El Pomerania, también llamado Zwergspitz o Spitz Enano, es pequeño debido a la crianza selectiva, pero conserva la robustez y el pelaje típicos de los perros de climas fríos.
El Pomerania pertenece a la familia de los Spitz, los perros de compañía más antiguos que existen. Descendientes de un perro del neolítico, fueron los primeros que vivieron con los hombres en los poblados lacustres de la Europa prehistórica. Este tipo de perros estaban destinados a guardar, cazar, arrastrar trineos y a hacer compañía a los nómadas. Los Spitz se difundieron por Europa y en cada región la raza evolucionó de manera diferente debido a los cruces. El Pomerania es el más pequeño de las cinco variedades de Spitz alemanas.
El Pomerania tiene un carácter curioso, dócil, valeroso y atrevido. Es un perro seguro de sí mismo que se muestra distante con los extraños pero tierno y tranquilo con sus dueños. Es muy juguetón y le gusta correr. Posee una gran inteligencia y necesita que se le estimule intelectualmente.
El Pomerania es un perro cuadrado y bien proporcionado. Tiene una cabeza parecida a la del zorro, los ojos almendrados y unas orejas triangulares erguidas. Su hocico es fino pero no puntiagudo. Lleva la cola implantada alta y enroscada de lado por encima de la espalda. Tiene el pelo corto y apretado en la cara, la parte delantera de las patas, las orejas y los pies. En el resto del cuerpo es largo y abundante. Puede ser de color negro, marrón, blanco, naranja, gris lobo y de otros colores.
A pesar de ser un perro peludo, el Pomerania no requiere un cuidado de pelo excesivo, basta con cepillarlo dos o tres veces por semana.
Le encanta caminar y para mantenerlo contento es necesario sacarlo a pasear a diario.
Es recomendable controlar sus ladridos desde temprana edad.
El Pomerania es un perro de salud fuerte y pocas veces cae enfermo. A pesar de ello, puede sufrir los problemas comunes que afectan a las razas tan pequeñas como luxación de rótula, cráneo abierto, bajo nivel de azúcar en sangre y criptorquidismo.
El Pomerania es, sin duda, una raza con un gran atractivo para aquellos que quieren un perro pequeño, compacto y elegante con un talante alegre y vital, una gran personalidad y una enorme energía. La inteligencia y la increíble energía de esta raza compensan su diminuto tamaño y, por supuesto, la densa doble capa de esta raza, que podemos ver en diversos colores, es el rasgo más glorioso del Pomerania.
Se dice que el Pomerania es un perro hecho para ser malcriado y que tanto él como su propietario son más felices cuando sucede así. Dicho esto, se debería tener cuidado con la forma en la que uno malcría a su Pomerania.
El Pomerania actual es un perro pequeño y, contrariamente a las razas de mayor tamaño, los machos suelen ser menores que las hembras, su perro debe ser proporcionado con su talla, dice el estándar. El Pomerania es un perro pequeño, robusto y compacto que se mueve ágilmente y que tiene un encanto con un cierto orgullo y majestuosidad que nos hace pensar que tiene una gran corazón dentro de ese pequeño cuerpo.
La hermosa cabeza «de zorro» del Pomerania y sus encantadoras expresiones son resaltadas por sus orejas pequeñas y tiesas. La cola, con su abundante pelaje, es portada por encima del dorso, llegando hasta la cabeza y ayudando a crear la impresión de un círculo.
Los colores del Pomerania son muchos y variados, y la gama entre la que podemos escoger es enorme: va desde el negro, marrón, blanco, naranja, gris lobo y otros colores. El color del pigmento de la trufa es negro, salvo en los ejemplares de capa marrón que tendrá un color marrón-oscuro.
