El Yorkshire Terrier (también llamado Yorkie) ha servido como inspiración y modelo de multitud de prendas de ropa canina y peinados de lo más variopintos.
El Yorkshire Terrier se creó en Inglaterra a mediados del siglo XIX en función de las necesidades de los cazadores. Los repetidos cruces entre diversas razas dieron como resultado un perro más pequeño y alerta, rápido en la madriguera y con la caza, y a la vez fácil de esconder en caso de ejercer la caza furtiva. Muy pronto, el Yorkshire Terrier gustó a los burgueses de la región y la raza empezó a presentarse en las exposiciones caninas.
El Yorkie es divertido, juguetón, afectuoso, curioso y muy listo. Le encanta que le mimen y se lleva genial con los niños a cambio de que éstos no le tiren del pelo u orejas. Por su condición de Terrier, le encanta salir al exterior y dar largos paseos.
El Yorkshire Terrier es un perro compacto y pequeño que pesa menos de 3,5 kg. Tiene la cabeza pequeña y las orejas en forma de “v” llevadas erguidas. La cola se suele amputar a una longitud mediana. El pelo es de longitud moderada, recto, brillante, fino y sedoso. En la cabeza el color es leonado dorado intenso y en el resto del cuerpo, azul acero oscuro.
El Yorkie es muy pícaro y hace falta que el dueño sea firme en sus decisiones, sino ya no habrá manera de cambiar las malas costumbres del perrito.
Si se tiene un Yorkshire Terrier de pelo largo y se quiere tener el manto bien cuidado hace falta un abundante cepillado y peinado diario.
El Yorkie sufre los mismos problemas que otras razas tan pequeñas, como luxación de rótula dislocación de tibia, problemas de columna vertebral e hidrocefalia congénita. También es propenso a padecer problemas digestivos y diarreas.
¿Quién puede resistir los encantos de un momento de tranquilidad junto a un Yorkshire Terrier? ¿Qué podría aliviar su tristeza durante un rato de reposo más rápidamente que un terrier miniatura azul y fuego? Parece ser como si casi cualquiera que mostrara la inclinación de poseer un Yorkshire Terrier debiera hacerlo. Son muchas y grandes las ventajas que acompañan a este perro, el menor de todos los terriers británicos.
Dado el pequeño tamaño de la raza, el Yorkshire Terrier no molesta en el espacio vital de usted. No necesita una finca palaciega con una valla de la máxima seguridad. No necesita un hogar enorme para que el perro haga el suficiente ejercicio dentro de casa. No necesita hacer equilibrios con su presupuesto para permitirse alimentarlo. No necesita comprar un equipamiento para adiestrarle, para tenerle en casa o para acomodar al Yorkshire Terrier.
Lo que sí necesita es abrir su corazón a esta maravilla de 1,4 kg y aprender a darse libremente y sin reservas a otra criatura viviente.
El Yorkshire Terrier admite gustosamente a toda clase de gente . Es un alma confiada que comparte su cariñosa forma de ser con cualquier persona amable y con el suficiente buen humor como para pasar algo de tiempo con él. A los Yorkshire Terrier les gusta, sobre todo, la gente. Se llevan bien con la mayoría de los perros, no son exclusivistas ni egoístas. Se recomienda a los propietarios que supervisen la relación de sus Yorkshire Terrier con los perros mayores. Aunque su Yorkshire Terrier no estará asustado de un perro de mayor tamaño, como un Dobermann o un Pastor Alemán, quizá el perro grande no sea consciente de su propia fuerza. Muchos Yorkshire Terrier han sido dañados por perros de mayor tamaño que, de forma juguetona, los cogieron en la boca o les pusieron una parte encima. Una vez que el perro de mayor tamaño se da cuenta de que el Yorkshire Terrier es un perro, al igual que él, querrá «charlar» con él, prescindiendo de la superior belleza del Yorkshire Terrier.
