El Mastín Napolitano tiene fama de ser un terrible guardaespaldas. No es una afirmación infundada, ya que en otros tiempos se le utilizó para luchar contra gladiadores y fieras o para acompañar a los bandoleros del sur de Italia. Pero a pesar de este pasado belicoso no es un perro agresivo, la razón de que este perro responda a las órdenes del hombre es la necesidad que tiene de moverse.
El Mastín Napolitano desciende del Mastín del Tíbet y se intuye que llegó a las costas napolitanas hacia el siglo IV a.J.C.. Debido a su descomunal fuerza, los romanos los utilizaron en peleas, como bestias de carga y también como perros guardianes. La historia de esta raza sigue los pasos de la del imperio romano. Con la caída de éste casi desaparecieron, y no fue hasta 1946 que se tomaron medidas para salvaguardar el futuro de la raza.
Es un perro obediente, tranquilo, inteligente y amistoso. Sólo ataca en caso de orden o cuando se le provoca. Este Mastín es receptivo al adiestramiento pero hay que empezar su educación muy pronto, cuando el cachorro es todavía muy maleable. Tiene un fuerte instinto de protección.
El Mastín Napolitano es un perro pesado, musculoso y rechoncho. Tiene unos ojos de expresión penetrante. Las orejas son pequeñas, triangulares y cuelgan pegadas contra las mejillas, aunque en algunos países se las suelen cortar. La cola es gruesa en la raíz, aunque es normal que sea amputada en un tercio de su longitud.
Tiene una forma de andar lenta y pesada, muchas veces comparada con la de un oso.
El crecimiento del Mastín Napolitano es largo (llega a la edad adulta a los 3 años) y es muy importante (multiplica por cien su peso al nacer). Esto exige una alimentación muy elaborada tanto en calidad como en cantidad.
Esta raza requiere muchos cuidados, es necesario limpiar la cara al perro después de cada comida y los pliegues de piel suelta exigen baños frecuentes para evitar infecciones.
El Mastín Napolitano, como todos los perros grandes, puede verse afectado por la displasia de cadera, de codo, la torsión de estómago o artritis. También se observan, a veces, problemas de inversión de párpados.
El extracto siguiente está tomado del Estándar del Mastín Napolitano aprobado por la FCI en 1989, donde se describen la apariencia general, la conformación, el equilibrio y la disposición: «El Mastín Napolitano es un perro de guarda y defensa por excelencia, de gran talla, poderoso y fuertemente construido, de apariencia majestuosa, robusto y valiente, de expresión inteligente, dotado de un carácter dócil y un correcto equilibrio mental, no agresivo, infatigable defensor de las personas y de las propiedades. La conformación general es la de un pesado braquimórfico, cuyo tronco es más largo que la altura a su cruz, armonioso en lo que respecta a la talla (heterometría) y los perfiles (aloidismo). La piel no se adhiere al tejido subyacente, sino que es abundante, con tejido conjuntivo suelto sobre todo el cuerpo, especialmente en la cabeza, donde forma arrugas y pliegues, y en el cuello, donde forma la papada». No puede encontrarse mejor descripción de este majestuoso animal.
La palabra «macizo» es la que mejor describe al Mastín Napolitano. El macho típico, que es un perro grande y poderoso, de cráneo macizo y braquicefálico, cabeza arrugada, huesos inmensos y cuerpo fornido, pesa entre 60 y 70 kilogramos y mide entre 65 y 75 centímetros a la cruz. La hembra es un poco más pequeña y pesa entre 50 y 60 kg. El Napolitano no es el más alto de todos los perros, pero en relación con su primo el Mastiff Inglés, parece ser, a menudo, más ancho y macizo, aunque más ligero. El perro adulto alcanza su altura límite alrededor del año de edad, aunque algunos ejemplares pueden crecer un par de centímetros o más después de haber cumplido el año..
El peso que corresponde al ejemplar adulto generalmente no se alcanza hasta que el perro tiene entre tres y tres años y medio de edad, y a veces más. Como todas las razas gigantes, el Napolitano es lento para madurar y su etapa como cachorro es larga. No se le considera maduro hasta que no ha cumplido los tres años. Por desgracia, este maravilloso animal, al igual que pasa con otras razas gigantes, no tiene una vida larga. La esperanza de vida del Napolitano es de entre ocho y diez años.
Al tener una capa densa, corta, firme y dura, de largo y tersura uniformes, en todo el cuerpo, el Mastín Napolitano es virtualmente un perro de «que no necesita plancha». No requiere demasiado acicalado excepto durante los dos periodos de muda, en primavera y otoño. Considero que una cuchilla de uso junto con un guante abrillantador resultan muy útiles para eliminar todo el pelo muerto. Los colores preferidos son el gris, gris plomo y negro, y también el marrón, amarillo y amarillo intenso (ciervo) con pequeñas manchas blancas en el pecho y la punta de los dedos. Todos estos colores pueden ser atigrados. Se toleran los tonos avellana, gris-tortuga e isabella. Todos los cachorros nacen con los ojos azules, pero luego, a los tres o cuatro meses de edad, cambian su color de acuerdo con el de la capa. La oreja natural del Napolitano es pequeña en relación con la talla del perro. Tiene forma triangular, está implantada sobre el arco cigomático (hueso del pómulo) y pende, plana y pegada al carrillo. Tradicionalmente cortada, forma un triángulo equilátero. El corte de las orejas no es un requisito para el perro de exposición, por lo que el Napolitano puede ser presentado con o sin orejas cortadas. La oreja cortada confiere al perro una expresión más alerta. La cola normalmente se corta a dos tercios de su longitud original, de modo que alcance o sobrepase ligeramente la punta del corvejón. La cola debe ser ancha y gruesa en la base, y adelgazarse ligeramente hacia la punta.
