transporte. Así pues, nació el «perro de trineo». Además de acompañar a los hombres hasta el mar y de traer alimento a casa, los perros de trineo fueron usados para transportar bienes, para el comercio entre tribus, y para transportar las posesiones de las tribus si éstas tenían que ir a vivir a una región menos inhóspita.
El Husky, al que en aquellos tiempos se llamaba Chukchi Siberiano o sencillamente Chukchi, fue criado sobre todo para la resistencia más que para la velocidad o para la fuerza. Los perros eran criados específicamente para tirar de cargas ligeras a una velocidad media. Las cargas más pesadas requerían equipos de perros. Lo más importante fue que eran capaces de aguantar las largas distancias y de transportar su cargamento intacto. Los perros debían ser muy eficientes en cuanto a la administración de su energía, ya que tenían que realizar su cometido con el menor esfuerzo posible. Necesitaban que les sobrara energía para mantener sus cuerpos calientes bajo aquellas temperaturas por debajo del punto de congelación.
Los Chukchis eran meticulosos en el mantenimiento de las líneas puras de sus perros. Sólo se hacía criar a los mejores machos líderes; el resto eran castrados. Los perros debían poseer una resistencia prácticamente inagotable, un excelente olfato, un pelaje denso y lanoso que les protegiera del duro clima, ser extremadamente tratables y con deseo de obedecer. Hoy día, la raza es considerada como una de las más amistosas y especialmente conocida por ser buena con los niños. Esto tiene mucho que ver con la manera en que los componentes de las tribus trataban a los perros. Las mujeres y los niños Chukchis eran los responsables de su cuidado diario, así pues los perros se adaptaron a la vida familiar y se acostumbraron a relacionarse mucho con las personas. Se animaba a los niños a jugar con los perros. Se consideraba a los Siberian Husky de hoy día como excelentes mascotas caseras: muy juguetones y siempre dispuestos a hacer un nuevo amigo.
Aunque tuvo su origen en Siberia, se suele pensar que el Siberian Husky es una raza americana, ya que fue en los EE.UU. donde estos perros se ganaron el reconocimiento como una raza diferente, y no tanto como sólo otro tipo de perro ártico. Antes de su introducción en los Estados unidos, vía Alaska, que por esos tiempos todavía no era un estado, los Husky se vieron favorecidos por los exploradores rusos, que se trajeron a los perros consigo mientras exploraban la costa siberiana. Todavía conocidos como Chukchis, los perros fueron llevados a Alaska a finales de 1908 por un tratante de pieles ruso llamado Goosak, para inscribirlos en la primera carrera de trineos por toda Alaska en la que el dinero de las apuestas se destinaba a los ganadores (All-Alaska Sweepstakes). Se trataba de una carrea de unos 650 km con un primer premio de 10.000 dólares. A la gente no le impresionaron los perros de Goosak: eran pequeños en comparación con los perros de trineo que estaban acostumbrados a ver. Goosak convenció a un conductor llamado Louis Thurstrup para que dirigiera a su equipo, y a pesar de las tremendas apuestas en contra de ellos, sus perros se clasificaron en tercer lugar. La primera carrera en la que el dinero de las apuestas se destinaba a premiar a los ganadores era sólo el comienzo. Las carreras de trineos como deporte se estaban volviendo muy populares, y los perros siberianos se ganaron rápidamente una buena reputación como perros de primerísima categoría. Después de esta carrera, un escocés llamadoFox Maule Ramsay se quedó tan prendado de los Chukchi que fletó un barco para cruzar el estrecho de Bering hasta Siberia y volvió con 60 de los mejores perros árcticos que pudo encontrar. En la tercera carrera por toda Alaska, dos equipos de perros de Ramsay acabaron en primer y en segundo lugar. El propio Ramsay fue el conductor del equipo que quedó segundo.
Una historia muy conocida que documenta la inigualable habilidad del Husky como perro de trineo es la historia de lo que se ha dado en conocer como la «Gran Carrera del Suero» de 1925. Una epidemia de difteria en Nome, Alaska, requería de la llegada de la antitoxina para prevenir la propagación de la enfermedad, pero las severas condiciones climáticas hicieron imposible transportarla por aire. El aprovisionamiento de suero más cercano, que estaba en Anchorage, Alaska, sólo podía ser llevado por tren hasta la ciudad de Nenana, pero todavía quedaban más de 1.000 km de viaje hasta Nome. La única manera de cubrir la distancia que quedaba era usando equipos de perros de trineo. Los equipos de relevos cubrieron la distancia en sólo cinco días y medio, lo que suponía un tiempo admirablemente corto para cubrir dicha distancia, y el suero llegó a Nome a tiempo para salvar a la gente de lo que hubiera resultado en una muerte segura.