Aunque no tiene la talla de un perro guardián, el Yorkshire Terrier es muy protector de su casa y su gente. Sigue poseyendo todo el fuego de sus ancestros terrier: no es miedoso a pesar de su pequeña estatura. Un Yorkshire Terrier a quien se incite expondrá su genio y su disposición de ánimo cuando se encuentre protegiendo la casa, el coche o el jardín de su propietario. Los Yorkshire Terrier tienen una memoria de elefante. Una vez que se cruce usted con un Yorkshire Terrier y él le considere como su enemigo, nunca olvidará sus transgresiones.
A los Yorkshire Terrier les gusta, sobre todas las cosas, la diversión. No son rencorosos, a pesar de sus ademanes serios cuando las cosas se ponen feas. Como la mayoría de perros miniatura, el juego es una forma de vida. Los juegos simples, como hacer rodar una pelota, perseguir una cuerda, coger un hueso, etcétera, hacen que el Yorkshire Terrier sea un compañero alegre al que a todos nos gusta tener cerca. Esta personalidad extravertida, junto con su actitud juguetona, hacen que sea el perro ideal tanto para la gente joven como para la mayor. Los saltos del Yorkshire Terrier por los muebles y la persecución de ratones y otros enemigos imaginarios entretendrán incluso al más apagado de los invitados.
Los niños y los Yorkshire Terrier son camaradas por naturaleza. Dado el pequeño tamaño de los Yorkshire Terrier, es necesario tener precaución. La mayoría de criadores recomiendan que los Yorkshire Terrier de mayor tamaño (incluso de más peso que el límite de 3,2 kg) sean los elegidos en los casos de familias con niños. Como los niños tienden a ser un poco salvajes con sus juguetes (y con los perros miniatura), se les debe enseñar que el Yorkshire Terrier es un ser vivo y frágil. No se trata de un juguete de peluche que pueda ser arrastrado despreocupadamente de un lugar a otro, aunque el Yorkshire Terrier es tan adorable como delicado. Los Yorkshire Terrier pueden ser heridos por un niño excitado que hurgue en sus ojos o se pueden romper un ligamento o un hueso si se les zarandea o se deja caer a un perro joven. Los Yorkshire Terrier tienen muchas cosas que enseñar a los niños en lo que respecta al cariño, la confianza y al afecto mutuo. Cuando se les enseña adecuadamente y se les supervisa, hacen una excelente pareja.
La gente mayor también adora a los Yorkshire Terrier. Sus simpáticas bufonadas y sus maneras gentiles hacen que sean adecuados para aquellos que tiene que quedarse en casa y para aquellos menos predispuestos a salir a hacer jogging con sus perros por la playa o por el parque. Los Yorkshire Terrier pueden hacer mucho ejercicio dentro de casa, con algún paseo ocasional por el jardín. Son ideales para la gente que vive en un apartamento o para los que habitan en pisos pequeños sin mucho trato con el exterior.
De todas formas, cuando al Yorkshire Terrier se le permite salir al mundo exterior, se lo toma con entusiasmo. Después de todo es un Terrier, y la palabra terrier proviene del latín tierra. A los Yorkshire Terrier les encanta jugar sobre la hierba. Son excavadores con talento, de eso puede estar seguro. La raza agradecerá todos los deportes propios de los terriers de mayor tamaño. Aunque el Yorkshire Terrier no pesa tanto como el Dandie Dinmont Terrier ni tiene las piernas del Airedale Terrier, la juguetonería y el valor de sus ancestros terrier sigue corriendo por sus arterias.
La mayoría de los propietarios de Yorkshire Terrier admiten que tener uno es contagioso. Los Yorkshire Terrier no son grandes perros de familia, sino que forman parte de la familia. Los propietarios consideran a sus Yorkshire Terrier como si fueran un niño más de la casa. Dado el tamaño del Yorkshire Terrier y su enorme corazón y carácter, no es sorprendente que los propietarios se muestren pendientes del compañerismo y el cariño que les brinda su Yorkshire Terrier. Así pues, muchos amantes de los Yorkshire Terrier se hacen con toda una familia de ellos. Mientras que la mayoría de criadores hablarán de los planes de su criadero, es raro oír que un criador de Yorkshire Terrier hable de una «perrera». El Yorkshire Terrier es un compañero casero que siempre vive entre la familia, totalmente inmerso y ocupado en la rutina familiar diaria.