El Mastín Napolitano es un guardián por naturaleza. Tratar de separar el perro de compañía del perro de trabajo, en esta raza, es imposible. Él está siempre de guardia –es su trabajo– y también lo estará mientras acompaña a su dueño. El Napolitano se toma muy en serio su tarea como perro de trabajo. Su apariencia fiera y su cabeza en forma de gárgola son argumentos bien disuasivos para intrusos y ladrones. Aunque aparenta ser lento y pesado, puede transformarse en un instante, cuando se trata de proteger su propiedad o de cumplir con sus obligaciones. Sin embargo, en general, es un animal de temperamento estable, que adora enroscarse para dormir en el sofá y reservar su energía para los momentos realmente necesarios.
La función del Napolitano es la de ser un guardián. Para eso se le ha criado y él cumple bien con su trabajo. Sin embargo, nosotros hemos ampliado los horizontes de esta raza majestuosa al situarla frente a nuevos y diferentes retos. En el trabajo de obediencia, los Napolitanos parecen desempeñarse bien dentro del marco de la clase, pero en las pruebas de obediencia formal no son perros de respuesta tan rápida como los Pastores Alemanes, Pastores Australianos, Golden Retriever y Shetland. En sentido general, se mueven más lentamente y son más contemplativos; parece casi como si consideraran las órdenes antes de ejecutarlas. Los jueces de obediencia están empezando a reconocer esto y es cada vez mayor el número de mastines que reciben calificaciones más altas en obediencia.
El Napolitano no constituye la mejor elección cuando buscamos habilidad y resistencia atléticas. Claro que hay algunos que destacan, pero son las excepciones. Correr junto a una bicicleta o hacer caminatas, no son su fuerte. Son perros pesados para su altura, y su vigor no es el mayor del mundo, por lo que se fatigan y acaloran fácilmente. A la mayoría de los Mastines Napolitanos les encanta nadar y la natación constituye para ellos una buena forma de ejercicio, porque resulta suave para sus miembros y articulaciones. Nunca se debe ejercitar demasiado a los cachorros, porque se dañarían sus articulaciones y ligamentos y, con ello, también su esqueleto. Para un cachorro pequeño, bastan los paseos cortos, y se deberá evitar que suba muchas escaleras. Los Napolitanos tienen una gran tolerancia ante el dolor y, por eso, las lesiones pueden pasar inadvertidas y no recibir, por consiguiente, el tratamiento adecuado.
Tanto el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York como el Museo de Arte de Chicago poseen sendas piezas de terracota de origen mesopotámico cuya apariencia se asemeja mucho a la del moderno Mastín Napolitano. La primera representa a un perro sentado con pliegues en la piel, con mandíbulas y hocico poderoso, y orejas amputadas. La segunda muestra una hembra con el mismo tipo de cabeza y la misma fortaleza, criando a cuatro cachorros. En el Museo Británico se exhibe un objeto de terracota de origen asirio que data del siglo IX antes de Cristo y que representa a un perro con su amo sosteniéndole del collar. El perro tiene sus orejas implantadas en lo alto del cráneo, una cabeza maciza llena de arrugas, una gran papada que se extiende desde la parte inferior del hocico hasta la mitad del cuello y un cuerpo rectangular de constitución poderosa sostenido sobre patas anchas. La cruz del perro alcanza la altura del cinturón de su amo, lo que da una medida de su gigantesca talla.
Pero es mejor empezar esta historia a partir de los sumerios, quienes criaban perros grandes y poderosos para utilizarlos tanto en las batallas como en la caza de leones y de otras fieras. La característica principal de estos perros era su hocico fuerte y corto, su cabeza inmensa y poderosa, las patas musculosas, los huesos pesados y un cuerpo a la vez pesado y de gran altura. Estos perros deben ser considerados como antiguos descendientes del Dogo del Tíbet, el cual, según las autoridades del caso, es el precursor de todos los perros molosos. En su calidad de viajeros, los sumerios extendieron estos perros por Mesopotamia 2000 años antes de Cristo. Eran molosos que se criaban y utilizaban para proteger las propiedades y también para guardar el ganado contra el ataque de los leones. Después de expandirse por el norte, el este y el oeste, estos perros llegaron, con el tiempo, a los fenicios. Alejandro Magno tenía muchos molosos y regaló a varios de ellos para que fueran llevados a Macedonia.
Durante su campaña en las Islas Británicas, en el siglo V a.C., Julio César encontró unos perros de inmensa estatura y gran ferocidad que él llamó Pugnaces Brittaniae. Se impresionó tanto con ellos que, a su regreso, se llevó algunos a Roma. La presencia de estos perros en las Islas Británicas confiere crédito al hecho de que fueron los fenicios quienes los esparcieron por la zona del Mediterráneo y otras zonas del oeste.
En la época de los romanos los perros eran utilizados como armas de guerra y también en el circo, donde se les ponía a luchar contra animales salvajes.
En los grandes coliseos, los molosos y sus adiestradores luchaban contra otros mastines y adiestradores. Los molosos también protegían las villas romanas. Después de la caída del Imperio Romano, se formaron los distintos países europeos y los descendientes de aquellos perros tomaron los nombres de sus lugares de residencia. Los que se quedaron en la región cercana al Vesubio se acomodaron a la tierra y a su gente. En los tiempos del Renacimiento, el mastín era usado para la caza de animales grandes y también como perro de guarda.