Los relatos de la increíble resistencia y del heroísmo con temperaturas bajo cero y en condiciones de ventiscas corren como la pólvora. Los nombres de sus perros y de sus conductores se convirtieron en palabras de uso corriente. Dos conductores en particular, Gunnar Kasan y Leonard Seppala, que usaban equipos de Siberian Husky, se volvieron muy conocidos. El equipo de Kasan fue el último equipo de relevos, el equipo que hizo entrega del suero en Nome, el 2 de febrero de 1925. Su perro líder, Balto, que ya había probado su valía como perro de trineo y como rastreador muchas veces, fue reconocido como mejor perro líder de Alaska. Hoy día, la estatua de Balto se erige en el Central Park de Nueva york como símbolo de los relevos del suero y para conmemoración para todos aquellos buenos perros que participaron en la epopeya. Seppala y sus perros se ganaron el reconocimiento por cubrir 480 km de aquel viaje hasta Nome: la distancia más larga cubierta por cualquier equipo.
Tras el relevo del suero, Leonard Seppala viajó por los Estados Unidos con un grupo de perros, la mayoría de los cuales eran Siberian Husky, para hacer demostraciones de las carreras de trineos. Debe subrayarse que el nombre «Husky» era usado como nombre genérico para todas las razas de perros de trineo. Los americanos le dieron al perro Chukchi el nombre de «Siberian Husky». Estas demostraciones mostraron ampliamente a los perros árticos y desoertaron el interés por el Siberian Husku. Incluso hubo una demostración de perros de trineos en Lake Placid durante los Juegos Olímpicos de 1932. Después de completar su viaje exposición, Seppala se quedó a vivir en Nueva Inglaterra y empezó a participar en las carreras con sus perros de forma sistemática. No sólo se asentó como un conductor de perros de primera categoría, sino que ayudó al establecimiento del Siberian Husky en el Este de los Estados Unidos a través de su propio programa de cría. Seppala hizo criar a sus perros y éstos se convirtieron en animales fundadores para otros criadores de Nueva Inglaterra. Hoy día, el nombre de Seppala es conocido por todo el mundo del Husky. De hecho, a todos los Siberian Husky inscritos en el libro de orígenes del American Kennel Club se les puede seguir la pista hasta las líneas de Seppala.
Nueva Inglaterra se convirtió en el hogar de una concentración de criaderos de Siberian Husky de calidad. El criadero Chinook de Arthur Walden en New Hampshire fue unos de los más importantes. Walden ya había estado criando perros de trineo cuando Seppala llegó con sus Huskys. Estos perros eran de menor tamaño que los que se estaban produciendo en esa zona, y la gente no apreció su habilidad. Pero, tan pronto como los perros comenzaron a correr, la gente empezó a tenerlos en cuenta. Los perros de Seppala ganaban, constante y fácilmente, a los perros locales en las carreras de trineos. Walden, con la ayuda de Milton y Eva «Short» Seeley, produjo Siberian Husky de calidad basándose en animales de Alaska, algunos de los cuales procedían directamente de Leonard Seppala.
Lorna Demidoff fundó el importante criadero Monadnock, también en New Hampshire. Su primer campeón fue un perro que adquirió a Chinook, y continuó con muchos campeones de cría casera y con excelentes perros de carreras. Es importante resaltar que tanto Lorna Demidoff como Short Seeley no eran sólo criadoras de gran calidad, sino que también eran formidables conductoras de perros: fueron dos de las mejores conductoras de todos los tiempos.
El objetivo de los criadores de Nueva Inglaterra era conservar la capacidad de trabajo del Siberian Husky, al tiempo que se producían perros estéticamente agradables que pudiera ganar en el ring de belleza. Los programas de cría de los Chukchis iban encaminados a la función más que a la forma. Por ejemplo, su precioso pelaje lanoso tenía la función de proporcionarles aislamiento a sus cuerpos, y no el de ser admirado por los amantes de la raza. La tribu necesitaba a los perros para su supervivencia: no necesitaban un perro hermoso. De todas formas, los americanos, con su interés por exponer a sus perros, además de hacerlos correr, querían lo mejor de ambas vertientes: querían los perros de mejor calidad y con el mejor aspecto posible. Incluso con su énfasis por la belleza, los criadores de Nueva Inglaterra consiguieron producir, constantemente, algunos de los mejores perros de trineo que se podían encontrar.