Los Yorkshire Terrier medran con el programa familiar. Saben, por instinto, quién llega antes a casa, y de la misma manera saben cuando alguien llega tarde o no está en casa. Este perro familiar no puede dormir si una de las personas a las que quiere todavía no ha regresado. Mientras que un Yorkshire Terrier siente un especial cariño hacia su amo o su ama (como todos los perros, aquel que le da de comer y que le cuida recibe una especial consideración), todos los miembros de la familia son tenidos en la más alta estima.
Unas palabras de aviso a los amantes empedernidos de los Yorkshire Terrier: debe usted resistirse a sus impulsos primarios de consentirle caprichos más allá de lo razonable. Puede ser difícil vivir con cualquier perro consentido en exceso. Teniendo en cuenta el espíritu y la determinación de este terrier miniatura, una vez que el Yorkshire Terrier piense que se puede salir con la suya en todo lo que se propone, quizá se convierta en alguien al que es menos placentero tener cerca. Por naturaleza, el Yorkshire Terrier no es egoísta ni avaricioso. No come como un pajarito pero tampoco es un tragón. No esconde sus juguetes para que sus compañeros de juego no los puedan encontrar y es bastante feliz compartiendo sus cosas. Una vez que su obsesión haya estropeado su deliciosa personalidad, quizá su Yorkshire Terrier no sea el angelito generoso y con un gran corazón del que se enamoró.
Tenga cuidado. Muchos empedernidos del Yorkshire Terrier, entre los cuales se cuenta el autor, tienen anécdotas embarazosas acerca de cómo les consienten todo a sus pequeños y adorables amigos. Aunque este autor nunca ha recurrido a nada como esto, he oído de propietarios de Yorkshire Terrier que han comprado cunas y sillitas para sus Yorkshire Terrier, que van a ver cada día al carnicero para darles carne de la máxima calidad, que han cancelado sus planes para irse de vacaciones si sus seis Yorkshire Terrier no eran invitados, que han tejido suéteres y patucos para sus perros y que han renunciado a carreras prometedoras en el mundo de las finanzas para quedarse en casa cuidando de sus Yorkshire Terrier y escribir por su cuenta acerca de su materia favorita.
Si se encuentra usted entre cualquiera de las categorías anteriormente citadas, entonces encajará en el mundo maravillosamente dedicado y equilibrado de los Yorkshire Terrier. ¡Bienvenido!
Los ojos de su Yorkshire Terrier no sólo son una buena indicación de su afecto y su devoción por usted, su propietario, sino que suponen una excelente manera de evaluar la salud del perro. Como para todos los perros, los ojos deberían ser claros y brillantes, lo que es un signo de buena salud y nutrición. Examine si existe cualquier enturbiamiento u opacidad en los ojos de su perro, ya que esto podría indicar que existe un problema que requeriría la atención de su veterinario. En el caso del Yorkshire Terrier, esta raza tiene tendencia a padecer algunos problemas oculares hereditarios. Entre los más comunes son las cataratas, la atrofia progresiva de retina, la queratoconjuntivitis seca o la queratitis ulcerativa.
Los Yorkshire Terrier pueden desarrollar cataratas después de los tres años de edad, y más frecuentemente entre los tres y los seis años. Afortunadamente, los avances veterinarios hacen posible operarlas con éxito. Al igual que en las personas, las cataratas pueden ser eliminadas por un cirujano. Como el problema se considera hereditario, los perros con cataratas deberían ser excluidos de los programas de cría.