En el siglo primero después de Cristo, el autor latino Columela escribió sobre el mastín romano en su obra De re rustica. Decía que, por entonces, este perro era el guardián de la casa, «porque un perro oscuro tiene una apariencia más aterradora y durante el día puede hacerse notar, y asustar con su apariencia al merodeador. Cuando cae la noche, el perro, perdido en las sombras, puede atacar sin ser visto. La cabeza es tan maciza que parece la parte más importante del cuerpo. Las orejas caen hacia el frente, los ojos brillantes y penetrantes son negros o grises, el pecho es profundo y peludo, los hombros son anchos, las patas son gruesas, y la cola, corta, las patas traseras son poderosas y, sus uñas, fuertes y grandes. Su temperamento no puede ser ni muy noble ni muy feroz y cruel; mientras que lo primero lo haría demasiado apto para aceptar a un ladrón, lo segundo lo predispondría a atacar a las personas de la casa.» Estas palabras, aunque fueron escritas 2.000 años atrás, se ajustan al actual Mastín Napolitano. Columela sigue diciendo, «No importa que los perros guardianes de la casa tengan cuerpos pesados y que no sean de paso ligero. Ellos nacieron para cumplir su tarea en un lugar reducido y no necesitan correr lejos». De este modo, nos dice que los molosos se criaban para ser grandes y pesados ya que así eran capaces de derribar a un animal o a un hombre y no eran propensos a andar vagando lejos de sus hogares y de sus deberes como guardianes. Se dice que, en tiempos muy antiguos y con el mismo propósito, los dueños les cortaban los dedos para convertirlos intencionadamente en minusválidos. El moloso italiano permanece virtualmente inalterado desde los tiempos de Columela hasta el día de hoy.
El moloso italiano permaneció circunscrito a los campos de su país durante siglos, por lo que se preservaron su temperamento y singularidad. Estos molosos fueron criados y conservados en la región napolitana sin salir de su entorno. Reliquias de un tiempo muy lejano, sin documentos escritos que permitan definir sus líneas de sangre, fueron sacados a la luz hacia los finales de la década de 1940. En 1949, Piero Scanziani produjo este mismo perro, que fue rebautizado entonces como Mastín Napolitano. Junto con otros amantes de los perros, Scanziani se entregó a la monumental tarea de escribir el estándar y determinar cuáles de estos perros deberían ser usados para la cría. Muchos ejemplares fueron medidos y examinados, y todo lo que encontró fue registrado. Finalmente, con un estándar escrito en la mano, el Mastín Napolitano fue reconocido como raza por el Ente Nazionale della Cinofilia Italiana (ENCI), que es la asociación canina de Italia.
En determinado momento surgió un debate acerca del nombre escogido para esta magnífica raza. Algunos de sus fundadores optaron por el de «Moloso Romano» en honor de aquél; otros deseaban llamarla «Mastín Napolitano» para honrar a la región y a las personas que la mantuvieron viva durante siglos. Al final, el nombre quedó como Mastino Napoletano aunque, según mi parecer, el de «Moloso Romano» describe mejor a este perro que sobrevivió durante miles de años.
Entre los años 1949 y 1960 se realizó alguna cría. Y se fijó el tipo de la raza, que era algo diferente al de los perros actuales. Con un aspecto menos arrugado y de piel más apretada, la raza comenzó su evolución. Durante la década de 1970 salieron a la palestra muchos de los mejores perros, como Ch. Sansone I di Ponzano, Ch. Leone, Ch. Socrates di Ponzano, Ch. Madigam della Grotta Azzurra y Falco della Grotta Azzurra, por citar sólo algunos de los que imprimieron su tipo en la raza y, no sólo en Italia, sino también en Francia y en otros países europeos. A finales de la década de 1970, 16 ejemplares prominentes fueron llevados a Alemania donde, por alguna razón desconocida, la cría se interrumpió. Estos 16 Mastines fueron 10 perros y 6 perras. Los machos importados desde el norte de Italia fueron: Int Ch. Enea di Ponzano e Int./Ital. Ch. Aronne. Los restantes ocho, que llegaron desde el sur de Italia, fueron: Ital. Ch. Mason della Grotta Azzurra, Attila della Grotta Azzurra, Unno, Sarno, Oro, Ur, Nerone y el Ital. Ch. Califf della Dea Partenopea. Las hembras, Teresina della Casa Lazzarone e Int. Ch. Gilda di Ponzano, procedían del sur de Italia mientras que las otras cuatro restantes, Bundessiegerin Romana della Grotta Azzurra, Europasiegerin Medea della Grotta Azzurra, Valeria della Grotta Azzurra y Europasiegerin Pacchiana, provenían, en principio, del norte. Muy pocos perros nacieron de estos excelentes ejemplares; de hecho, sólo Enea fue utilizado hasta cierto punto en un programa de cría. Hasta el día de hoy, la causa de ello permanece ignorada, aunque algunos creen que aquella importación masiva causó divisiones. Cuatro alemanes la llevaron a cabo con el fin de mejorar la cría del Mastín en Alemania, mientras que otra pequeña fracción hizo todo lo que pudo para impedir que este proyecto tuviera éxito y lo consiguió.
Los inmigrantes italianos llevaron algunos Napolitanos a los Estados Unidos en los primeros años del siglo XX, pero el importador principal y fundador de la raza en aquel país fue Michael Sottile, senior, presidente y fundador del Neapolitan Mastiff Club of America (IMCA), en los años de 1970. Se dice que, en 1902, el abuelo de Michael había introducido cuatro cachorros de contrabando en los Estados Unidos. Junto con Michael Sr., las señoras Jane Pampalone y Joan (Moran) White, tuvieron un importante papel en la promoción de la raza en las exposiciones caninas y leayudaron a ganar popularidad. En la década de 1980 algunos cachorros fueron exportados desde Italia hacia otros países, incluyendo los Estados Unidos. Este país vio entonces florecer a varios perros magníficos como El Gavilan della Altafiumara, Mosé, Squarcione, Zimbo della Zacchera y Hatrim y Frazier della Grotta Azzurra, sólo por mencionar a unos cuantos.