La raza fue reconocida como el Siberian Husky por parte del American Kennel Club en 1930. El primer Husky inscrito en el libro de orígenes del AKC se llamaba Fairbanks Princess Chena. La raza fue también reconocida por otra asociación canina del país, el United Kennel Club, con el nombre de «Husky Ártico». La raza recibe a veces ese nombre en Inglaterra, aunque el nombre usual por el que se la conoce es el de Siberian Husky.
El Siberian Husky fue reconocido como raza en Gran Bretaña en 1968. El primer ejemplar inscrito en el libro de orígenes del Kennel Club fue Yeso Pack’s Tasha, una perra americana propiedad del teniente jefe William Cracknell. Cuando fue traída desde los EE.UU., hubo un amago de rabia que hizo que tuviera que ser retenida en cuarentena durante un largo período. Cuando fue liberada, el Siberian Husky fue considerado como una raza diferente y fue inscrita. Se importó un compañero para ella, y cuando Cracknell volvió a los Estados unidos con los dos Huskys, los cachorros de sus dos camadas fueron dejados en Inglaterra. Cuando el período de cuarentena fue restablecido, para pasar a tener la duración normal de seis meses, más Siberian Husky comenzaron a ser importados a Inglaterra. Don y Liz Leich fueron los primeros aficionados británicos que dieron pasos para que la raza se estableciera. Trajeron Siberian Husky de vuelta de los EE.UU. en 1971 y comenzaron con un criadero propio que produjo algunos perros que tuvieron bastante éxito en el ring de exposición. Al igual que todos los verdaderos entusiastas de la raza, se esforzaron por mantener intacta y con entusiasmo su capacidad de trabajo.
El Siberian Husky tuvo un seguimiento lento pero constante en Inglaterra, pero hacia 1986 la raza fue reconocida por completo y pudo competir en los campeonatos. Muchos criadores lo han hecho muy bien desde entonces y los Siberian Husky están haciendo grandes avances como mascotas y como perros de exposición en Inglaterra.
El primer ejemplar de Siberian Husky inscrito en el libro de orígenes en Suiza fue en 1955. En 1963, se fundó el Club suizo de Perros Nórdicos. Esta organización desanimó los cruces y reguló con firmeza qué perros tenían calidad para la cría. En primer lugar, para que un perro recibiera, únicamente, su certificado genealógico, sus padres debían haber sido considerados como válidos para criar. A partir de ahí el perro debe pasar una serie de restrictivos exámenes de rayos-X, de salud y de temperamento. El club toma nota de toda esta información y determina qué perros y perras han sido aprobados para su uso en programas de cría y a cuáles no se les permite criar. Los estándares del club son muy altos y sus reglas muy estrictas, pero su política ha asegurado la constancia en la raza a lo largo de los años y ha asegurado que las líneas de la raza hayan mantenido su pureza. La calidad de los Siberian Husky suizos es reconocida en toda Europa y muchos de ellos han sido exportados a otros países europeos para ayudar en la mejora de la calidad de los animales locales de raza Husky.
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El Husky Siberiano es un perro de trabajo de tamaño mediano, rápido y ligero. Su movimiento es libre y gracioso. Su cuerpo moderadamente compacto y bien cubierto de pelo, las orejas erguidas y la cola tupida con pelo de cepillo sugieren su herencia nórdica. Su andar característico es suave y aparentemente sin ningún esfuerzo. Lleva a cabo su función original de perro para jalar de la manera la más capaz, llevando una carga ligera a velocidad moderada a grandes distancias. Las proporciones y la forma de su cuerpo reflejan su equilibrio básico de poder, velocidad y resistencia. Los machos de la raza Husky Siberiano son masculinos, pero nunca toscos; las hembras son femeninas pero sin manifestar debilidad en su estructura. En buenas condiciones de salud, con músculos firmes y bien desarrollados, el Husky Siberiano no debe presentar un exceso de peso.
El temperamento característico del Husky Siberiano es amigable y gentil, pero también alerta y extravertido. No manifiesta las cualidades posesivas del perro de guardia, ni tampoco es exageradamente sospechoso hacia los extraños o agresivo con otros perros. Se espera cierta reserva y dignidad en el perro adulto. Su inteligencia, docilidad y disposición para placer hacen de este perro un compañero agradable y un trabajador siempre dispuesto.
De largo mediano, arqueado y llevado orgullosamente erguido cuando el perro está parado. Durante el movimiento al trote, extiende el cuello de manera que la cabeza es llevada ligeramente hacia adelante.