La atrofia progresiva de retina (APR), provoca la ceguera en los perros que están afectados. Lo común es que la APR afecte a los perros en sus últimos años de vida, por lo general alrededor de los ocho años, aunque puede aparecer a edad tan temprana como entre los cinco y los ocho años de vida o a edad tan tardía como después de los doce años. Tal y como el nombre la describe, el deterioro de la retina es progresivo. Los perros afectados experimentan limitaciones en su agudeza visual, pero como los Yorkshire Terrier se adaptan con facilidad, quizá el propietario no se dé cuenta de que la vista de su perro falla. Generalmente, la APR es ya bastante severa cuando el propietario se da cuenta de que el perro está afectado.
La queratoconjuntivitis seca (abreviada, QCS), se llama más comúnmente «ojo seco». El problema del «ojo seco» se produce como resultado de la incapacidad de las glándulas lacrimales de generar lágrimas para humedecer el ojo. La córnea se ve afectada por esa falta de humedad, y estas zonas secas causan daños en el ojo. La acumulación de sustancias mucosas alrededor del ojo le dan al propietario una indicación de que hay un problema en el mismo. Se dispone de tratamientos, que incluyen antibióticos y otros fármacos. En los casos más graves, la cirugía puede corregir el problema. Al igual que en el caso de la APR, la QCS es hereditaria.
El cuarto problema ocular que afecta al Yorkshire Terrier, la queratitis ulcerativa, afecta también a la córnea. La infección y la ulceración sobre la córnea son causadas por los pelos del perro, que irritan sus ojos. Los propietarios quizá noten que sus perros parpadean en exceso, que se rascan los ojos con sus pies y que los ojos tienen un aspecto acuoso. No es un problema hereditario, sino el sencillo resultado de que el Yorkshire Terrier tenga los ojos saltones. El problema puede ser tratado con antibióticos y con pomadas especiales.
Dos problemas ortopédicos que afectan frecuentemente a los perros miniatura y a otras razas pequeñas son la enfermedad de Legg-Calve-Perthes y la luxación patelar. La enfermedad de L-CP, que se observa frecuentemente en los Yorkshire Terrier jóvenes, tiene una alta incidencia en la raza. La enfermedad provoca una cojera en la articulación de la cadera como resultado del colapso de la cabeza del fémur. Muy frecuentemente, en nueve e cada diez casos, sólo una extremidad está afectada. Parece ser que es hereditaria, aunque la investigación veterinaria todavía no ha llegado a una conclusión. La luxación patelar, en términos más comunes significa que la rótula está dislocada. Aunque es hereditaria, no suele representar un problema grave. Los casos varían mucho dependiendo de la laxitud de la rótula. En el caso de los perros jóvenes se suele recomendar la cirugía antes de que el problema se agrave y provoque una artritis.
La enfermedad de Von Willebrand (EvW) es una enfermedad congénita que se observa en muchas razas de perros. La EvW consiste en un problema de la coagulación sanguínea. Desgraciadamente, la enfermedad es cada vez más común en el Yorkshire Terrier. Los veterinarios y los criadores han notado que se han dado muchos casos en los últimos tiempos, particularmente en perros de más de cinco años de edad. No a todos los perros con la EvW se les diagnostica como padecedores de tal problema, y esto depende del nivel de coagulación. A algunos perros no se les diagnostica hasta que se presenta un problema durante una operación quirúrgica (lo más frecuente es que sea durante una operación de castración o de esterilización). Dependiendo del nivel del factor de la coagulación, el perro puede estar o no afectado. Ningún Yorkshire Terrier con la EvW debería ser incluido en los programas de un criador.
A pesar de todo ello, el Yorkshire Terrier es un perro saludable y adaptable. Se aconseja a los propietarios que investiguen acerca de los desórdenes anteriormente mencionados y que los comenten con el veterinario. Cuanto mejor informado esté un propietario, más larga será la vida de su Yorkshire Terrier.