El abundante pelaje es de doble capa. La subcapa es suave y lanosa y la capa externa es lisa, de textura áspera y sin pegarse al cuerpo. El pelaje del cuello, del tórax y de la parte anterior de los hombros es abundante y forma una gorguera. Hay unos buenos flecos en las extremidades anteriores y en las posteriores, y la cola está cubierta por un pelaje abundante. Esto significa que debemos cuidar este pelaje, aunque el acicalado puede suponer todo un placer tanto para el perro como para el propietario.
El Pomerania es un perro con una gran energía, extravertido, lleno de vida, inteligente: un miembro encantador para una familia. No debe olvidarse que pertenece a la familia de los Spitz y que por ello es un perro muy leal y protector con sus propietarios. De todas formas, el Pomerania puede ser bastante reservado con los desconocidos y tiende tendencia a ladrarles.
Se trata de una raza alerta y curiosa que siempre se mantiene ocupada, aunque también es valiente y testaruda. El Pomerania, que es una de las razas más independientes del grupo de perros miniatura, suele tener un temperamento un poco arisco, pero su talante afectuos o es muy atrayente. Aunque es muy pequeña, esta raza tiene un ladrido muy sonoro y es un buen perro de vigilancia.
Es necesario que el Pomerania sepa exactamente quién es el jefe, y se debe ser amable y firme durante su adiestramiento. De otra forma, podría volverse demasiado exigente si vamos dejando que se salga con la suya.
Aunque el Pomerania es lo suficientemente pequeño para vivir en un piso o en una casa de tamaño limitado y sea un perro que, en gran medida, jugará por su cuenta, los propietarios deberían proporcionarle ejercicios de forma regular. Esta raza puede ser un compañero especialmente fiel para la gente anciana y aportar muchos años de alegría y compañerismo.
Como el Pomerania aprende rápidamente y es inteligente, la raza parece siempre dispuesta a aprender. El adiestramiento para la obediencia parece satisfacer mucho a sus ejemplares y es más que probable que disfruten aprendiendo algunas cosas graciosas.
Aunque el Pomerania es una raza bastante pequeña comparada con la mayoría, algunos ejemplares participan en el mini-agility y parece ser que con éxito.
Como los Pomerania son tan pequeños, esta raza no suele recomendarse a familias con niños pequeños. El peligro reside en que los niños traten al Pomerania como si se tratase de un juguete y puede que, involuntariamente, le hagan daño. De todas formas, existen excepciones a toda regla y en gran parte depende del control y de la actitud de los padres, además de la sensibilidad y la inteligencia de los niños.
Si un Pomerania es llevado con una familia que tiene niños pequeños y activos, es esencial que los padres los hayan educado para que traten a los perros con delicadeza y no sean algo salvajes o agresivos. También debe comprenderse que siempre se debería vigilar a los niños cuando se encuentren en compañía de otros perros, para que no se produzcan desgracias.
Cuando acercamos a un animal a otro, siempre es esencial vigilar con atención. Muchos Pomerania están bastante preparados para relacionarse con otros animales con los que compartan el hogar, pero en gran parte depende de la personalidad del otro animal. Puede que un perro o un gato mayores no acepten al nuevo inquilino de inmediato, aunque otros sí los aceptarán al instante. Cuando un Pomerania encuentra a otro amigo canino o felino, la relación suele ser duradera y sincera.
El Pomerania puede mostrar agresividad hacia otros animales si no los conoce, y suele mostrar una gran predisposición a perseguir gatos desconocidos. El Pomerania rara vez siente miedo hacia otros perros, sin importar lo grandes que sean, así que se debe estar atento para que a un perro tan pequeño no le suceda nada cuando muestre su valentía.
A pesar de su pequeño tamaño, el Pomerania suele ser un perro sano, pero, al igual que sucede con muchas otras razas, existen ciertos problemas médicos. En pos de lo mejor para esta raza, será bueno que los nuevos propietarios sepan a qué deben prestar atención. Si son conscientes de los problemas que pueden darse, estarán mejor preparados para tratarlos de la mejor manera. Algunos problemas son de origen genético, transmitidos de forma hereditaria, mientras que otros no se transmiten de esta forma.