Toda Europa, incluyendo a Bélgica, Hungría, Holanda y Yugoslavia, recibieron importaciones y, aún hoy, en aquellos países se producen excelentes perros. Durante los diez últimos años, más o menos, se ha extendido el conocimiento de la raza, tanto en Australia como en Inglaterra.
Los largos periodos de cuarentena que aún se exigen en algunos países dificultan, desde el punto de vista financiero, la importación de cachorros o de pies de cría de mayor edad, aunque hay que decir que nunca faltan los criadores que se esfuerzan.
Actualmente, el Napolitano está experimentando un gran auge en los Estados Unidos, por lo que cada vez hay más perros, que viven en perreras o en hogares inadecuados, en busca de un nuevo alojamiento.
Al verdadero criador de Mastín Napolitano se le designa con la palabra italiana mastinari, término que alude al conocedor y artista de la raza, cuya sangre, sudor y lágrimas han terminado por criar y producir Mastines que pueden ser considerados como magníficos. Este término no se aplica a los noveles ni se ha aplicado jamás ligeramente a cualquier criador individual. La verdadera misión y el único objetivo del verdadero mastinari es el Mastín Napolitano ideal. Nosotros debemos rendirles homenaje por preservar a esta antigua y noble raza.
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Es pesado, macizo, fornido y de gran tamaño. La longitud del tronco sobrepasa la altura a la cruz.
La longitud del tronco sobrepasa en un 10% la altura a la cruz. La longitud de la cabeza es igual a 3/10 de la altura a la cruz. La proporción entre el cráneo y el hocico es de 2 a 1.
Es de carácter decidido y leal; no es agresivo, ni muerde sin razón.
Como protector de la propriedad y de sus habitantes está siempre vigilante. Es inteligente, noble y majestuoso.
Es corta y maciza, con un cráneo ancho a nivel de los arcos cigomáticos; su longitud alcanza alrededor de 3/1O de la altura a la cruz. La piel es abundante y presenta arrugas y pliegues, de los cuales el más acentuado y característico parte del ángulo palpebral externo para descender hasta el ángulo labial. Los ejes longitudinales superiores del cráneo y del hocico son paralelos.
Perfil: El perfil superior es ligeramente convexo.
Su longitud sobrepasa en un 10% la altura a la cruz.
En conjunto, vistas de perfil y de frente, desde la punta del codo son verticales y de huesos fuertes, en proporción con el tamaño del perro.
En conjunto deben ser fuertes y robustas, en proporción con el tamaño del perro. Deben proveer el impulso necesario durante los movimientos.
Este constituye una de las características típicas de la raza. Durante el paso, el movimiento de tipo felino es lento y parecido al de un oso. El trote se caracteriza por un fuerte impulso de las extremidades posteriores y un buen alcance de las extremidades anteriores. Este perro galopa muy pocas veces, sus movimientos habituales son el paso y el trote. Se tolera la ambladura.
Es gruesa, abundante y floja sobre todo el cuerpo, particularmente sobre la cabeza donde presenta numerosos pliegues y arrugas, y en el borde inferior del cuello donde forma una doble papada.
Es corto, áspero, duro y bien unido. Su longitud es la misma en todo el cuerpo; es liso y uniforme, fino y mide un máximo de 1,5 cm. No debe presentar nunca flequillo.
Se prefieren los colores gris, gris plomizo y negro, aunque también pardo, rojizo y rojizo subido, que algunas veces presentan pequeñas manchas blancas en el antepecho y en la punta de los dedos. Todos los colores pueden ser atigrados. Se aceptan los tonos avellana, gris suave e isabela.
Se acepta una tolerancia de 2 cm de más o de menos.
Cualquier desviación de los criterios ante mencionados debe considerarse como falta y la gravedad de ésta se considera en proporción al grado de la desviación del estándar.
Cualquier perro mostrando claras señales de anormalidades físicas o de comportamiento debe ser descalificado.
Nota: Los machos deberán tener dos testículos de apariencia normal completamente descendidos en el escroto.
El Mastín Napolitano es un perro fiel, pacífico y estable, no agresivo ni propenso a morder sin una buena razón. Gran guardián de la propiedad y de sus habitantes, es inteligente, vigilante, noble y majestuoso. No es infrecuente que sea obstinado, testarudo, independiente, voluntarioso y, a veces, tímido; sin embargo, los perros tímidos no deben destinarse a la reproducción. Cauteloso con los extraños y compañero amoroso para con su propia familia, el Napolitano necesita sociabilización, a fin de acostumbrarlo a diferentes personas, lugares y circunstancias. La mayoría de ellos prefieren ser caseros y no les gustan los cambios. La relación social con la gente es una necesidad, por lo que debe ser llevado fuera de sus predios y tocado y acariciado por tantas personas como sea posible cuando aún es un cachorro. Cuando la interacción resulte positiva, hay que llenarlo de elogios. La mayoría de los propietarios temen que altos niveles de sociabilización disminuyan su instinto como perro de guarda, pero nada está más lejos de la verdad. Este rasgo ha sido fijado en la raza durante siglos y no se modifica tan fácilmente. No obstante, es un imperativo que el dueño de un Napolitano nunca olvide los instintos naturales, fuertes y primitivos de su perro. Para poder criar a un buen ejemplar canino, el amo tiene siempre que estar alerta acerca de los pensamientos y de la conducta de su perro y sumar a esto una disciplina coherente y responsable, sin olvidar que sus reacciones son imprevisibles.
Debido al amor que siente el Napolitano por su casa y su familia, no será dado a vagabundear. Para él, su amo lo es todo y prefiere estar con él que hacer cualquier otra cosa. Es un perro que prefiere la compañía de su amo que la de otro perro o animal. Su Mastín Napolitano le seguirá a usted de habitación en habitación para tumbarse a sus pies y esperar su próximo movimiento. Para él, su amo es su mundo. Dicho esto, no nos sorprenderá que sea leal hasta el exceso. Unas pocas palabras agradables y unas cuantas palmadas cariñosas harán que usted se gane su amor para toda la vida.