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Mientras que la Revolución Industrial condujo a la mayor parte del mundo hacia la consecución de lo mayor y lo mejor, algunos talentos preclaros buscaban lo menor y lo mejor. El Yorkshire Terrier es una destacable creación humana de mediados del siglo XIX, en un tiempo en que los cinófilos británicos cruzaban varios tipos de Terrier para desarrollar perros bellos y adaptados a sus necesidades. En los condados de York y Lancaster apareció la raza que conocemos como Yorkshire Terrier en su forma más reconocible. Las primeras exposiciones para los terriers miniatura de Gran Bretaña empezaron en 1860 y los «Yorkshire Terrier» de estos dos condados textiles se contaban entre los primeros ganadores de los trofeos.
Qué razas contribuyeron a la creación del Yorkshire Terrier sigue planteando un gran debate. Entre las posibles tenemos al English Toy Terrier, al Maltés, al Skye Terrier, al Dandie Dinmont Terrier y a dos razas extintas conocidas como el Paisley Terrier y el Clydesdale Terrier. Se describe al Paisley Terrier como de menor tamaño que el Skye Terrier y de dorso más corto, con una coloración grisácea y con un pelaje más áspero. El Clydesdale Terrier también se parecía Skye Terrier actual, con sus características orejas erectas con mucho pelo, con un pelaje que le llegaba hasta el suelo de color azulado oscuro, con manchas de color fuego en la cara, en las extremidades y en los pies. Tanto el Clydesdale Terrier como el Paisley Terrier eran formidables cazadores de ratas que eran usados por los mineros para matar las ratas que había en los pozos y que les molestaban mientras trabajaban. A los Terrier de Clydesdale, de Paisley y de Skye se les debe la longitud del pelaje del Yorkshire Terrier, al Maltés la capa y el reducido tamaño, y al Manchester negro y fuego (English Toy Terrier) por su coloración. La textura sedosa del pelaje del Yorkshire Terrier podría haber procedido de los perros de pelaje más largo que participaron en estos cruces, aunque el Paisley Terrier y el Clydesdale Terrier tenían un pelaje áspero. Cuando nacían cachorros con el pelaje sedoso en las camadas de Paisley o Clydesdale Terrier, eran eliminados hasta que empezó el capricho por los perros con el pelaje sedoso. Estas dos razas de terriers de pelaje áspero comenzaron a perder popularidad y su número empezó a decrecer significativamente.
Aunque nuestros Yorkshire Terrier son hoy día muy apreciados como perros para exposición y como animales de compañía, hay algo más que un pequeño espíritu luchador en su sangre. Los que fueron los primeros ejemplares de terriers ingleses miniatura eran feroces cazadores de ratas que trabajaban codo con codo con los mineros para matar a estos roedores, sin mostrar miedo ni respeto hacia su presa. Esos perros no sólo tenían la función de matar ratas, sino que también lo hacían para la diversión de las personas. Hacia finales del siglo XIX, los concursos de matar ratas fueron muy populares. Los pequeños terriers negro y fuego, con su fino pelaje y su feroz temperamento, mostraron ser muy buenos para matar con rapidez a sus enemigas. Los perros luchaban contra el reloj y tenían que matar el mayor número posible de ratas en un tiempo dado. Algunos eran capaces de eliminar un par de cientos de ratas en sólo diez minutos. La excitación por el correr de la sangre y por los atroces chillidos de las ratas hicieron que este entretenimiento de los apostadores fuera tan popular como muchos otros «deportes», entre los que se incluían el acoso de toros, las peleas de gallos y las peleas de perros.