Se sabe que los Pomerania padecen problemas con sus rodillas, lo que se conoce con el nombre de luxación patelar, un problema bastante común entre las razas miniatura. Muchos perros que padecen una luxación patelar viven con el problema sin experimentar dolor (debido en parte a su poco peso). De todas formas, a veces se tiene que recurrir a la cirugía en los casos graves. Es bueno educar al Pomerania para que no lleve a cabo grandes saltos, especialmente desde lugares altos, ya que esto puede dañarles las rodillas. También deberían restringirse (o, como mínimo, vigilar) que el perro suba y baje por escaleras. Otro factor importante es que no debe tener sobrepeso, ya que esto puede exacerbar el problema.
En ocasiones los Pomerania pueden padecer problemas con sus discos intervertebrales, que pueden resultar muy dolorosos. La mayoría de los veterinarios tratan estos problemas con esteroides y restringiendo la actividad, encerrando al perro en una jaula durante un par de semanas. Los problemas discales deberían ser siempre tratados de forma seria y es esencial la atención veterinaria desde el primer momento. El Pomerania es una raza resistente y algunos ejemplares se curan lo suficientemente bien como para seguir disfrutando de una vida activa cuando están totalmente restablecidos.
Los Pomerania pueden, con frecuencia, padecer infecciones oculares, en parte porque sus ojos están más expuestos a la suciedad, al polvo y a las heridas que los ojos de muchas otras razas. Asegúrese de vigilar cuidadosamente el estado de limpieza y el estado de los ojos de su Pomerania y, al primer síntoma de una herida, especialmente si el ojo comienza a volverse de color azul, acuda al veterinario. El diagnóstico y el tratamiento precoz pueden salvar la vista del perro. Otro problema con esta raza puede ser el lagrimeo excesivo, lo que también se conoce con el nombre de epifora.
Al igual que sucede con muchas otras de las razas de pequeño tamaño, algunos Pomerania pierden los dientes a una edad relativamente temprana. Así pues, es importante prestar una especial atención al cuidado de los dientes y de las encías para que así se mantengan tan sanos como sea posible previniendo de esta forma las caries, la infección y la resultante pérdida de piezas dentarias.
La infección de las encías puede no detenerse ahí. Las bacterias que provocan esta infección invaden el torrente sanguíneo, lo que puede dar como resultado problemas hepáticos, renales, cardiacos y articulares. Esto es razón suficiente para darse cuenta de que los cuidados dentales son de gran importancia a lo largo de la vida del perro.
Muchos recomiendan dar al perro un alimento seco para ayudar a mantener sus dientes limpios y en buen estado, aunque, por supuesto, el cepillado regular y cuidadoso con un dentífrico para perros es de una gran ayuda.
Otro problema dental que puede darse en esta raza son los dientes de leche retenidos, lo que significa que puede que los dientes de leche del cachorro no se desprendan solos. Si todavía permanecen en la boca cuando los dientes de adulto han comenzado a aparecer, conviene llevar a su perro al veterinario para extraerlos. Si permanecen en el mismo lugar cuando los nuevos dientes ya han salido, harán que los dientes de adulto queden desalineados.
Una fontanela abierta o no soldada supone un agujero en el cráneo, y este problema puede hallarse en ocasiones en los Pomerania pequeños. Si existen partes del cráneo blandas, pueden ocurrir problemas graves, pero si no es así no hay razón para preocuparse. Obviamente, hay un peligro si el perro se golpea el cráneo en esta parte blanda, pero las capas que cubren el cerebro son resistentes y hay una almohada líquida que le protege de pequeños golpes.
La mayoría de las fontanelas abiertas se han cerrado para cuando el Pomerania ha cumplido un año, pero a veces la central no se cierra por completo. Incluso en el último caso, los animales afectados pueden vivir muchos años.