Por naturaleza, los Napolitanos son perros dominantes y se les debe tratar teniendo esto presente. Es importante recordar que cada miembro de la familia, incluyendo los niños, tiene que exceder en rango al Napolitano en su posición como miembro del grupo. Por favor, tenga presente que éste es un perro para adultos, que no está diseñado para servir de entretenimiento a los chicos. Si lo que usted está buscando es un perro para los niños, que sea como su niñera y que retoce con ellos, entonces adquiera un perro de otra raza. Como regla general, ningún perro, grande o pequeño, debe ser dejado en compañía de niños sin la debida supervisión. Esto no supone sino un accidente potencial; si usted no es capaz de supervisar a su perro cuando se encuentra con los niños, entonces, por favor, sepárelo de ellos. Cualquier actividad, incluyendo el juego, entre un Napolitano y los niños, debe efectuarse en presencia de, por lo menos, una persona adulta. La mayoría de Napolitanos aman a sus hijos humanos y no los dañarían a propósito, pero, debido a su gran tamaño, pueden derribar a un niño pequeño y, quedar sobre él. El Napolitano merece y demanda respeto, tanto de los adultos como de los niños.
Generalmente, los Napolitanos son tolerantes con otros animales, pero no es recomendable que comparta la casa con otro perro dominante. Si se aloja juntos a dos Napolitanos del mismo sexo, puede que sea necesario separarlos cuando uno pretenda dominar al otro. Al poner juntos una hembra y un macho, es ella generalmente quien toma el mando, si es que el macho admite convertirse en un subordinado. Yo he visto a machos y hembras pelear por la dominancia dentro de su grupo. Y recomiendo, a partir de mi experiencia personal, que cada perro, macho o hembra, sea separado de sus congéneres cuando se les deje solos, para prevenir luchas y heridas de sangre. Realmente no vale la pena ver a su preciado tesoro mutilado o desfigurado, cuando a lo que usted aspira es al «Reino de la Paz».
Debido a su amor por la caza, el Napolitano perseguirá con frecuencia a corredores y ciclistas, aunque también se le conoce por su afición a cazar gatos y otros animales de movimiento rápido, como los conejos. Ésta es la razón por la cual es importante que sea adiestrado en obediencia y que su energía sea debidamente canalizada. A todos los perros hay que enseñarles lo que es una conducta aceptable; de modo que para el Napolitano, el adiestramiento en obediencia es una necesidad. La clave es la constancia. Con un perro de esta talla, es imperativo que el dueño tenga el mando en todo momento. Es una obligación que tiene para consigo mismo, para con su perro y para con las otras personas.
Los Napolitanos adoran mascar, así que, para aliviar este problema, es necesario proveerlos de varios tipos de huesos que no sean peligrosos, y de juguetes adecuados. Sin embargo, hasta que no sea posible dejar al perro solo en casa, es recomendable poner en práctica el adiestramiento con jaula.
Debe decirse que el Napolitano es el más sucio de todos los comedores. Sus belfos abundantes y sus enormes labios desparraman la comida por doquier, además de retener bocados escondidos mucho después de haber vaciado su plato. También necesitan cantidades significativas de agua y de comida y, con tanto comer y beber, viene el babeo. Todos los Napolitanos babean en alguna medida. Esta baba es una saliva espesa y viscosa que tiene la consistencia de la clara del huevo. La mayoría no babea todo el tiempo, aunque yo he tenido algunos (recuerdo, en particular, a tres machos) cuyas bocas parecían grifos abiertos. El babeo puede ocurrir –y también ocurre– en los momentos de nerviosismo y durante la estación cálida del año.
Otro agradable hábito del Napolitano –y que es común a todos los mastines– es el ronquido. Un Napolitano en sueño profundo, acostado apaciblemente en el primer piso de la casa, puede ser escuchado en la planta ¡a través de las tablas del techo! Esto, desde luego, no resulta ventajoso para los dueños que tienen el sueño ligero.
El Napolitano no es un perro para cualquier persona. Sobre todo, no es el perro para un dueño novel, y todo aquel que proyecte adquirir un Napolitano debe tener cierta experiencia con perros dominantes. No es el tipo de perro del cual se puede esperar que pase su vida entera aislado en un patio, con agua y comida, pero sin ninguna otra atención o sociabilización. Los Napolitanos necesitan atención, disciplina y compañía humana. Éste es un perro grande, vocinglero y desordenado, así que, para ser justos con él, por favor, estudie la raza cuidadosamente.
No se puede enfatizar lo suficiente la importancia de socializar a un cachorro de Mastín Napolitano desde una edad temprana, lo cual debe incluir la introducción a tantas nuevas situaciones, personas, animales y otros perros como sea posible una vez que hayan sido completamente vacunados, para que crezcan siendo perros maduros, obedientes y equilibrados. Los mastines son altamente inteligentes y aprenden cosas nuevas extremadamente rápido, tanto lo bueno como lo malo.
Sin embargo, estos perros grandes e impresionantes a menudo se toman su tiempo para responder a un comando, lo cual debe tenerse en cuenta al entrenarlos. Por lo tanto, la paciencia y la comprensión son de la máxima importancia cuando comienza su entrenamiento de manera seria. Con esto en mente, su entrenamiento debe ser consistente y siempre justo. Al igual que muchos otros perros, el Mastín es bastante sensible por naturaleza y, como tal, no responde bien a ningún tipo de corrección dura o métodos de entrenamiento bruscos. Responden bien al refuerzo positivo, especialmente cuando se les dan órdenes de manera firme pero suave desde el principio.