La cola, que está bien cubierta de pelo, tiene forma de cepillo de zorro; está insertada justo por debajo del nivel de la línea superior y habitualmente, cuando el perro está atento, es llevada sobre la espala en forma curvada de hoz. Cuando es llevada levantada, la cola no se enrosca hacia cualquiera de los lados del cuerpo, ni tampoco descansa aplanada sobre la espalda. Es normal que la lleve colgando cuando el perro está en reposo. El pelo que cubre la cola es de largo mediano y aproximadamente del mismo largo en su parte superior e inferior y a los lados, dando así la impresión de un cepillo redondo.
Cuando el perro está parado y visto desde el frente, los miembros se observan moderadamente separados, paralelos y rectos. Los huesos son sustanciosos pero nunca pesados. La longitud del miembro desde el codo hasta el suelo es ligeramente mayor que la distancia desde el codo hasta la punta de la cruz. Los espolones de los miembros anteriores pueden ser extirpados.
Cuando el perro está parado y visto desde atrás, los miembros posteriores están moderadamente separados y son paralelos. Si existen espolones, deben ser extirpados.
Ovalados, sin ser largos. Son de tamaño mediano, compactos y bien cubiertos de pelo entre los dedos y las almohadillas. Estas últimas son duras y bien acojinadas. Cuando el perro adopta la postura natural, los pies no muestran desviaciones hacia afuera o hacia adentro.
El movimiento característico del Husky siberiano es suave y aparentemente sin esfuerzo. Es rápido y ligero sobre sus pies y en la pista de exposición con un guía laxamente manejado, muestra un trote moderadamente rápido mostrando así un buen alcance en los miembros anteriores y buen impulso en los miembros posteriores. Visto desde el frente hacia atrás mientras camina, el Husky Siberiano no muestra una pisada única, pero a medida que aumenta la velocidad, las extremidades se inclinan gradualmente hacia adentro hasta que las almohadillas se situan en una línea directamente por debajo del centro longitudinal del cuerpo. A medida que las huellas de las almohadillas convergen, los miembros anteriores y posteriores son llevados en línea recta, sin que los codos o las articulaciones fémoro-tibio-rotulianas se desvíen hacia adentro o hacia afuera.
Cada extremidad posterior se mueve en la pisada de la extremidad anterior correspondiente del mismo lado. Mientras el perro está en movimiento, la línea superior permanece firme y nivelada.
El pelaje del Husky Siberiano es doble y de largo mediano, dando la apariencia de ser tupido, pero nunca tan largo como para cubrir las líneas externas bien definidas del perro. La lanilla interna es suave, densa y suficientemente larga como para sostener a la capa externa. Los pelos de la capa externa son rectos y algo pegados suavemente al cuerpo; nunca son ásperos ni están separados del cuerpo. Debe notarse que la ausencia de capa interna durante la muda es normal. Se permite recortar los pelos del mostacho y los pelos entre los dedos y alrededor de los pies para presentar un aspecto más limpio. El recorte de pelo en cualquier otra región del cuerpo es imperdonable y debe ser severamente penalizado.
Se permiten todos los colores desde el negro hasta el blanco puro. Es común una variedad de marcas en la cabeza, incluyendo muchos patrones llamativos no encontrados en otras razas.
El peso está en proporción a la altura. Las medidas mencionadas arriba representan los límites extremos de tamaño y peso sin dar preferencia a ninguno de los extremos. Cualquier apariencia de osamenta o peso excesivo debe ser penalizada.
Las características raciales más importantes del Husky Siberiano son su tamaño mediano, osamenta moderada, proporciones bien balanceadas, movimiento libre y fácil, pelaje apropiado, cabeza y orejas agradables, cola correcta y buena naturaleza. Cualquier exceso de peso, huesos toscos, movimiento contraído o pesado o un pelaje largo o áspero deben ser penalizados. El Husky Siberiano nunca tiene un aspecto tan pesado y tosco como para sugerir que es un animal de carga potente, ni tampoco es tan ligero y frágil como para sugerir que es un animal de carrera corta de velocidad. En ambos sexos, el Husky Siberiano tiene la apariencia de una gran capacidad y resistencia. Además de las faltas ya mencionadas, las faltas estructurales obvias comunes a todas las razas son indeseables en el Husky Siberiano como en cualquier otra raza, aunque no son mencionadas específicamente en este estándar.
Cualquier desviación de los criterios antes mencionados se considera como falta y la gravedad de ésta se considera al grado de la desviación al estándar.
Cualquier perro mostrando claras señales de anormalidades físicas o de comportamiento debe ser descalificado.
Nota: Los machos deben tener dos testículos de apariencia normal completamente descendidos en el escroto.
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