En el Pomerania, las dificultades respiratorias pueden estar provocadas por un colapso traqueal. Muchos ejemplares son propensos al «ahogo». Si el problema se agudiza se debería monitorizar al perro por si el problema fuera grave, en cuyo caso puede resultar necesaria la cirugía. De todas formas, algunos veterinarios intentan tratar el problema sin tener que pasar por el quirófano y, en lugar de ello, estudian en detalle las condiciones de vida en casa.
Algunos Pomerania pueden sufrir si se encuentran en ambientes en los que hay humo o polvo, debido a sus estrechas gargantas. Mantenerles alejados de tales entornos puede ser de gran ayuda. Los ataques pueden venir también como consecuencia de una excitación excesiva. A veces, cuando sufren un ataque de tos, deberían ser cogidos con suavidad y darles unas palmaditas para que se tranquilicen.
A veces, el Pomerania, al igual que muchas otras razas, padece problemas cardiacos. Así pues, conviene pedir al veterinario que examine el corazón siempre que se acuda a la clínica veterinaria para las vacunaciones o cualquier otro tipo de consulta rutinaria.
Los cálculos renales no son algo raro en los Pomerania aunque, por supuesto, pueden aparecer en muchas razas caninas y en cualquiera de los dos sexos. De todas formas, y debido a que la uretra del macho es más larga y estrecha, las obstrucciones son más frecuentes en este sexo. Los síntomas de los cálculos renales son la micción frecuente, la hematuria, el goteo de orina, los esfuerzos por orinar, la depresión, los vómitos y el dolor, así que se debería buscar ayuda veterinaria de inmediato.
Aunque los cálculos renales pueden aparecer en perros de incluso menos de dos meses, suelen darse en los adultos de entre dos y diez años.
Los cachorros de Pomerania recién nacidos son excepcionalmente pequeños y pueden ser tenidos en la palma de la mano. Como son tan pequeños y delicados, es importante que sean tratados con sumo cuidado.
Aunque las hembras suelen ser de mayor tamaño que los machos, puede que las hembras pequeñas tengan que parir mediante una cesárea. Debería discutir esta posibilidad antes de llevar a cabo una monta.
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Aunque hoy es bien conocida por ser una de las razas más pequeñas del grupo de perros miniatura, el Pomerania era, hace tiempo, de un tamaño bastante mayor. Aquellos que no conozcan a esta raza se verán probablemente sorprendidos por algunos antiguos cuadros en los que aparece al lado de sus elegantes propietarias, ya que parecen muy grandes en relación con los estándares actuales.
El nombre de la raza procede de su lugar de origen, Pomerania, que era un antiguo ducado del litoral Báltico que se encontraba entre el este de Alemania y el oeste de Polonia. El Pomerania descendía de perros de trabajo europeos. Estos perros también eran muy apreciados en la Roma y la Grecia clásicas, donde eran tenidos en muy alta estima, como mascotas de las señoras. En los tiempos de la Grecia clásica el Pomerania era llamado «Perro Maltés», lo que en ocasiones ha originado una cierta confusión.
El registro más antiguo del uso del nombre «Pomerania» aparece en Voyage of Discovery Around the World, escrito por George Vancouver. Escribía que el 24 de mayo de 1792 visitó una aldea india donde encontró varios perros que «se parecían a los de Pomerania, aunque eran de un tamaño algo mayor». Decía que eran rapados y que la gente tenía ropas y mantas hechas con el pelo de estos perros.
Los perros de este tipo fueron utilizados, en sus orígenes, para controlar las ovejas y los bovinos, y para recoger a los renos. Conocidos generalmente como Perros Lobo de Spitz (Wolfspitz), eran los antepasados de los Pomerania, los Schipperke, los Spitz Alemanes, los Pomerania, los Elkhound y los Keeshond actuales. Otros nombres con los que se conocía a los antepasados de esta raza eran Perro-zorro, Perro de Spitz y Loup-Loup. De hecho, uno de los animales contra el cual protegían a los rebaños era el lobo, y se dijo que este perro nunca fallaba cuando atacaba.