Como todos los cachorros, el Mastín es muy lindo con sus caras arrugadas, pero crecen rápidamente y se convierten en perros grandes e impresionantes. Por lo tanto, los dueños deben comenzar como quieren continuar estableciendo reglas y enseñando a un cachorro qué comportamiento es aceptable y qué no lo es. Los primeros comandos que se deben enseñar a un cachorro de Mastín son los siguientes:
El mastín napolitano no es la mejor elección para personas con familias muy jóvenes, ya que su tamaño imponente podría ser un problema cuando están cerca de niños pequeños. Sin embargo, estos perros más grandes que la vida misma parecen tener afinidad con niños mayores y les encanta estar cerca de ellos, aunque cualquier interacción entre niños muy pequeños y perros siempre debe estar bien supervisada por un adulto. También es crucial que los padres enseñen a los niños pequeños cómo comportarse alrededor de los perros y cuándo mantenerse alejados de ellos, especialmente cuando hay comida alrededor o durante el tiempo de juego.
Se sabe que los mastines machos pueden ser agresivos con otros perros machos, pero las hembras tienden a llevarse bien con todos los perros, especialmente si han sido bien socializadas desde una edad temprana. Sería un error confiar en un mastín alrededor de animales y mascotas más pequeñas, lo que en resumen significa que se debe evitar cualquier contacto entre ellos, y esto incluye a los gatos. Dicho esto, si un mastín ha crecido con un gato en casa, generalmente se llevan bien, pero no dudarían en perseguir al gato del vecino si se atreviera a aventurarse en el jardín.
Uno de los rasgos particulares del Napolitano es su piel suelta y llena de arrugas. A pesar de lo que pueda sugerirnos su apariencia, este perro no sufre, generalmente, problemas cutáneos. Si se le mantiene limpio y libre de parásitos, no debe presentar problemas.
La demodecosis (sarna demodética) se presenta, por lo general, en ciertas líneas y está claro que los perros que posean sistemas inmunológicos débiles y que desarrollen esta enfermedad, deberán ser castrados o esterilizados y no utilizados para la reproducción. Los ácaros, que habitan en todos los perros, se multiplican de tal manera que provocan la caída del pelo, la formación de pústulas y el comienzo de la infección. Esto se observa, por lo común, en los cachorros, pero se ha visto también en hembras durante el periodo del estro y en algunos machos a la hora de alcanzar la pubertad. Su veterinario le puede recomendar la solución tópica apropiada y/o los antibióticos orales adecuados para esta irritación.
Tanto emocional como económicamente, el ácaro llamado Demodex hace estragos en el dueño y en el perro, pero una vez que el tratamiento ha terminado, todo vuelve a la normalidad. Sea consciente de que este problema es hereditario y de que cruzar animales que hayan sido propensosal Demodex y cuyos sistemas inmunológicos sean pobres, podría –y de hecho, es así– añadir padecimientos a la población canina, por desórdenes en la piel.
El ojo de cereza es un problema que se presenta en el Napolitano, pero no es exclusivo de esta raza. Es simplemente un prolapso de la glándula del tercer párpado. El tejido conectivo suelto del Napolitano contribuye a esta afección. Dicha glándula, cuando está inflamada y enrojecida, puede ser eliminada bajo anestesia. Algunos veterinarios abogan por coser de nuevo la glándula bajo el tercer párpado, pero este procedimiento nunca ha tenido éxito en el Napolitano. Contrariamente al sentir popular, la extirpación de la glándula, si se hace correctamente, no produce el «ojo seco» o recurrencia. El tercer párpado debe ser dejado intacto.
Las displasias de cadera y de codo también se dan en el Mastín Napolitano. Complejas por naturaleza, estas dos afecciones son frecuentes en razas grandes y pequeñas. El Napolitano tiene articulaciones y tejido conectivo sueltos, pero una cosa es la laxitud de las articulaciones y otra muy distinta la displasia de cadera. Actualmente hay muchas recetas y medicamentos para aliviar los síntomas de esta anomalía. También hay varios procedimientos quirúrgicos para corregirla, pero todas las opciones deben ser discutidas con su veterinario sobre una base casuística. Resulta más que suficiente decir que únicamente los ejemplares hermosos y correctos deben ser utilizados para la reproducción.
Cuando el perro sufre un trauma en la rodilla, ocurre la «lesión del futbolista», que es la ruptura del ligamento cruciforme anterior. Esto puede suceder durante una carrera o al hacer un giro inadecuado con las patas traseras, así es cómo se produce la ruptura del ligamento que sostiene la rodilla. Se debe buscar un cirujano ortopédico competente para hacer esta operación. Después, lo que se recomienda es reposo y no subir escaleras.
La panosteítis (o cojera errante) aparece generalmente en cachorros que tienen entre 4 y 18 meses de edad y, con frecuencia, se alivia cuando el perro alcanza la edad de dos años. Los síntomas son cojera, dolor que alterna entre una pata y otra, así como dificultad a la hora de saltar o de levantarse. El tratamiento recomendado es reposo, junto con algunos medicamentos antiinflamatorios.
El entropión (párpado vuelto hacia dentro) y el ectropión (párpado vuelto hacia fuera) aparecen en algunos ejemplares. Estos problemas también pueden ser corregidos quirúrgicamente, si no están demasiado avanzados, en el caso de los cachorros.
El Napolitano tolera mejor el clima frío que el cálido. Por eso, es muy fácil que sufra golpes de calor e insolaciones. El agua y la sombra son imprescindibles para los perros que permanecen fuera de la casa. Dejarlos dentro ayudará a mantenerlos frescos durante el cálido verano. Muchos Napolitanos han muerto porque sus dueños no les proporcionaron las condiciones apropiadas para su supervivencia bajo temperaturas cálidas y húmedas. A pesar de ser un perro de pelo corto, el Napolitano puede tolerar con facilidad el frío durante la temporada invernal, siempre y cuando tenga donde guarecerse. Su lecho puede –y debe– tener paja, puesto que le da calor, es cómoda y no se destruye fácilmente.