Peter Eden, de Manchester (Inglaterra), ha sido aclamado, quizá erróneamente, como el principal «fabricante» del Yorkshire Terrier, incluso antes de que la raza adquiriese este nombre. Eden no sólo era un experto criador de Pugs (Carlinos) y de Bulldogs, sino que también era uno de los mejores jueces de los certámenes de belleza canina. Su semental clave se llamaba Albert y ganó varios premios en las exposiciones cuando era un perro joven. Albert, el primer ejemplar de Yorkshire Terrier inscrito en el Libro de Orígenes del Kennel Club compitió como Terrier Escocés (Scotch), como Yorkshire Terrier y como Terrier de pelo quebrado (Broken-haired Terrier). La influencia de Eden sobre la raza fue, sin duda, considerable, aunque probablemente no fue el verdadero «ingeniero » del Yorkshire Terrier. Se dice que compraba perros a las gentes de Yorkshire y que los usaba en su programa. Estamos seguros de que era un excelente criador. Los perros de Mr. Eden fueron los primeros en poseer la deseable capa azul sedosa marcada con la coloración caoba en la cabeza y las extremidades y con el mechón de pelo de la cabeza cayéndoles sobre los ojos. De hecho, el gran perro de Mr. Eden, Albert, aparece en el pedigree de Huddersfield Ben muchas veces a ambos lados, siendo un doble tatarabuelo.
Aunque Mr. Eden disfruta de la fama de crear la raza Yorkshire Terrier, no recibe más elogios que Mrs. M. A. Foster por exponer a sus perros y ganar en el ring de exposición. Mrs. Foster adquirió a Huddersfield Ben y lo expuso con entusiasmo, igual que los otros perros que ella crió. Ben ganó casi cien premios junto con Mrs. Foster. Otro de los perros estrella de Mrs. Foster era conocido como Champion Ted, que fue ganador de casi 300 premios. Pesaba 2,25 kg y fue el Yorkshire Terrier número uno durante seis años. Nació en junio de 1883. No es sorprendente que fuera hijo de Ben, y en su tiempo nadie fue mejor que él como semental. Mrs. Foster promocionó a la raza ganando airosamente en el ring de exposición y poniendo cachorros prometedores en las manos de recién llegados con entusiasmo al mundo de las exposiciones caninas. Mrs. Foster hizo por la raza Yorkshire Terrier, allá hacia 1860, lo que sólo podemos esperar que hagan los mejores criadores por los nuevos propietarios de hoy día: animar y orientar a los nuevos amantes de la raza, y enseñarles la responsabilidad y los cuidados adecuados. Mrs. Foster crió a sus Yorkshire Terrier con el máximo cuidado, presentó los perros cuando estaban en plena forma y sólo exponía los perros con el tipo belleza deseable. Al contrario que muchos expositores de hoy día, que participan en el ring con perros de segunda categoría, Mrs. Foster abrió caminos para la raza Yorkshire Terrier. Nunca se la vio favorecer a perros de calidad inferior. Además, fue la primera mujer invitada para ser juez en una exposición. Esto ocurrió en 1889. Aunque su actividad en este deporte era bien conocida, no se había oído una mujer antes que juzgara en estas prestigiosas pruebas.
Llegados a este punto en el desarrollo de la raza, el peso fijado para los perros oscilaba entre 3,6 y 4,5 kg, lo que suponía una fuerte reducción desde el peso original de hasta 6,8 kg. Estos perros de menor tamaño, como los criados por Mr. Eden y Mrs. Foster, representan la tendencia que tomaría la raza durante sus primeras décadas. La sensibilidad victoriana por lo pequeño y bello tuvo un efecto duradero sobre la raza y los perros ya crecidos pesaban a veces entre 0,9 y 1,4 kg.
Mientras que la primera exposición canina, en Newcastle-on Tyne, sólo disponía de categorías para los perros de muestra (pointers y setters), la exposición de Birmingham del año siguiente incluyó a los terriers miniatura. Birmingham, por cierto, es donde se celebra actualmente la exposición más antigua y prestigiosa: el Crufts Dog Show. Los Yorkshire Terrier estuvieron presentes en la exposición, aunque no bajo su nombre de raza. Los nombres que generalmente se les aplicaba en estas categorías de terriers miniatura eran «Escoceses » o «Terrier de pelaje quebrado». Los ancestros de nuestros Cairn Terrier, Scottish Terrier, Dandie Dinmont Terrier y Skye Terrier eran también incluidos dentro de estas categorías. No fue hasta que se estableció el Yorkshire Terrier Club en 1898 que los perros participaron bajo la nomenclatura uniforme de «Yorkshire Terrier».