El Pomerania no sólo era conocido en la Europa occidental, sino que también era utilizado en los eriales de Rusia y Siberia para tirar de los trineos. El Laika Ruso, una raza conocida por su utilización en los viajes espaciales, también tiene unos antepasados similares a los del Pomerania. Se acepta, en general, que éste desciende de una de las razas de tipo Spitz del norte del Ártico. El Pomerania, al que podemos encontrar en el litoral ártico de Siberia y el gran Pomerania blanco, que se encontraba antiguamente en Gran Bretaña, tenían muchas similitudes.
Con la llegada del siglo XX, el Pomerania se transformó en un perro distinto en muchos aspectos. Ciertamente, ya no tiraba de trineos ni actuaba como pastor de ovejas. Para ir conociendo la raza, la descripción de Herbert Compton es una lectura fascinante: «Estos perros pesan, como norma, unos 2,7 kg, y nosotros de los únicos corderos de los que nos ocupamos son de aquellos que han sido cocinados y presentados en un plato. Además, el Pomerania actual, de acuerdo con los selectos círculos en los que se ha introducido, ha diseñado su propio vestuario y puede ser visto llevando trajes de muchos colores: blanco, negro, gris, leonado, rojo, azul, chocolate, marrón, color castor, cibelino (sable), naranja y los hay también particolores. Al igual que un cohete, ha ascendido y explotado, mostrando muchos colores, tonos y anchas diferentes. Ya no es un gigante ni tiene sed de la sangre de lobo, sino que es liliputiense y un amigo de los regazos. Además, ha aprendido buenas maneras y ha dejado de merecer la fama de ser un perro mordedor, poco fiable y peligroso para los niños, como era hace no demasiado tiempo. Ahora es tenido por muy afectuoso, cariñoso y bien educado. De todas formas, debe moderar sus ladridos y ser menos ruidoso para así convertirse en una mascota ideal».
Los colores del Pomerania son muchos y parece que en el pasado varios países europeos se especializaron en distintos colores. El Pomerania blanco procedía de Francia, mientras que el rojo vino de Italia. Aunque había Pomerania de color blanco y negro en el siglo XIX, éstos no eran, salvo rara vez, buenos ejemplares de la raza. Los de color crema y los rojos fueron los más apreciados en esa época. En la década de 1880, se decía que en Inglaterra se limitaba, prácticapeso era de unos 9 kg. De todas formas vemos, gracias al autor Dalziel, que había una línea de ejemplares de color leonado oscuro cerca de Birmingham alrededor de 1860.
En 1911, el primer Pomerania naranja de Gran Bretaña fue Offley Henry Drew que, tras aparearse con Ch. Mars, sentó las bases para que el naranja se volviese un color muy popular. No fue hasta los años 30 cuando se dispuso de una amplia gama de colores en Gran Bretaña, siendo el naranja un color que estuvo especialmente de moda en el siglo XX. Los ejemplares de color blanco ya sólo se ven en algunas ocasiones, y parece ser que los de color negro han experimentado un cierto resurgir en los últimos 20 años.
Los antepasados del Pomerania eran de un tamaño mayor que esta diminuta raza, que hoy día pesa sólo entre 1,8 y 2,5 kg. Algunos de los antiguos perros pesaban hasta 22,5 kg, aunque se ha criado para reducir el tamaño durante los últimos 200 años. Los perros de la reina Victoria de Inglaterra pesaban una media de 6 kg.
En el Museo Británico hay un antiguo jarrón griego de bronce del siglo II a. C. En él encontramos representado un grupo de caballos alados y a sus pies hay un pequeño perro de tipo Pomerania. En una famosa calle ateniense había una obra que mostraba a un pequeño perro de tipo Spitz saltando encima de la hija de la familia mientras aquella se despedía. Data del año 56 a.C.