Otro punto a considerar en el Mastín Napolitano es su poca tolerancia a la anestesia y a los tranquilizantes. Muchos ejemplares han muerto en la mesa de operaciones debido a una sobredosis de anestesia. El veterinario debe ser advertido acerca de esto, antes de acudir a la cirugía. Los tranquilizantes deben suministrarse, igualmente, con mucho cuidado. Siempre habrá tiempo para incrementar la dosis, pero una vez que el medicamento haya sido ingerido será difícil y casi imposible revertir la situación.
No son éstos los únicos problemas de salud que pueden afectar al Mastín Napolitano. Tenemos además, entre otras, las afecciones producidas por parásitos, tanto internos como externos.
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Como con cualquier otra raza, los Mastinos necesitan ser acicalados regularmente para asegurarse de que su pelaje y piel se mantengan en óptimas condiciones. También necesitan recibir ejercicio diario regular para asegurarse de que permanezcan en forma y saludables. Además, es necesario alimentar a los perros con comida de buena calidad que satisfaga todas sus necesidades nutricionales a lo largo de sus vidas.
Los cachorros de Mastino son bulliciosos y llenos de vida, lo que significa que es esencial preparar los hogares y jardines para su llegada con anticipación. Un criador responsable habría socializado bien a sus cachorros, lo que siempre conduce a perros más extrovertidos, seguros de sí mismos y amigables desde el principio. Dicho esto, cualquier cachorro se sentirá vulnerable al dejar a su madre y hermanos, lo cual debe tenerse en cuenta. Cuanto más tiempo pueda un cachorro permanecer con su madre, mejor, aunque nunca debería ser demasiado tiempo.
Es mejor recoger a un cachorro cuando haya personas alrededor durante la primera semana o así, que es el tiempo necesario para que un cachorro se adapte. Asegurar el hogar y el jardín para el cachorro implica guardar cualquier herramienta u otro implemento que un cachorro bullicioso podría usar para lastimarse. Los cables eléctricos deben colocarse fuera de su alcance, ya que a los cachorros les encanta mordisquear cosas. Las plantas tóxicas también deben eliminarse de los parterres y del hogar.
Los cachorros necesitan dormir mucho para crecer y desarrollarse correctamente, lo que significa establecer un área tranquila que no esté demasiado apartada para que puedan retirarse cuando quieran dormir, y es importante no molestarlos cuando están durmiendo. También es buena idea mantener el "tiempo de juego" agradable y tranquilo dentro de la casa y tener un "tiempo de juego" más activo afuera en el jardín, lo que permite que los cachorros aprendan rápidamente a ser menos bulliciosos cuando están adentro.
La documentación que un criador proporciona para un cachorro debe incluir todos los detalles de su fecha de desparasitación y el producto utilizado, así como la información relacionada con su microchip. Es esencial desparasitar a los cachorros siguiendo un horario que es el siguiente:
Hay ciertos elementos que los nuevos propietarios deben tener en casa antes de traer a casa a un nuevo cachorro. A menudo, es una buena idea restringir la cantidad de espacio en el que juega un cachorro, especialmente cuando no puedes vigilar lo que hacen, teniendo en cuenta que los cachorros suelen ser bastante bulliciosos. Esto significa invertir en barreras para cachorros o un corral lo suficientemente grande que permita al cachorro expresarse mientras lo mantiene seguro. Los elementos necesarios son, por lo tanto:
Todos los cachorros son sensibles al ruido, incluidos los cachorros de Mastino. Es importante mantener bajos los niveles de ruido cuando llega un nuevo cachorro a casa. No se deben reproducir la televisión y la música demasiado fuerte, lo que podría estresar a un cachorro pequeño.
Como se mencionó anteriormente, los cachorros de Mastino habrían recibido sus primeras vacunas de los criadores, pero deben recibir sus vacunas de seguimiento, y es responsabilidad de los nuevos propietarios organizarlas. El cronograma de vacunación para los cachorros es el siguiente:
En cuanto a los refuerzos, es mejor discutirlos con un veterinario, ya que hay mucho debate sobre si un perro realmente los necesita después de cierto tiempo. Sin embargo, si un perro alguna vez tuviera que ir a una perrera, sus vacunas deberían estar actualizadas.
Los Neapolitan Mastiffs mayores necesitan mucha atención especial porque a medida que alcanzan sus años dorados, están más en riesgo de desarrollar ciertos problemas de salud. Físicamente, el hocico de un perro puede comenzar a volverse gris, pero también habrá otros cambios notables, que incluyen lo siguiente:
Los perros mayores también cambian mentalmente, lo que significa que su tiempo de respuesta tiende a ser más lento. Como tal, desarrollan los siguientes cambios:
Vivir con un Mastino en sus años dorados significa asumir algunas responsabilidades adicionales, pero estas se manejan fácilmente y deben incluir una revisión de su dieta, la cantidad de ejercicio que reciben, con qué frecuencia se cambian sus camas y monitorear la condición de sus dientes.
Los Neapolitan Mastiffs mayores deben ser alimentados con una dieta de buena calidad que satisfaga sus necesidades en esta etapa de sus vidas, al mismo tiempo que se vigila de cerca el peso del perro. Una guía de alimentación aproximada para los perros mayores es la siguiente, teniendo en cuenta que deben ser alimentados con alimentos altamente digestibles que no contengan aditivos:
Los Mastinos mayores no necesitan recibir la misma cantidad de ejercicio diario que un perro más joven, pero aún así necesitan la cantidad adecuada de actividad física para mantener la musculatura y prevenir el aumento de peso. Todos los perros necesitan acceso a agua fresca y limpia, y esto es especialmente cierto en el caso de los perros mayores cuando llegan a sus años dorados, ya que están más en riesgo de desarrollar trastornos renales.