El término «terrier miniatura» (toy terrier) parece haber iniciado un verdadero escándalo para aquellos interesados en el Yorkshire Terrier. Como muchos de los antepasados que contribuyeron a la creación de la raza Yorkshire Terrier eran perros pendencieros y de pelaje áspero, ciertos aficionados prefirieron que el Yorkshire Terrier fuera un verdadero terrier de trabajo. La otra facción, llevada por sus ideales victorianos, buscó un perro pequeño de pelaje sedoso, adecuado para calentar el regazo de los demás, en lugar de exterminar las alimañas de los establos. Este grupo deseaba un perro miniatura y no un terrier. Algunos habitantes de Yorkshire, famosos por ser gente del mundo de los perros trabajadores e inteligentes, querían un exterminador de ratas competente que fuera también hermoso. Así pues, la primera hornada de estos perros de Yorkshire fue elaborada cruzando a los valientes y talentosos terriers de pelo quebrado con los, de alguna manera, poco comunes Clydesdale Terrier, que no se comportaban peor en los rings de matar ratas. No hay duda de que hubo que hacer bastantes añadiduras a la receta, como mínimo seis tipos diferentes de terriers, para conseguir, finalmente, al obediente y deseado Yorkshire Terrier: un encantador perrito de color azul y fuego capaz de realizar su trabajo. Podría parecer que el largo pelaje del Yorkshire Terrier dificultaría su labor de matar las ratas bajo tierra. Esto no fue necesariamente así, ya que algunos historiadores dan a entender que el largo pelaje dio a los mineros algo que asir para levantar al perro del suelo. A medida que la raza Yorkshire Terrier se fue desarrollando, la controversia entre el perro de tipo terrier y el de tipo miniatura se desvaneció, ya que muchos trabajadores decidieron que el Yorkshire Terrier era un excelente perro trabajador, a pesar de su hermoso aspecto. Hoy día, la raza sigue siendo el cordial pequeño terrier, aunque su carácter atractivo y dulce se ha convertido en el sello de su fama. La capacidad del Yorkshire Terrier para, hoy día, proporcionar calor en la casa de su propietario, sobrepasa sus habilidades para mantenerla limpia de alimañas.
Lady Edith Windham-Dawson siguió los pasos de la gran Mrs. Foster. Lady Windham era criadora de Yorkshire Terrier de la mejor calidad y también era juez de exposiciones caninas, algo que comenzó a hacer hacia los años 30. Los perros que llevaban el afijo del criadero de Lady Windham (Soham) ganaron varios premios en Gran Bretaña y en Irlanda.
El Yorkshire Terrier fue una de las primeras razas que fue reconocida como tal por el recién fundado Kennel Club en 1873. De todas formas, pasó un cuarto de siglo antes de que se escribiera el primer estándar de la raza. Fundado en 1898, el Yorkshire Terrier Club fue creado para escribir un estándar para la raza. El estándar de la raza es una descripción escrita del aspecto que debería tener el espécimen ideal de esa raza. Es utilizado por los jueces y los criadores como guía para valorar a los perros en el ring de presentación de las exposiciones de belleza y debido a ello en los programas de cría. El estándar de la raza, escrito por el club de la raza, es aceptado y adoptado por el Kennel Club. El estándar original del Yorkshire Terrier, escrito en 1898, permaneció vigente hasta 1950. Las cambiantes tendencias en la raza, iniciadas por la controversia acerca de la coloración correcta y deseable y por la creciente popularidad de la raza, dieron lugar a revisiones (que afectaban sobre todo a la coloración azul metálica oscura y no azul plateada).
El primer perro azul y fuego en los EE.UU. fue Belle, una perra que nació en 1877 y que era propiedad de Mr. A. E. Godeffroy. Belle fue inscrita en un libro de registro perteneciente a A. N. Rouse antes de que se fundara el American Kennel Club. Otras dos importaciones de aquellos primeros tiempos, y que estaban entre los primeros en el libro de orígenes del AKC se llamaban Jim y Rose, y ambos procedían de crías realizadas en Escocia. Eran propiedad de J. A. Nickerson y de R. R. Bushell, de Boston (Massachusetts).