El famoso artista Sir Thomas Gainsborough es uno de los que retrató en varias ocasiones a perros Pomerania. En la Wallace Collection de Londres hay un cuadro especialmente famoso de la actriz Mrs. Robinson con un gran ejemplar de color blanco sentado a su lado.
La reina Carlota, esposa alemana del rey Jorge III, se trajo un par de Pomerania a Gran Bretaña en 1767. Sus nombres eran Phoebe (o Phebe) y Mercury. Vivieron en Kew (oeste de Londres), al igual que el artista Gainsborough y por ello podemos contemplar muchos cuadros de estos perros de la realeza.
En 1870, el Kennel Club de Inglaterra reconoció de forma oficial al Pomerania como «Spitzdog». La raza fue conocida por el público británico cuando la reina Victoria se interesó por ella. A pesar de ser la nieta de la reina Carlota, parece ser que vio a esta raza por vez primera en el transcurso de un viaje por Italia en 1888. Obtuvo varios de estos perros en Florencia y entre ellos estaba Marco, con el cual obtuvo un éxito notable en la exposición canina de belleza Crufts y en otros certámenes. Marco pesaba 5,5 kg. La reina Victoria, gran aficionada a muchos tipos de perros, tenía un criadero de Pomerania, bajo el afijo Windsor. Charles Henry Lane fue invitado a inspeccionar el criadero de su majestad y, como cabría esperar, habló muy bien de él, ya que eran apreciables todos los cuidados y las consideraciones en pos del bienestar de los perros. Principalmente, describió que los perros poseían lo que él llamaba «colores no aceptables», aunque algunos eran muy hermosos. A pesar de que algunos eran grandes, la mayoría eran de un tamaño que consideró «pequeño-mediano».
Algunos de estos perros fueron presentados en las exposiciones y hay una historia bastante divertida relacionada con la época en la que su majestad quiso exhibir a tres Pomerania, que tenían un color que no era frecuente en los perros de exposición británicos en Inglaterra. Se creó una categoría especial para sus ejemplares y dos de ellos tuvieron la suerte de que les fuera otorgado un primer premio ex aequo. La reina Victoria quería tanto a esta raza que cuando estaba agonizando, su Pomerania Turi estaba siempre en su lecho. Con la ayuda, en parte, de la reina Victoria, el interés de Gran Bretaña por esta raza creció.
Mr. Gladstone fue otra importante persona que quedó cautivada por la raza y se dice que tuvo un Pomerania negro. A principios del siglo XX existía un dicho: «Los Pomerania producen dinero», ya que se vendían hasta por 250 libras esterlinas. En relación con su peso, los Pomerania eran, probablemente, la raza canina más cara que uno pudiera comprar. Dicho esto, la oferta pronto superó a la demanda y el valor de la raza cayó al poco tiempo. El Pomerania era criado a un ritmo tan rápido que no sería permitido por una sociedad canina en la actualidad.
Un artículo periodístico ofreció el ejemplo de una hembra que ya había tenido tres camadas en mayo de 1903, cuando todavía no había cumplido los dos años. En sus tres camadas había parido 24 cachorros en el lapso de 54 semanas. Pobre hembra, no queremos ni pensar en ella.
En esa época había una considerable endogamia y se observaron algunos síntomas de degeneración, como la tendencia de los ejemplares de menor tamaño a tener una cabeza en forma de manzana. Estos Pomerania de menor tamaño tenían unas cabezas que distaban de parecerse a las de un zorro (un requisito para esta raza).
Una cita de 1904 dice: «No hay ninguna especie de perro miniatura para las señoras que haya conseguido una popularidad universal en tan poco tiempo como el Pomerania». A principios del siglo XX, varias personas importantes del mundo canino expresaron su opinión a este respecto. Para Miss Hamilton, que consiguió regularmente triunfos con esta raza, el Pomerania ideal era «una criatura pequeña e inteligente llena de vida y diversión, fiel a su amo o ama, además de compartir, de la mejor forma que podría un perro, todas sus alegrías y sus tristezas». Miss Hamilton dijo que había conocido a varios que eran casi humanos en cuanto a su agudeza, y que mostraban todo su apoyo cuando sus propietarios estaban preocupados. Consideró que eran tan listos llevando a cabo trucos como los Caniches y que, aunque eran de naturaleza excitable, nunca permitían que su rabia superara a su discreción.