Aunque el Mastino es grande e impresionante, no requiere un mantenimiento elevado en cuanto al cuidado del pelaje gracias a su pelaje corto y pegado al cuerpo. Dicho esto, los pliegues y arrugas alrededor de su rostro y en otras partes de su cuerpo deben ser revisados y limpiados regularmente cuando sea necesario. También es esencial secar los pliegues después de lavarlos, ya que si se quedan húmedos, proporcionan el entorno perfecto para que las bacterias se desarrollen, lo que podría llevar a una infección.
Mudan durante todo el año, aunque, al igual que otras razas, el Mastino tiende a mudar más durante la primavera y luego nuevamente en otoño, cuando sería necesario un cuidado más frecuente para mantener todo en orden. De lo contrario, un cepillado semanal y un repaso con un paño de cuero de ante mantendrían el pelaje de un Mastino con un aspecto brillante y en buenas condiciones.
También es importante revisar regularmente las orejas de un perro y limpiarlas cuando sea necesario. Si se acumula demasiada cera en las orejas de un perro, puede provocar una infección dolorosa que puede ser difícil de eliminar. En resumen, a menudo es más fácil prevenir que curar cuando se trata de infecciones en los oídos.
Los Mastines necesitan recibir la cantidad adecuada de ejercicio diario, lo ideal sería un mínimo de 60 a 80 minutos al día. Sienten el calor, por lo que es esencial sacarlos a pasear temprano por la mañana y luego nuevamente por la tarde durante los meses más calurosos del verano.
Un paseo más corto por la mañana está bien, pero uno más largo e interesante por la tarde es imprescindible. A estos perros también les gusta poder deambular por un jardín trasero con la mayor frecuencia posible para liberar realmente su energía. Sin embargo, la valla debe ser extremadamente segura para mantener a estos perros grandes, porque si encuentran una debilidad en la valla, pronto escaparán y se meterán en todo tipo de problemas.
Dicho esto, a los cachorros de Mastín Napolitano no se les debe dar demasiado ejercicio, ya que sus articulaciones y huesos aún están en crecimiento y demasiada presión sobre ellos podría causarles problemas más adelante en sus vidas. No se les debe permitir saltar hacia arriba o hacia abajo de los muebles, ni se les debe permitir correr arriba y abajo de las escaleras, ya que esto ejerce demasiada presión sobre sus articulaciones y extremidades que aún están en crecimiento. El ejercicio no debe ser demasiado vigoroso hasta que el perro tenga alrededor de 2 años, que es cuando generalmente han dejado de crecer.
Si obtienes un cachorro de Mastín Napolitano de un criador, te proporcionarán un horario de alimentación y es importante ceñirse a la misma rutina, alimentando al cachorro con el mismo alimento para evitar cualquier malestar estomacal. Puedes cambiar la dieta de un cachorro, pero esto debe hacerse de manera muy gradual, asegurándote siempre de que no desarrollen malestares digestivos. En caso de que lo hagan, es mejor volver a su dieta original y discutir las cosas con el veterinario antes de intentar cambiarla nuevamente.
Los perros mayores no suelen ser quisquillosos o difíciles de contentar con la comida, pero esto no significa que puedas alimentarlos con una dieta de menor calidad. Es mejor alimentar a un perro adulto dos veces al día, una vez por la mañana y luego nuevamente por la noche, asegurándote de que sea un alimento de buena calidad que cumpla con todos sus requerimientos nutricionales. Estos perros deben recibir una dieta que contenga aproximadamente un 24% de proteínas. También es importante que los perros reciban la cantidad adecuada de ejercicio para quemar cualquier exceso de calorías, o podrían aumentar demasiado de peso, lo que puede llevar a diversos problemas de salud. La obesidad puede acortar la vida de un perro por varios años, por lo que es importante vigilar su figura desde el principio.
Debido a que los Mastinos son propensos a sufrir de torsión gástrica, es importante alimentarlos dos veces al día en lugar de darles una sola comida más grande al día. También es una buena idea invertir en un soporte para colocar su tazón de comida, lo que facilita que estos perros grandes coman cómodamente sin tener que estirar mucho el cuello para alcanzar su comida. Además, el Mastín Napolitano nunca debe ser alimentado justo antes o justo después de hacer ejercicio, ya que esto los pone en mayor riesgo de sufrir torsión gástrica. También vale la pena señalar que los Mastinos babean mucho, especialmente cuando comen, y muchos dueños eligen alimentar a sus perros afuera por esta razón.
Los cachorros necesitan ser alimentados con una dieta de alta calidad y altamente nutritiva para que se desarrollen y crezcan como deberían. Como guía aproximada, un cachorro de Mastín Napolitano puede ser alimentado con las siguientes cantidades todos los días, asegurándote de que sus comidas estén distribuidas uniformemente a lo largo del día y es mejor alimentarlos 3 o 4 veces al día:
Una vez que un cachorro tiene 24 meses de edad, puede ser alimentado con comida para perros adultos.
Una vez completamente maduro, un Mastín Napolitano adulto debe ser alimentado con una dieta de buena calidad para garantizar su continuo buen estado de salud. Como guía aproximada, un Mastín Napolitano adulto puede ser alimentado con las siguientes cantidades todos los días:
Si estás buscando comprar un Mastín Napolitano, necesitarías pagar desde 500 euro hasta más de 2000 euro por un cachorro con un pedigrí bien criado.
Buscar un cachorro por Internet conlleva riesgos. Para tener clara la profesionalidad del criadero con quien contactéis, os recomendamos que...