La raza se estableció en los EE.UU. gracias a los esfuerzos de varios criadores de todos los extremos del país, y los perros fueron presentados en muchas de las exposiciones más prestigiosas de país. Esos pequeños perros de color azul y fuego de categoría impresionaron a muchos jueces influyentes dentro del mundo de la afición por los perros.
Hacia los años 50, la raza se tornó considerablemente importante y los perros de exposición por excelencia barrieron en las exposiciones nacionales. Muchos de estos impresionantes perros llevaban el afijo del criadero Wilweir, propiedad de Janet Bennet y de Joan Gordon. El Yorkshire Terrier Club of America fue aceptado por el AKC en 1958. El club corrigió el estándar del Kennel Club inglés, que fue aprobado por el AKC en 1966 para los EE.UU.
La exposición del Westminster Kennel Club, que se celebra anualmente desde 1877, es la exposición canina más antigua del mundo. Este evento ameridetrás del Kentucky Derby en cuanto a antigüedad en América se refiere, atrae a más de 2.500 perros cada año en el Madison Square Garden, en Nueva York. Esta competición no tiene tantos participantes como la Exposición Canina Crufts, aunque la iguala en prestigio. Sólo un Yorkshire Terrier ha ganado el Westminster, y le llevó a la raza más de 100 años conseguirlo: Ch. Cede Higgins, propiedad de Barbara y Charles Switzer, se alzaron con esos honores en 1978.
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Pelo largo, colgante recto y parejo en cada lado del cuerpo con una línea divisora que empienza de la nariz hasta la cola. Muy compacto y limpio, su porte muy recto da importancia al perro. Da la impresión de un cuerpo vigoroso y bien proporcionado.
Terrier de juguete alerta e inteligente. Vivaz, carácter equilibrado.
Con gran alcance.
Compacto.
Habitualmente amputada.
Rectos, bien cubiertos de pelo fuego dorado intenso con tonalidades más claras en las puntas que en la raíz; este color no excede la altura del codo.
Extremidades posteriores, vistas por atrás, muy rectas. Moderada inclinación de la rodilla. Cubiertas por pelo fuego intenso con tonalidades más claras en la punta. Este color no excede la altura de las rodillas.
Redondos, uñas negras.
Libre con mucho empuje; movimiento de las extremidades delanteras y posteriores derecho, manteniendo el nivel de la espalda recto.
En todo el cuerpo, pelo moderadamente largo, completamente recto (no ondulado), brilloso; textura fina y sedosa, no lanosa. Largo en caida en la cabeza. Color fuego dorado intenso, más oscuro a los lados de la cabeza, base de las orejas y sobre el hocico, en donde debe ser muy largo. El color fuego sobre la cabeza no se debe extender hacia el cuello ni debe haber pelos de color más oscuro entremezclados con pelos de color fuego.
Azul acero oscuro (no azul plateado) extendiéndose del occipucio hasta la raíz de la cola, nunca combinado con leonado, bronce o pelo oscuro. Pelo color fuego intenso y brillante en el pecho. Todos los pelos fuego deben ser más oscuros en la raíz que en la parte media y se hacen más claros en las puntas.
Hasta 3,1 kg.
Cualquier desviación de los criterios antes mencionados se considera como falta y la gravedad de ésta se considera al grado de la desviación al estándar y de sus consecuencias sobre la salud y el bienestar del perro.
Cualquier perro monstrando claras señales de anormalidades físicas o de comportamiento debe ser descalificado.
Nota: Los machos deben tener dos testículos de apariencia normal completamente descendidos en el escroto.
Buscar un cachorro por Internet conlleva riesgos. Para tener clara la profesionalidad del criadero con quien contactéis, os recomendamos que...