El Pomeranian Club redactó el primer estándar inglés para esta raza en 1891, el mismo año de la fundación de esta sociedad canina. De todas formas, los ejemplares de mayor tamaño pronto dejaron de estar de moda y durante los primeros años del siglo XX, los criadores ya estaban produciendo Pomerania muy pequeños y más parecidos a la raza que conocemos en la actualidad.
Al principio la raza era exhibida dividida en dos tallas: por encima y por debajo de 3,6 kg., aunque la de mayor tamaño no logró gran popularidad. En la exposición canina de belleza Crufts de 1894 el peso de los Pomerania se estableció de la siguiente manera: «Por encima y por debajo de 7,2 kg; por encima y por debajo de 3,2 kg. Los que pesen menos de 3,2 kg serán denominados Miniatura». Actualmente, en Gran Bretaña, el peso que se solicita en el estándar de la raza es de sólo 1,8-2 kg en el caso de los machos y de 2-2,5 kg para las hembras. De todas formas, en la mayoría de las exposiciones, la división se realizaba principalmente por el color, un sistema que persistió durante algunos años, pero cuando los criadores se dieron cuenta de que era difícil criar ejemplares pequeños de color blanco, este color perdió terreno.
Las inscripciones en los certámenes de belleza crecieron significativamente desde los primeros años de participación de esta raza. En 1890 no se exhibió ningún Pomerania, en 1891 fueron 14 y llegados a 1901 el número fue de 60. Frecuentemente había más de 50 inscripciones de Pomerania en las exposiciones de belleza caninas y, a veces, un juez popular podía conseguir inscripciones de hasta 100 ejemplares, con unas 25 inscripciones en cada categoría. En 1905 se inscribieron 105 Pomerania en un certamen canino de belleza, lo que confirmaba su rápido crecimiento en popularidad.
En 1911, el Kennel Club de Inglaterra intentó poner fin al corte de pelo en todas las razas, argumentando que todos los perros debían ser presentados con su pelaje natural. Como el Pomerania es una raza a la que se le corta el pelo, la capa tiene un aspecto descuidado cuando las orejas quedan cubiertas por un pelaje largo. Esto provocó las iras del mundillo de esta raza y se hicieron propuestas absurdas para evitarlo. Afortunadamente, esta situación no duró demasiado, ya que en abril de 1913 el Kennel Club escribió al Pomeranian Club solicitando si deseaban que esta raza estuviera incluida entre aquellas en las que se permitía el corte de pelo.
Dos años más tarde, el mismo Kennel Club decidió que los ejemplares de esta raza debían inscribirse todos juntos en las exposiciones, independientemente de su peso, y que en las exposiciones de campeonato sólo se podría otorgar un juego de Certificados de Desafío. Se sugirió que los perros de mayor peso fueran inscritos como «Spitz». El intento de crear una raza «Spitz» fracasó, aun cuando se llevaron a cabo algunas inscripciones. Aun así, en 1916 el Pomeranian Club otorgaba Certificados de Mérito a ejemplares de más de 3,2 kg, una idea que acabó por desaparecer debido a la falta de interés.
La Primera Guerra Mundial provocó grandes problemas en el mundo canino y debido, presumiblemente, a su origen alemán, el Pomerania perdió el favor del público. Había sido la raza miniatura más popular, pero su lugar fue ocupado por el Pekinés y, más tarde (en 1962) por el Yorkshire Terrier.
Llegados a los años 30, el tamaño de los Pomerania se había reducido considerablemente hasta los 4 kg y en esta época el pelaje ya había desarrollado sus característicos y densos volantes.
En los EE.UU., el primer Pomerania inscrito en el libro de orígenes genealógicos del American Kennel Club (AKC) fue Dick, en 1888. La raza fue reconocida en los EE.UU. en el año 1900 y ese mismo año se otorgó el primer premio al Mejor de la Raza a un Pomerania marrón llamado Nubian Rebel, que más tarde se convertiría en campeón. En 1909, el American Pomeranian Club fue aceptado como sociedad canina miembro del AKC. Poco después, aquél celebró su primera exposición monográfica en la cual un juez inglés atrajo la inscripción de 138 ejemplares. En este certamen se otorgó el premio al Mejor de la Raza a un Pomerania negro llamado Ch. Canner Prince Charming. Otro famoso Pomerania negro, con un nombre parecido (Ch. Great Elms Prince Charming II), era propiedad de Skip Piazza y Olga Baker, fue el primero que se alzó con el triunfo en la famosa exposición canina de belleza del Westminster Kennel Club, celebrada en la ciudad de Nueva York. En 1996, el primer Pomerania atigrado al que le fue concedido el título de campeón en los EE.UU. fue Rumm Tumm Tigger, propiedad de Jan Le.
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Los Spitz llaman la atención por su hermoso pelaje separado con la presencia de una lanilla interna muy tupida. Es llamativo el cuello rodeado de una melena abundante y la cola cubierta de pelo largo, volteada hacia arriba y extendida atrevidamente sobre la espalda. La cabeza es parecida a la de la zorra con ojos diligentes y pequeñas orejas puntiagudas. Las orejas, colocadas muy próximas entre sí, confieren al Spitz su aspecto característico desenvuelto.
Proporción de 1:1 entre la altura a la cruz y la longitud del perro.
El Spitz Alemán está atento constantemente, es activo y excepcionalmente dependiente de su amo. Aprende con rapidez y puede ser entrenado con facilidad. Su desconfianza hacia los extraños y su falta de interés por la cacería permiten considerarlo como el vigilante ideal para la casa y la granja. Sus características más notables son su resistencia a la intemperie, su robustez y su longevidad.
El cuello es medianamente largo y presenta una inserción amplia con los hombros; en la nuca es ligeramente convexo, sin papada y cubierto de una melena en forma de collar.
La cola presenta una inserción alta y una longitud mediana; se dobla hacia arriba desde la raíz y se enrolla sobre la espalda extendiéndose firmemente. Bien recubierta de pelo tupido. Un lazo doble en la punta de la cola es aceptable.
El Spitz se mueve con bastante coordinación, con un buen empuje y casi flotando en el trote ligero.
La piel debe estar bien adherida al cuerpo, sin formación de pliegues.
Los Spitz tienen una doble capa cubierta de pelo: la capa externa es de pelo largo, recto y separado y la capa interna es de pelo corto, denso y lanoso. La cabeza, orejas, cara anterior de los miembros anteriores y posteriores y de los pies están cubiertos por pelo corto y denso (aterciopelado). El resto del cuerpo posee pelo largo y abundante. El pelo no debe ser ondulado, chino, ni formar greñas, ni debe presentar una raya en el dorso. Una espesa melena cubre el cuello y los hombros. La cara posterior de los miembros anteriores presenta pelo en forma de plumas. Los miembros posteriores deben estar cubiertos de pelo largo desde la grupa hasta la articulación del corvejón. La cola debe estar recubierta del pelo largo y abundante.
Cualquier variación en el tamaño del Spitz Alemán debe tener una variación correspondiente en su peso.
Cualquier desviación de los criterios antes mencionados se considera como falta y la gravedad de ésta se considera al grado de la desviación al estándar.
Cualquier perro monstrando claras señales de anormalidades físicas o de comportamiento debe ser descalificado.
Nota: Los machos deben tener dos testículos de apariencia normal completamente descendidos en el escroto.
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